Baje del taxi con mis maletas, después de irme de la boda, no había razón para quedarme en New York, tome mis llaves y abri la puerta, pase y la cerré a mi atrás.
Bastón era mi hogar, y el único lugar donde tendría paz, camine unos pasos para abrir nuevamente la puerta de la casa, entre y deje las valijas a un lado junto a mi maletín.
Cerré la puerta y deje las llaves sobre la mesa que quedaba a un lado, todas las luces estaban apagadas, Dodger estaba con mamá, tendría tiempo para relajarme.
Pase a la cocina para tomar un vaso de agua cuando pare viendo todo frente a mi, la mesa con dos platos de comida, cubiertos, dos vasos de vino, tres velas en el centro de la mesa, frunci el ceño mirando a los lados..
— ¿Sabes cual es lo peor? — dijeron a mi atrás, gire quedando sorpendido. Solamente tenía una camisa mía puesta, su cabello bien peinado, su bella sonrisa reflejando lo hermosa que es — No puedo vivir sin ti, no puedo seguir mi vida sin ver tus hermosos ojos, sentir tu aroma, escuchar tu voz — sentía mi corazón apunto de salir de mi pecho — ver tus labios..
Se acercó a mi tomando mis mejillas para besarme, tener ese vaivén en nuestros labios, la dulzura y lujuria invadía nuestros cuerpos con tan solo un beso, un beso de la mujer que amo..
— ¿Pero como?
— Solo no pude, estar frente a ese altar sin verte a ti, no es vida para mi si no estás tú.
Sonreí soltando un suspiro de alivio, pegué mi frente a la suya para en un movimiento cargarla mientras enrollada sus piernas en mi cintura, le di unas vueltas riendo.
— Te amo, te amo ¡Te amo! — grite — soy el hombre más afortunado del mundo, gracias..
Negó con una sonrisa.
—nIgual sigo enojada por que eres un idiota.
— ¡Hey!
— Eres un idiota — me dio un golpecito — ¿Enserio esperarías hasta que este frente a él para decir el si para poder decirme que me amas?
— Soy un idiota — afirme — tenía miedo a perderte, el hecho de pensar que te alejarías de mi al decirte lo que sentía, me mataba.
— Literal te dije que amaba, las escenas en Defending Jacob, vamos, hasta el más tonto se daría cuenta en el sonido de mis palabras.
— Perdoname — me pegue a su pecho — soy un tonto.
— Lo eres — levante la mirada viendo su curvada sonrisa.
— No quiero arruinar el momento pero.
— ¿Aarón? — asenti — el tampoco estaba seguro de casarse, pero le choco cuando lo llamé para hablar, cancelamos la boda y quedamos en hablar para forsar la amistad que siempre tuvimos..
— No eh visto ningún titular..
— Por algo se llama boda en secreto, habrá un escándalo cuando lo digamos al público pero ya no me interesa.
Le sonreí para acercarme a sus labios, empezó acariciando mi melena con tanta dulzura, acariciaba su curvada cintura presionandola hacia mi, mi respiración empezó a acelerarse.
— ¿Estas segura? No quiero apresurarse a nada.
— Te quiero conmigo desde hace mucho, no me preguntes eso y solo bésame.
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