Nueva York, Año 2016.
— Oh por Dios. Te gusta — Exclamó Clint al otro lado de la línea.
— No he dicho eso — Negó Natasha — Sólo dije que es amable — Reiteró.
Los espías se encontraban charlando a través de una videollamada como llevaban haciendo desde hace un par de semanas. Ambos amigos cumplian su condena y no tenían mucho que hacer durante el día.
— Vamos, reconocelo. Te conozco lo suficiente para decir que esos brillitos en tus ojos cada vez que hablas de Stark no son parte de mi imaginación — Acusó.
— Estás delirando. El encierro te está haciendo mal — Comentó para cambiar el tema.
— No estoy tan encerrado como crees. Puedo seguir jugando golf en mi jardín — Se defendió.
La pelirroja estalló en carcajadas imaginándose a su rubio amigo jugando golf. Habían estado charlando toda la tarde sobre su posible maternidad, además de todo lo que Tony había hecho por ella y por Clint.
El castaño al enterarse que los pequeños hijos de Barton se educaban en casa y por su propia cuenta, había decidido brindar una completa educación para ellos con maestros certificados en todos los ámbitos.
— Ahora que comenzó el verano estoy aprovechando la piscina — Sonrió ampliamente.
— Que envidia — Se quejó Clint como si fuera un niño pequeño — Le diré a Laura si podemos comprar una piscina, aunque no creo que quiera escucharme — Murmuró.
— ¿Sigue molesta? — Cuestionó.
— Sí y con razón. Le prometí quedarme para ayudarla con los niños y terminé convirtiéndome en un prófugo — Suspiró arrepentido — Pero aunque no lo reconozca, sé que le hace feliz verme arrestado sin poder salir de casa por dos años — Comentó riendo.
Natasha iba a responder cuando escuchó el sonido de las puertas del ascensor abrirse y no pudo evitar que una enorme sonrisa se reflejara en su rostro cuando la voz de Tony anunció su llegada a la torre.
— Debo irme, Clint — Se despidió.
— Es Tony ¿Verdad?. Tus ojos no mienten, puedo ver esos brillitos otra vez — Reprochó.
— Adiós — Dijo terminando la llamada y dejando a Clint con la palabra en la boca.
— ¿Legolas? — Adivinó Tony asomándose por la puerta de la habitación viendo a Natasha asentir en respuesta. El castaño portaba un elegante traje que a opinión de la pelirroja lo hacía lucir sexy — Traje pizza para cenar — Sonrió.
El genio depositó sus gafas y la caja de pizza en la mesita que se encontraba en la habitación para proceder a quitarse el saco junto a la corbata antes de desabotonar su camisa. La espía por su parte sacó dos latas de gaseosa de la mini nevera de su alcoba.
— ¿Qué tal el trabajo? — Quiso saber sin perderse los movimientos de Tony quitandose la camisa para arrojarla a la cama.
— Bien. Ya sabes, muchos papeles que firmar — Suspiró cansado — ¿Qué tal tú? — Preguntó antes de beber de su soda.
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365 días que lo cambiaron todo
FanfictionNatasha debe cumplir un arresto domiciliario de un año tras haber violado los acuerdos de Sokovia. ¿El problema? Natasha legalmente no posee un domicilio. ¿La solución? En la Torre Stark siempre son bienvenidos los amigos. Aclaraciones: - Post Civil...