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Damon Bonnet

Verla con ese tipo tan cerca me habían hecho sentir muchos celos. 

-¿A dónde vas?- me sentí vacío cuando ella se puso de pie

-Tengo una duda con Wilfredo, déjame preguntarle y regreso- asentí para verla salir

Ella con ese vestido que marcaba todo su cuerpo me parecía lo mas jodidamente tentador

En su escritorio ella tenía una foto con nuestro hijo y era lo más hermoso.

-Solo quiero un espacio aquí también-

-Ahora si- la vi cuando regreso y le paso seguro a su puerta

¿Porqué?

Ella volvió a tomar su lugar en mis piernas pero esta vez estaba a horcajadas sobre mi

-Nena- sonreí al sentir como movía sus pelvis

-Estoy caliente- mordió su labio inferior y yo solo baje mi mirada a sus bragas las cuales podía ver

Ella comenzó a mover su pelvis sobre mi miembro.

-Nena si lo hacemos aquí no seré nada sutil- avise

Siempre había deseado hacerlo en mi oficina con ella, pero su oficina no me disgustaba para nada.

-Me tienes cabreado por el pendejo ese así que no seré nada sutil- volví a confirmar

-No quiero que lo seas- mordió mi cuello

-Dios nena- apreté sus caderas contra mi cuerpo

Sentía que mi deseo por ella aumentaba cada segundo

Es como si ella tuviera todo el poder de mi cuerpo

-Me vuelves loco- besé su cuello

-No me dejes marcas visibles- asentí - Tampoco podemos hacer mucho ruido afuera están nuestros empleados- volví a asentir

No perdería mi oportunidad hoy

Hice que se pusiera de pie para bajarle sus bragas.

-No te las quedes- negué para ponerla en mi bolsillo como quiera

-Esto me molesta- ella me abrió mi pantalón para bajármelo

No negaré que mi miembro en segundo había crecido demasiado

-Dios- ver su sonrisa al momento que mi miembro quedo liberado fue hermoso

-Todo esto es tuyo nena- lo tome en mi mano

-Solo mío- asiento para hacer que ella se volviera a sentar sobre mi

Entre mi miembro en su interior y era lo mejor.

Metí mis manos por su vestido para poder tocar sus senos.

-Mm- gimió mordiendo su labio mientras ella se movía sobre mí

-Nena- hice que me mirara

-Te deseo- sonreí al ver como ella misma confesaba su sentimientos hacia mía

Me puse de pie para que ella girara y pegara su pecho contra su escritorio. 

Levante su vestido para poder ver sus algas y darle algunos azoteas con mi mano abierta.

Me inserte en su interior como si de eso dependiera mi vida.

La tome de su cabello para poderla escucharla gemir.

Su rostro era un poema para mí en estos momentos.

Vi cómo ella intentaba agarrarse del cristal de su escritorio.

Mi Hijo | Nuestro HijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora