Jar Of Hearts♥ (The Beatles)

Tan solo tú

Había caído la noche. Era la última noche en Paris.

John y Cynthia habían decidido salir por la noche a un restaurante, así que llegarían tarde. Paul estaba ya en la cama, cayendo en un profundo sueño. Rita se encontraba en un sofá de las suites. Llevaba encima una manta que la protegía del inusual frío que ella sentía

Apagó la televisión, se envolvió en la manta y caminó hacia la habitación donde se encontraba Paul. Tenía en mente solo una cosa; sentir una última vez sus brazos rodeándola y sosteniéndola, brindándole su calor

Inmediatamente, Paul giró su cuerpo y se levantó sobre la cama, observando como Rita aguardaba desde el marco de la puerta

Él le pidió que cerrase la puerta con seguro, mientras que se levantaba de la cama

-Es solo que no puedo dormir, sabes – Ella cerró la puerta, en el justo momento que Paul pasaba sus manos por su cintura y la abrazaba por detrás

Rita giró su cuerpo y extendió sus brazos por el cuello de Paul, cubriéndolo también con la manta. Ambos se mantuvieron así durante un rato, cuando escucharon ruidos fuera de la suite. Rita supuso que se trataba de John y Cynthia, acertando en el instante que escuchó la voz grave de Lennon

Estuvo tentada a echar un vistazo, pero Paul la detuvo y la acercó hacia él, mostrándose relajadamente con una sonrisa en el rostro y besándola inesperadamente 

Ella simplemente cayó en sus brazos, sintiendo como él levantaba su liviano cuerpo que en ese momento se encontraba en un estado de "levitación", y la llevaba a la cama

Ese momento no se comparaba a ninguna otra vez que hubiesen estado juntos; el simple hecho de sentir sus caricias, sus labios creando fricción al contacto, de estar recostados sin importarle el resto del mundo, le daba la sensación más agradable y placentera del mundo

Fue la mejor noche de su vida. La última noche que estaría con Paul.

.Al día siguiente, tomaron el vuelo de regreso a casa, viendo el atardecer de Paris por última vez

Después de horas de vuelo, arribaron en el aeropuerto de Londres, donde partieron a sus casas por separado. Paul ofreció llevar a Rita a su casa, a lo que esta negó con la cabeza, sin decir palabra

De todos modos, Paul la acompañaría en un buen tramo, puesto que vivían muy cerca de los estudios, tanto él como Rita.

Cada quien llegó a sus respectivas casas, casi sin intercambiar palabras. No porque quisiesen disimular, sino por el cansancio que el vuelo les había traído

No fue hasta el día siguiente cuando el "nosotros" estaba a punto de llegar a su fin...

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Rita se levantó con un cierto dolor de cabeza, incorporándose bruscamente, caminando tambaleante hacia la bañera

Terminó de darse la ducha, se dirigió a su habitación, y en cuestión de minutos había terminado de vestirse. 

Era ya casi mediodía. Se disponía a ordenar ciertas cosas que había en su sala, pues estaba algo revuelto unos días antes de que fuera a Paris. 

Había olvidado el orden total unos días antes del viaje. Quería olvidarse de todo

Levantaba algunos libros del suelo, cuando sonó el timbre de la puerta, lo cual llamó la atención de Rita al instante; le era muy inusual que alguien tocase el timbre en lugar de la puerta. 

Se levantó del suelo, caminó a la puerta, y en el momento que levantó la mirada quedó inmóvil por unos segundos. Era Paul

En un momento de distracción, éste se adentró en la casa, cerrando rápidamente la puerta y acercándose a Rita, haciendo que diera pasos atrás

Se sintió acorralada de alguna u otra manera, pero logró observar el movimiento de Paul, esquivando rápidamente el rosar de sus labios

-Creí que estarías descansando después del vuelo – masculló Rita tranquilamente, como si se tratara de una simple visita.

Paul retrocedió con una sonrisa en el rostro, consciente de su movimiento, pero viéndolo a manera de gracia

-¿Porque? No podía venir un momento contigo – cuestionó, echando un vistazo a los libros que Rita colocaba en la mesa de centro de la sala – es de los últimos...

-¿De los últimos qué? – Rita se detuvo en seco al escuchar la voz de Paul quebrarse, a punto de continuar con la siguiente palabra

-Rita – Paul la sujetó firmemente y la abrazó fuerte, aunque ella no levantase sus manos. 

Trataba de buscar su rostro, sus labios. Pero por más que intentaba, ella simplemente lo esquivaba y justo en un momento, Rita colocó su mano frente a su rostro

Acaricio tiernamente los labios de Paul, cabizbaja, sintiendo aún su fuerza, sujetándola

-Se acabó – le susurró al oído en un hilo de voz

-No – él comenzó a sostenerla más fuerte, aferrándose a su grueso suéter 

-Fue algo lindo sabes – apoyada en su hombro y sin expresión alguna, continuó hablando, sin ningún movimiento – si en realidad amo algo, no lo dejo – murmuró, dando poca relevancia - pero tú, eres como yo... no podrías darme explicaciones aunque quisieras...

-Solo... - Paul bajó su mano para sujetar la de Rita, aunque ella era tan evasiva de cualquier manera

-No relación, no buenos amigos – sin mucho movimiento, detuvo la mano de Paul – alguien más... al que querrás mucho – sintió como sus ojos la traicionaban, a la vez que pronunciaba estas palabras

-Eso es todo – concluyó Paul, no muy convencido si había hecho una pregunta, pero que al final había marcado punto y aparte

Dejó de sostenerla, pero no de verla a los ojos directamente. Eso sí, lo único que no podría evitar ninguno de los dos era mirarse fijamente. 

En cuestión de minutos, salió por la puerta tan rápido como entró. 

Era la última y definitiva vez que Paul y Rita volviesen a verse.