21|Siento que no te merezo.

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CARL GALLAGHER.
Me desperté solo, nadie me despertó, no se escuchaban gritos, no había peleas. Nada. Absolutamente nada y eso era raro de cojones.

Hoy no tenemos clase, era festivo, pero si tenía que ir al trabajo, lo único bueno era que hoy Mar venía conmigo. Mar, joder, estoy sonriendo como un idiota ahora mismo solo de recordar lo que pasó anoche. Jamás había sentido algo tan malditamente fuerte. ¿Era normal que me gustase y me diera miedo esa sensación? Pocas cosas me daban miedo en esta vida y todo lo relacionado a ella era una de ellas.

Bajé hasta la cocina para ver si había alguien pero no, nadie en la cocina ni en el salón.

—-¿Dónde coño están todos? —-me pregunté mientras abría la nevera para beber agua.

Al cerrarla me di cuenta que había una nota en la nevera.

"Debbie y yo hemos ido a vacunar a Liam y Franny."

Eso lo explicaba todo, Ian y Mickey estarían trabajando así que eso solo significaba que Mar y yo estábamos completamente solos. Una sonrisa malévola se formó en mi rostro.

Subí las escaleras y abrí la puerta de la habitación de Debbie. La claridad del sol iluminaba toda la habitación. Ella estaba completamente dormida mirando a la pared y yo solo podía pensar en lo preciosa que estaba hasta durmiendo. Siempre lo había pensado...desde que me colaba en su celda en el reformatorio para despertarla.

Me acosté a su lado en la cama. Pegué mi cuerpo al suyo y comencé a darle besos por el cuello. Muchos besos, uno detrás de otro hasta llegar a su mejilla. Olía tan bien que me daban ganas de puto esnifarme su olor porque joder, me volvía loco, ella era mi maldita droga.

—-Uhm... —-se quejó sonriente mientras se movía un poco pero sin girarse a mirarme.

—-Buenos días preciosa —-susurré mientras seguía dejándole besos por el cuello.

Ella se estremeció por las cosquillas que le provocaban mis besos y abrió los ojos.

—-Carl, largo —-sonrió mientras abría poco a poco los ojos.

—-¿Estás segura que quieres que me vaya? —-pregunté en su oído mientras besaba el lóbulo de su oreja.

—-Uhm.... —-se estremeció—- No, no te vayas.

—-Eso pensaba pecas.

Ella se giró para quedar frente a mí. Tenía los ojos abiertos aunque le costaba acostumbrarse a la luz y una sonrisa tierna estaba dibujada en su cara..

—-¿A qué viene este despertar? ¿Ahora vas a estar cursi conmigo por lo de anoche? —-preguntó sonriente.

—-Ah...¿No quieres que lo sea? —-pregunté alejándome de ella con una sonrisa—. De acuerdo, no más besos, total, no es lo mío.

—-Oh, sí que es lo tuyo —-aseguró sonriente mientras me agarraba para pegarme a ella de nuevo.

Esta vez fue ella quien unió sus labios a los míos. Joder besarla era mi cosa favorita, lo descubrí anoche.

—-¿Quién es el cursi ahora? —-pregunté sonriente.

—-Me gusta que seas cursi, me hace gracia —-sonrió.

—-¿Así que es eso? ¿Te gusta reírte de mí? —-pregunté mientras miraba sus labios.

—-Puede... —-sonrió—-. Me encanta que seas cursi conmigo, me gusta que alguien por una vez me de cariño.

—-¿Eso es lo único que te encanta?

—-Y tus besos, pero como me hagas volver a repetírtelo para que la cursi sea yo te partiré la cara.

PERDIDOS || Carl Gallagher (Shameless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora