02/Diciembre/1979
14:32 PM- Quackity -. Karl tocaba la puerta de su apartamento - Por favor dime que no estás dormido
- ¡Ya voy! -. Contesto poniéndose los zapatos del otro lado de la puerta
Terminó de atar los agujetas de sus zapatos, abrió la puerta, y vió a Karl con un bonito abrigo, luego le preguntaría donde lo compro, le había gustado mucho.
— ¿Cómo estás? -. Le preguntó Karl caminando a pasó apresurado bajando con Quackity por las escaleras.
— Estoy bien -. Respondió siguiéndole el paso — ¿Qué tal el fin de semana con tu familia? -. Pregunto
— Ugh, ni me lo recuerdes ¿A quién se le ocurre ir a la playa en invierno? -. Pregunto con molestia — Te juro que tenía hasta frío en el culo -. Hizo a Quackity reír — Por algo decidí regresar antes
— Te creó -. Contestó aún riendo
— ¿Y tu fin de semana, qué tal? -. Pregunto abriendo la puerta del edificio para ambos.
Salieron, quedando frente a el edificio esperando a que Sapnap pasará en su auto por ellos. Estaban volteando a ambos lados de las concurridas calles de Francia.
— No hice nada -. Continuó con su plática — ya sabés, solo recibí sermones de mi mamá por- -. Un hombre pasó con mucha prisa interrumpiendolo logrando empujar a Quackity casi a la calle.
Pero no lo hizo. Porque Karl lo salvó de caer a la calle en un momento concreto. Haciéndolos quedar frente a frente.
Karl tenía sus manos en la cintura de Quackity y sus ojos fijos en los de él, ambos cerca de la calle por dónde pasaban autos a gran velocidad. El corazón de Quackity iba a explotar de los nervios.
El sonido de Sapnap llamandolos los hizo separarse. Caminaron al lujoso auto Monica que el padre de Sapnap le había comprado.
Karl subió al auto sintiéndose avergonzado pero con una pizca de felicidad por lo que acababa de pasar, rezaba porque algún conocido de su padre no los haya visto, siendo una persona de alta curnia sería despreciable que su hijo fuera un "marica" justo como su padre lo decía.
Quackity entró a los asientos traseros sintiendo las orejas y el rostro rojo.
— Hola Quackity -. Sapnap le saludó mirándolo por el espejo retrovisor — ¿Estás bien? Parece que tienes fiebre
— Uh... No, estoy bien ¿Qué tal tú? -. Respondió Quackity con una sonrisa
— Ya sabes papá me trajo de aquí a allá con sus reuniones -. Sapnap comenzó a manejar mientras tenía una plática amena con sus dos acompañantes.
Pero ese día comenzaba a ser especial para Quackity y sus amigos.