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Mordí mis labios estando un poco nerviosa, pensando en como decirle

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Mordí mis labios estando un poco nerviosa, pensando en como decirle. Ya estaba lista para darle una respuesta, sin embargo, sus nervios eran grandes.

Luego de haberle pedido tiempo para aclararse, pensar tantas noches en él y buscar ayuda en su psicóloga sabía que le gustaba demasiado Umeji.

— No eres insuficiente y nunca lo serás, no vuelvas a decir algo así — le reprendí, inflé un poco mis mejillas con molestia.

— Perdoname, cachetona — respondió jalando mis mejillas.

Reí y me acerqué a él juntando nuestros labios.

— Me gustas, Umeji.

— Me gustas, Umeji

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