La cama se sentía demasiado cómoda y el canto de los pájaros por la mañana era encantador, pero lo único que Rukia quería era seguir durmiendo. Recordaba los besos de Ichigo en cada parte de su piel, detrás de su cuello, en su garganta y entre sus pechos que se erizaban con su aliento caliente. La forma en que la acariciaba, sin tocarla del todo pero haciéndola sentir tantas sensaciones al mismo tiempo, la hacía sentir que todo era irreal.
Aún no sabía cómo se había atrevido a hacer lo que hacía cuando le abrió el pantalón pero no se arrepentía de nada, sobre todo porque él le hizo lo mismo a ella y eso fue como tocar el paraíso con los dedos.
Solo recordar como sus piernas descansaban sobre los hombros de Ichigo mientras él pasaba su lengua de esa forma voraz por su intimidad, la hizo desear sentirlo de nuevo en ese momento. Recordaba haberse aferrado a las sábanas cuando el placer que Ichigo le causó fue tan grande que la hizo arquear la espalda al mismo tiempo que sentía todos los músculos de sus piernas tensarse antes de quedar completamente relajada en la cama.
El viaje sería una tortura porque en ese momento Rukia lo quería sentir de nuevo y sabía que no podían ir más allá porque no tenía el té allí. Si hubiera sabido que él los alcanzaría, que estarían solos esa noche, Rukia le había pedido a Kahya que le diera ese té.
La doncella que trabajaba en la casa de su tío, que era el lugar donde se encontraban, entró con algunos sirvientes, un par de ellos llevaban una tina y varios más llevaban baldes de agua fría y caliente porque ella debía bañarse en ese momento ya que el viaje sería largo y solo podría bañarse hasta llegar a la Gran Casa.
Llegó a la cocina vestida con ropa de montar, una blusa cómoda, pantalones a medida y botas de montar. Era mejor para ella parecer un muchacho y no una dama si iba a montar a caballo en un viaje tan largo. Rukia había aprendido a montar mientras estaba en el castillo, Ichigo le había enseñado a hacerlo, y era una actividad que encontraba entretenida hasta que le dolían las nalgas por los saltos al galope.
Al primero que vio fue a Ichigo, que entró a la cocina con una sonrisa que la hizo sonrojar. Él tenía razón, ella no sabía cómo verlo después de ver sus ojos oscuros mientras le hacía esas cosas con la boca. Era una tortura.
— Buenos días, alteza, ¿durmió bien? — Preguntó sentándose a desayunar. Su padre entró a la cocina en ese momento y parecía molesto por alguna razón que Rukia atribuyó a la presencia de Ichigo allí.
— Dormí de maravilla, señorita Kuchiki. El aire en las montañas es increíble. — Ichigo tenía una sonrisa encantadora que la hacía sonrojar. Rukia saludó a su padre e Ichigo hizo lo mismo antes de que los sirvientes les sirvieran el desayuno.
Su padre se veía molesto y evitaba ver a Ichigo mientras desayunaban, Rukia tenía la impresión de que quizás su padre había notado algo extraño por la noche. No recordaba mucho de la noche anterior, y si pensaba en ello, solo podía recordar a Ichigo mirándola y acariciándola, así que no sabía si lo que hicieron se escuchó fuera de su habitación, pero la sola idea de que su padre lo supiera la avergonzaba en ese momento.
Desayunaron y prepararon cosas para el viaje. Su tío no estaba en la granja, estaba en Maranni por el nacimiento del hijo de Byakuya, y su padre le había explicado que todos se iban a reunir allí para celebrar al bebé, incluso el hermano de Hisana estaba allí.
A Rukia le pareció que Koga amaba mucho a Hisana.
A pesar de que Hisana había sido exiliada de su reino, Koga trataba de verla e incluso el padre de Hisana parecía estar al pendiente de ella, lo cual le parecía algo extraño y fuera de lo común. A veces Rukia pensaba demasiado en la situación de Hisana, la forma en que sus padres seguían intentando tener contacto con ella a pesar de estar exiliada, era sin duda una señal de que Hisana era amada por su familia.
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El Ruiseñor || IchiRuki FF
FanfictionIchigo regresa al reino después de completar su educación en el reino de su madre, se supone que él es el heredero, se supone que todo está bien y se supone que nada va a cambiar. Se supone. Ichigo ha aprendido, de una manera cruel, que su padre no...