CAPÍTULO CATORCE

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JACOBO

En la camioneta que quedó enterrada perdimos gran parte de nuestras provisiones.

Diecisiete fusiles de asalto, veinte armas compactas, veintidós cuchillos, seis francotiradores, dos ametralladoras, dieciséis granadas de las cuales cinco son de fragmentación; siete cascos, quince chalecos antibalas, además de tres binoculares y uno de ellos con visión nocturna. El resto de las armas se perdió. Contamos con suficientes cobijas, medicamentos y material hospitalario por si hay alguna emergencia, además de dos camionetas. En víveres no tenemos inconvenientes, tanto Sarah como Emmanuel son los encargados de enseñarnos a cazar y recolectar. Ya solo quedamos dieciocho personas y según Rogelio, se ha encargado personalmente de registrar a cada uno y todos están limpios, los topos han llegado a su extinción.

—Iré con Richard a entregarle el informe —me avisa Rogelio mientras sale de la tienda. Conforme nos alejábamos de la caverna dejábamos a nuestro paso pueblos que en algún tiempo fueron considerados hogares para algunas personas. Durante nuestro recorrido por estos asentamientos, logramos hacernos de algunas lonas, sabanas, cobijas, cualquier cosa que aún se encontrara en buenas condiciones. Ver estas tiendas improvisadas me trae recuerdos reconfortantes de cuando acampábamos en el patio de la casa de Evan...

—¡Ey, Guapo! —me volteo rápidamente y visualizo a Sarah que me regala una hermosa sonrisa mientras se acerca a mí. Me doy cuenta que es la primera vez que estamos completamente solos, sin ojos y oídos curiosos, sin la necesidad de mantener distancia por a lastimar a Evan. Sarah ha estado llorando por las noches cuando nadie la ve, pero fuera de eso se ha mostrado muy tranquila, supongo que hace cuanto puede por no agobiarnos más a Evan y a mí. Me rodea el cuello y yo hago lo mismo con su cintura mientras entierro mi rostro entre su cabello.

—¿No deberías estar recolectando y cazando? —pregunto curioso, aunque lo cierto es que me agrada que esté aquí.

—Bueno, vi que Rogelio salía y quería aprovecharte un momento a solas —me dice separándose un poco de mí para mirarme a la cara mientras ladea un poco su cabeza.

Desde que comenzamos a ver a las chicas de una manera distinta, recuerdo que mis hermanos y yo hemos sido muy enamorados. Siempre las tratábamos con respeto, jamás nos propasamos con ninguna, eso nos lo inculcó una mujer asombrosa, pero la verdad es que todas las mujeres son tan hermosas que es difícil decidirse por una. Pero no recuerdo que ninguna me causará tanta adicción. No es solo algo físico, o sentimental, es una mezcla de todo que amenaza con volverme loco. Desde su sonrisa, su piel, sus caderas hasta su bondad y ferocidad que ha dejado clara en la guerra. No me detengo a pensar, simplemente la atraigo hasta a mí y la beso con urgencia. Sus labios son suaves y frescos. Siento como sus mano se aferran a mi cuello y me atrae hacia ella, lo que solo provoca que arda de deseo por estar más cerca de ella, a pesar de que lo único que nos separa son milímetros de ropa. La tomo por las caderas y la levanto para sentarla en la mesa de enfrente y sin importar la protesta de mi brazo no la suelto, aunque Sarah nota mi inestabilidad porque sus piernas me abrazan para apoyarme un poco. Yo empujo contra su cuerpo y una descarga eléctrica me atraviesa, la quiero aquí y ahora. La deseo.

Alguien carraspea. <<Maldición>> Sarah y yo nos separamos y le hacemos frente a Rogelio que voltea hacia la pared de su izquierda igualmente avergonzado como nosotros.

—Richard me ha pedido que les informe que necesita verlos a todos en torno a la fogata.

—Gracias —es lo único que somos capaces de decir.

Cuando Rogelio sale de nuevo, veo que el rostro de Sarah está encendido, por lo que puedo suponer que el mío también. Compartimos una mirada conspirativa y liberamos la presión con una risa. La atraigo hacia mí y le doy un beso en la frente. Es curioso como jamás sabes a quien quieres más hasta que se ha ido. Todo eso me lleva a pensar que estar con alguien no es lo que nos hace ser felices, ni tampoco hay personas correctas o incorrectas, uno decide ser feliz con alguien y hacer que sea <<la correcta>>. Y eso quiero, ser feliz con ella, que sea la correcta.

PROTOTIPO CR-6: LIBERACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora