Un plan. Una misión. Un amor imposible.
Chiara está convencida en acabar con él, pero no lo tendrá fácil.
Sentimientos encontrados, luchas difíciles.
Chiara se ha convertido en la verdadera tentación italiana de Thomas Shelby. Pero... ¿Caerá en la...
Llegó la esperada noche, la secretaria y encargada del lugar me dijo que Chiara me espera en la habitación privada.
Camino por el largo pasillo hasta la habitación número 26 y allí abro la puerta y está ella sentada en la cama con un kimono negro, lleva el pelo suelto y muy liso, una larga cabellera de color marrón, cuidada perfectamente. Dios como me pone esta chica.
—Has llegado puntual—sonríe y se levanta, yo me quedo mirándola ya que está hermosa.— Ven siéntate aquí— toma mi mano y me sienta en el filo de la cama.— Ponte cómodo y disfruta —susurra en mi oreja.
—No juegues con fuego pequeña— muerdo mi labio y ella se quita el kimono dejando ver una hermosa lencería roja—por los dioses Chiara que buena estás— ella se ruboriza y pone música, yo me acomodo bien quitando el abrigo y acomodándome en la cama. Ella se sienta sobre mí y empieza a mover su cadera de una forma tan sexual que no puedo evitar tener una erección y sonrojarme por el placer. Se acerca a mis labios y habla.
—Te gusta?— me mira los labios y yo no puedo hablar.—Tu cuerpo no miente Tommy. Se acaba la música. Y la tomo por la cintura y la pongo sobre la cama.
—Ahora me toca a mí vuelvo a acercarme a sus labios y ella los abre un poco.
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—Adelante, toda tuya— me moría de ganas de que dijese eso.
—Pero para siempre — ella sonríe— no tienes opción pequeña
—Bueno, yo no tengo dueño así que será divertido.— es la única que puede contradecir me y excitarme a la vez.
—Eso ya lo veremos— le bajó la ropa interior y yo los pantalones para unirnos con nuestras intimidades.
[...]
CHIARA
Ya es por la mañana y aún me acuerdo del sexo que tuve con Thomas. Hacia tiempo que no me sentía tan bien. No puedo enamorarme de él, no puedo.
—Buenos días—llego a la Mesa donde esta mi hermano— ¿Que sucede?
—Ayer hablé con Thomas y lo amenacé, esta mañana ha aparecido un cuerpo de uno de nuestros hombres— dice enfadado — no ha sido él directamente pero tienes la misión de encontrar al culpable y matarlo.— yo asiento y bebo del café que me ha preparado Luca.
—Llevate los hombres que necesites, pero a Mateo seguro que irá contigo.— Mateo es su mano derecha y confía plenamente en él cosa que me hace sentir segura que venga el a mi lado.
—Bien, iré al canal ahí seguro que encuentro algo—termino mi desayuno y me pongo el arma debajo de mi ropa y otra en el bolso para reforzar.
—Sorella, con cuidado — yo asiento, llega Mateo a la habitación con un traje azul oscuro y fumando.
