CABAÑA 001 [+21] [TERCERA PARTE DE CELDA 001] [TERMINADA]

CAPÍTULO 46

NIKA

– ¿Qué te ha pasado? - pregunta Mario observando mi cara detenidamente.

– Nada preocupante – sonrío de lado cuando me acuerdo de Emy.

– Si hay violencia en tu relación no debes permitirlo – suelta una risita.

– Está todo controlado – asiento.

– Y lo mismo te digo a ti – señala detrás de mi.

Mi novia tiene el mismo aspecto físico que yo. La cara un poco amoratada y seguramente el cuerpo también.

– Entre nosotros nos entendemos – me sonríe cómplice.

– Fue un entrenamiento – le explico para que no se preocupe de más.

– Que brutalidad – se lleva una mano al pecho.

– Cuando dos titanes se juntan...

– Este es el resultado – se encoje de hombros.

– Resultado... - musita y niega con la cabeza – Anda, tirad a trabajar.

Nos vamos al despacho entre risas y cuando llegamos no puedo evitar cogerla de la cara y plantarle un buen beso.

– ¿Te duele? - le acaricio suavemente.

– No, ¿a ti? - me sonríe.

– Tampoco – digo seguro.

– Mis padres iban a ir a tu casa a buscarte en cuanto me vieron – se río.

– Espero que se lo explicaras bien – suelto un suspiro.

– Claro, además les dije que tu estabas peor.

– No te lo crees ni tu – le aprieto el culo.

– Admítelo – se acerca sensual.

– No puedo admitir algo que no es verdad – me encojo de hombros.

– Yo gané – sonríe con suficiencia.

– Cállate – le robo un beso – Yo lo único que sé es que lo mejor que he ganado es tenerte en mi vida.

Pasa los brazos por mi cuello y me besa lentamente.

Ella es el mayor regalo que ha podido darme la vida y lo pensaré para el resto de mis días. Me ha devuelto la ilusión y mis ganas de vivir se incrementan cuando estoy con ella. El destino nos había juntado cuando ni siquiera nos conocíamos. Habrá que hacerle caso y no separarnos nunca.

Se separa bruscamente y miro hacia fuera. La cojo de la cintura antes de que se le vaya la cabeza. Kris está pasando por delante de nuestro despacho en dirección al suyo.

– Hija de puta – masculla.

– Nena, ya hemos hablado de esto – cojo sus mejillas – Tenemos que hacer las cosas bien.

– Me pone nerviosa – dice y veo como le tiemblan las manos.

– Cuando estés tranquila, empezamos el plan, ¿te parece?

– Si, abrázame.

Primero echo la llave de la puerta para que no se le ocurra salir sin mi o a la otra entrar.

Me apoyo en el escritorio y la atraigo hacia mi abrazándola por la cintura.

– Calma nena – acaricio su pelo – todo va a salir bien y no tendremos que verla más.

– ¿Cómo estás tan seguro? - susurra.

– Porque cuando hacemos las cosas juntos, nada sale mal.

Me sorprende que pregunte eso cuando ella es la más segura y valiente de la relación. Puedo entender que los nervios le jueguen malas pasadas y no pueda concentrarse realmente bien, pero para eso estoy con ella.