Capítulo 17

264 44 8
                                    

14 de Marzo de 1893

Sentía deseos de morir. Se levantó de la cama dando tumbos y con el tiempo suficiente de hundir la cabeza dentro del inodoro. Sentía que sus entrañas querían salir de su cuerpo a través de la boca. Las arcadas la mareaban, y no podía evitar aferrarse a la taza del inodoro para no caerse dentro. Se arrodilló en el suelo y apoyó el trasero en los talones. Una nueva oleada de náuseas la invadió. Se apretó el estómago pero las arcadas no cesaban.

Dios, se moría.

Se arrastró a la cama y se tendió de costado. Pasarían, como pasaron ayer, pasarían, trató de tranquilizarse. Respiró con calma una y otra vez hasta que se aplacaron y se quedó medio dormida por el esfuerzo. Un grito de júbilo la sobresaltó. Provenía de abajo. Se vistió lo más rápido que pudo.

¡Alex, había vuelto!

Su corazón saltó dentro de su pecho y voló escaleras abajo, pero al llegar a mitad de las escaleras comprobó que no era Alex. Era un hombre muy parecido a su esposa, pero no ella. Entraba por la puerta con una hermosa morena cogida a su brazo. Con paso torpe y lento, Victoria salió a la entrada y cuando vio a los recién llegados gritó y se arrojó en brazos del hombre que tanto se parecía a su esposa.

—Te he echado de menos Frank —dijo entre jadeos.

—Yo también a ti, cariño.

La alzó en sus brazos y la hizo girar con él. El hombre frunció el ceño ante el dolor que se instaló en la base de su columna antes de depositar a su hermana en el suelo.

—Caramba, cariño, estás tan pesada como una vaca.

La sujetó por los brazos y la retiró a una distancia suficiente para contemplarla. La expresión desconcertada de su rostro fue lo más gracioso que Victoria había visto.

—¿Quién demonios ha sido el canalla que te ha preñado?

Sus palabras murieron cuando una voz atronadora rugió entre los gritos de júbilo.

—Haz el favor de quitarle las manos de encima a mi mujer miserable hijo de...

—Caleb, ¡no!

Piper corrió hacia su hermano y consiguió agarrarlo del brazo antes de que cometiera una tontería.

—Si no le quitas las manos de encima a mi mujer antes de que cuente tres, eres hombre muerto.

—No seas estúpido, Caleb, es Frank nuestro cuñado. Ahora cálmate y deja de decir estupideces. Es de la familia.

Cuando Caleb comprendió se calló de repente.

—¡Ridículos! —comentó Piper—. Jamás se enterarán que una mujer puede tener más de un hermano.

Y en ese momento estallaron todos en carcajadas, pero las risas se vieron interrumpidas por la llegada de un correo urgente para la familia.

Frank firmó el recibo y miró la carta. Un escalofrío lo recorrió de arriba abajo. Rasgó el sobre y leyó. ¡No podía ser! Todo se silenció de repente. Frank se quedó helado y la nota cayó al suelo de su laxa mano. Piper se inclinó sobre el piso. Recogió la misiva, y, tan pronto la leyó, una negrura espesa la rodeó.

Cayó en redondo sobre la pulida superficie del suelo.

Los gritos comenzaron a atraer a todo el personal de servicio. Caleb se inclinó sobre su hermana y le quitó de entre sus manos la carta que aferraba.

A Sus Excelencias duque y duquesa de Herby:

Siento comunicarles que su hija y heredera, Alex Pearl Vause, ha fallecido en acto de servicio a causa de una explosión. Los restos de su cuerpo no han podido ser recuperados. Pronto recibirá más información al respecto.

🔱 MY LADY 🔱 G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora