-Iris...
-Gabriel.
-¿Dónde estás?. -Me pregunta.
Apenas siento su voz, es como si estuviese lejos de mí.
-En medio de un bosque en un altar de piedra. -Le contesto cómo puedo.
-Iris abre los ojos. -Me pide. Hago lo que me dice con esfuerzo y vuelvo a ver los mismos árboles de antes. -Busca algo fuera de lo normal, algo que te resulte raro.
Muevo la cabeza para poder mirar a mi alrededor, y cuando lo hago, me duele horrores, un escalofrío se forma en mi nuca y recorre mi columna vertebral.
-No veo nada. -Respondo.
-Vamos Iris concéntrate.
Cierro los ojos para descansar durante unos segundos, me está costando mucho hacer todo esto. Los abro y vuelvo a mirar, veo árboles, tierra, palos, el cielo plagado de estrellas, alguna que otra luciérnaga, rocas, pero tampoco puedo ver mucho más allá porque la oscuridad me lo impide. Uff qué mal me encuentro. A pesar de ello sigo mirando de un lado para otro, siento un ruido, dirijo la mirada hacia este y veo una ardilla saltando por una de las ramas del árbol que hay a mi izquierda. ¡Qué mona es y qué libre corretea! Siento cómo me voy dejando llevar cada vez más. Me estoy muriendo. La sigo mirando, pero de repente algo capta mi atención: no la veo totalmente nítida sino que parece que está detrás de un cristal ¿Pero es no puede ser no?. Sigo mirando y poco a poco se va originando la forma de una ventana, ¡Dios mío estoy alucinando ya!
-Veo una ventana encima de las ramas de un árbol. -Digo sabiendo la tontería que estoy diciendo.
-¿Qué más ves?. -Vuelve a preguntar.
Pobre, debe de pensar que se me está yendo la cabeza o que le estoy tomando el pelo.
Sigo con la vista fija en la ventana y un poco más lejos de la ardilla, veo la forma de algo.
-Una cruz de madera. -Susurro.
Sé que Gabriel me sigue hablando pero ya no soy capaz de escucharle, ya no soy capaz de nada, solo veo oscuridad y harta de seguir luchando, me dejo llevar.
Abro los ojos de golpe pero rápidamente tengo que parpadear, la luz me está matando. Me llevo las manos a la cabeza y me doy cuenta de que ya no estoy atada, me muevo porque tengo los músculos del cuerpo engarrotados, me incorporo hasta estar sentada y es entonces cuando me doy cuenta de que estoy en una habitación que no conozco. Me voy a poner a llorar en cualquier momento, ¿Dónde estoy ahora?. La puerta se abre y miro aterrada en su dirección.
-Menos mal que ya estás despierta. -Dice Gabriel entrando en la habitación.
Y no sé si es por el alivio que siento al verlo, si es por la tensión y el miedo que he vivido, o por todo en su conjunto que empiezo a llorar y ya no hay quien me pare.
-Iris... -Susurra Gabriel.
En un abrir y cerrar de ojos lo tengo a mi lado, se sienta conmigo en la cama y me abraza, me acuna y me susurra palabras tranquilizadoras mientras yo sollozo sin poder parar. Pobre el mal trago que le estoy haciendo pasar. Después de un rato, cuando consigo tranquilizarme, levanto la cabeza de su pecho veo su camiseta mojada por mis lágrimas.
-Lo siento.
-No es nada Iris. -Dice terminando de secar mis mejillas con sus manos.
-¿Dónde estamos?. -Pregunto volviendo a coger las riendas de la situación.
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AIRE
Fantasy¿Cómo te sentirías si de repente descubres que tu familia te ha estado mintiendo hasta ahora?. Ya te lo digo yo, perdida. Así es como me sentí cuando descubrí que vivía en un mundo que no creía posible, dónde las brujas y sus poderes son las protago...