I Want You

1.8K 111 66
                                    

Armin regresaría luego de varios meses de ausencia, vendría con su esposa e hijos. Finalmente volveríamos a ver a nuestro querido gamer. Y, aunque Annie no estaba del todo de acuerdo, Gaeil y yo organizamos una fiesta de bienvenida en mi casa. Nathaniel, Lysandro, Castiel y Alexy se plegaron a la misma y en cuestión de días ya teníamos todo resuelto.

Justo para esa fecha se iba a disputar un clásico de la Champions League: Barcelona contra Real Madrid, así que teníamos un motivo más para festejar.

-Seguro que les rompemos el culo -rio Gaeil mientras comprábamos todo en el supermercado con Alexy y Castiel.

-¡Ja! Sigue hablando, O'Connor. El Madrid es lo más grande que puede haber, ustedes sólo tienen a Messi -dijo Castiel mientras tomaba varios paquetes de latas de cervezas y los colocaba en el carrito.

-Un momento, si esto es una fiesta de bienvenida a mi hermano, ¿por qué vienen también Ámber, Helena y Annie? -preguntó Alexy, que cargaba varias bolsas de frituras.

-Porque Armin viene con Lily y puede aburrirse siendo todos hombres -dijo Lysandro. Yo asentí.

-Además, ¿quién va a llenar los platos con comida si nosotros estamos viendo el partido? -pregunté, los muchachos se rieron.

Como ya no tenía el Jeep, tuve que apelar a que Nathaniel nos preste su Hilux para poder buscar a Armin del aeropuerto. Luego de quince años, Armin regresaba a vivir al pueblo.

-Las cosas en Finlandia se están yendo a la mierda -explicó Armin del otro lado del Atlántico mientras hablábamos por Skype-. Están despidiendo a muchísima gente, Lily ya no tiene trabajo y apenas llegamos a fin de mes. Encima, en mi empresa empezaron a despedir a los extranjeros, así que seguro yo soy el siguiente.

-¿Y qué piensas hacer? -pregunté mientras me restregaba la vista.

-Volver para allá, ya la cosa es insostenible -dijo el pelinegro-. Tengo un par de euros ahorrados que al cambio me van a convenir, pero no tengo idea en qué puedo invertir, la idea es tener un negocio propio.

-Mi hermano tiene un bar. Quizás eso te sirva -dije. Gaeil andaba buscando a alguien con quien formar una sociedad y esta podía ser una oportunidad provechosa para ambos.

-Me lo pensaré, pero creo que esa será la mejor opción. -Armin había envejecido en los últimos años. Ya no se veía esa mirada pícara y llena de energía. En su lugar dos grandes ojeras le decoraban la vista, producto de las muchas horas que se había pasado frente a la computadora diseñando videojuegos. Según él, cuando lo que te gusta pasa a ser obligación, deja de ser divertido.

No había podido ir a recogerlos del aeropuerto el día anterior, puesto que debía acondicionar la casa para recibirlos, pero sí estaba ansioso de que se hicieran las cuatro para recibir a los muchachos. El partido empezaba a las cinco sí que les pedí PUNTUALIDAD.

Mientras mis hijos correteaban por la casa, yo terminaba de acomodar todo frente a la televisión.

-¡Annie! -llamé.

-¿Qué? -me preguntó desde arriba.

-¿Dónde está el home theater? -le pregunté.

-¿Hace falta que lo conectes para ver el partido? -preguntó. Yo fruncí el ceño.

-¡Sí, hace falta! ¡Juega el Barça contra el Madrid! ¡Por supuesto que es necesario! -grité ¿justo ahora?

-¡Bueno, no sé dónde está! ¡Yo no lo uso! -me gritó desde la planta de arriba. Mierda... Esto no puede estar pasando.

Busqué en el mueble dónde estaba la TV y nada, luego en el armario debajo de las escaleras. Tampoco. Me detuve a pensar, la última vez que lo había usado fue para el mundial y lo había guardado en... Ya recuerdo.

Corazón de Melón con Fresa (libro #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora