Capítulo 18

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"Date el regalo"

Pov Elizabeth

¿Y luego qué pasó? —la mayor me miraba con intriga desde el otro extremo del sofá.

Pregunté si seguiríamos con lo de, ya sabes... besarnos.

¡¿Y qué dijo?! —Alex se notaba severamente más emocionada de lo que yo había estado el día anterior.

Que dependía.

¡¿De qué?! —la mayor tomó mi brazo con fuerza haciendo que me quejara ligeramente—¡Deja de guardartelo y dime!

Dependía de cuánto quisiera que me besara de nuevo.

Alex soltó su agarre en mi antebrazo, agarró el cojín sobre sus piernas con fuerza, lo llevó hasta su rostro y soltó un pequeño grito que rápidamente se sofocó.

¡Por el infierno, la cosa estuvo caliente! —soltó y reí—Elizabeth, estás siendo muy lenta, dile que te ha movido el piso también.

¿Yo decirle? Por supuesto que no. Tengo una reputación que cuidar —la mayor colocó los ojos en blanco y reí—Además, no soy la clase de chica que se enamora solo porque le sonríen y ya.

Claro que si, pero no quieres admitirlo —acusó y la miré ofendida.

Tú eres esa clase de chica, yo tengo dignidad y amor propio.

Amor propio, claro... Nia, por Rao, juro que muero por que me beses otra vez pero no lo diré en voz alta porque soy idiota —cambió su tono de voz en un intento por imitarme y la miré ofendida.

Yo no hablo así —me quejé.

Por supuesto que lo haces, pero no te das cuenta porque eres sorda —sonrío mientras me imitaba una vez más—Además de ciega, por lo visto.

No soy ciega.

¿Y por qué no logras ver que ella está justo frente a ti? —cuestionó con diversión y rodé los ojos.

¡Kelly, Alex me está molestando! —le grité a la morena que se encontraba en el cuarto de baño.

¡Alex, deja a Lizzie en paz! —gritó de vuelta y una sonrisa amplia se formó en mi rostro.

¡Hey, yo no hice nada, es una mentirosa! —la pelirroja tomó el cojín sobre su torso, lo lanzó hacia mi cara con fuerza y solté una carcajada—Llorona...

La mayor se levantó del sofá y se dirigió hacia la barra en la cocina, tomó un par de vasos y los llenó con whisky.

¿Normal o doble? —la miré divertida—¿Qué?

Son las tres de la tarde, ¡Alexandra por Rao! —exclamé con diversión.

¿Y qué? Nunca es demasiado temprano y... no he tomado un trago desde hace dos semanas —informó y la miré sorprendida.

Vaya... a este paso, no necesitarás un riñón antes de los cuarenta. Muy bien, Lena, tú y yo ahora somos un club de rehabilitadas —celebré y la mayor rió—Sencillo por favor.

Alex terminó de servir los tragos y se acercó de vuelta al sofá mientras ofrecía el vaso con menos alcohol.

¿No ibas a ir a la torre hoy? ¿Me perdí de algún aviso? —cuestioné mientras aceptaba la bebida.

La Otra Luthor 2 || Elizabeth LuthorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora