[20] Su perdida

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Jack estaba de pie mirando el amanecer habían pasado unas dos semanas desde que Picth le dijo que iba a estar a su lado no importará que fuera de ellos en un futuro, pero el joven guardian muy en lo profundo de su corazón sabía que algo aún detenía al coco se expresar todo lo que sentía.

La doncella seguramente rondaba su mente todos los días y más por qué el joven de cabellos blancos había leído el diario que estaba escrito solo para Picth, recordo esa sensación de malestar cuando lo termino de leer, Jack suspiro resignado, no sabía cómo ayudar a su pareja con lo que sentía.

El joven guardian poco su manos en sus labios, recordó el momento cuando lo conoció, todas esas cosas que le había dicho y las que había visto, Picth seguramente se culpaba de la muerte de su mujer, a parte de el rencor y el dolor que todavía existia en su corazón por todo lo que pasó a lo largo de su infancia.

Ese día Jack debía irse con la Luna durante un mes aproximadamente, debía de entrenar un poco su poder para lograr enfrentar el destino que le deparaba por delante, la luna daría a conocer su existencia en la siguiente luna nueva, para luego ser nombrado como la luz Lunar y Picth sería la oscuridad.

Los dos debían de complementarse el uno al otro para poder tener el equilibrio del universo y del planeta tierra, el problema eran las demás estrellas, Lumen tenía miedo de que a Jack no lo aceptaran por quien era, ni por lo que era, un simple guardian que había sido creado en la tierra.

Jack al darse la vuelta observo a Picth quien se estaba levantando de la cama, el joven guardian le dió un beso en la mejilla de buenos días y luego uno en los labios, debido a que ya debía irse con la luna, y en ese tiempo, si lograba controlar su poder podría conocer al sol.

Picth por su parte al ver que Jack se iría, le jalo de la mano para atraerlo a él y darle un abrazo, extrañaría esos pucheros en las mañana que le daba el joven guardian cuando no recibía su beso de buenos días, al ver cómo su padre se llevaba a Jack y se desvanecian en una luz muy hermosa se sintió solo.

El coco camino dentro de la casa se sentía solo, las noches anteriores mientras Jack dormia leía el diario que su amada doncella le había escrito, no sabía porque, pero siempre se reprochaba el  haberla perdido.

Picth quien estaba solo se sentía vulnerable se nuevo, junto a Jack lograba palpar ese calor, esa sensación de estar acompañado a pesar de tener mucho dolor en su interior. El coco no podía explicar cómo la ausencia de su mujer se realzaba más que todo en aquellas fechas.

Recordar aquella noche donde todo se esfumó en un mísero llanto, la noche más horrores que podía recordar después de haber leído el diario de vida de su amada, dónde delataba todo lo que le hacían, las cosas que le pasaban, aún estaba arraigadas en su corazón tan profundo que el recordar su sonrisa le carcomía el alma y un nudo se formaba en lo más profundo se su estómago.

Picth al pasar los días estaba perdido en la nada, se recostaba en su cama, comía lo que los duendes de Norte le llevaban por petición de Jack, y cada sorbo de ese baso de leche le sabía amargo, trato de distraer su mente hablando con las pesadillas pero era imposible y ese día donde más necesitaba de Jack, estaría solo.

La mañana de Neuquén así llamaba el día en que perdió a su amada por su inefable ignorancia de pensar que todo a su alrededor estaba bien, de negar todo a su alrededor, los chismes que oía y las miradas de incultos bombardeando sus oídos con rumores nefastos que estaban alrededor de su mujer.

Aunque algo si estaba claro, después de perder a Lucero y que su padre le brindará el poder para atormentar aquellos hombres que le habían quitado todo lo que amaba, se sentía sucio por haber tomado venganza de unas personas asquerosas que tenían en parte la culpa, pero el mayor peso se lo llevaba el.

Fria oscuridad {Jack Frost x Pitch Black}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora