02/Diciembre/1979
17:21 PMSapnap tenía en claro la atracción que sentía por sus amigos. Y igual de claro que tenía sus sentimientos, también sabía lo imposible que sería una relación. Imposible por el hecho de que es el hijo del Presidente de la República Francesa y siempre hay alguien vigilandolo.
No importaba que tanto se escondiera, siempre había alguien cuidandolo. Sapnap podría jurar que incluso existía alguien contratado por su padre que leía sus pensamientos.
Quackity como hijo del embajador de México en Francia tendría más problemas con su país. Al igual que Karl, siendo hijo del primer ministro también la tenía difícil.
Claro que en Francia ya estaba permitidas las relaciones entre personas del mismo sexo pero, si alguna revista o noticiero se enterara que el hijo de una de las personas más importantes en Francia era homosexual sería mal visto por todos.
Veía a sus amigos platicar plácidamente en el césped del parque que tenía un poco de nieve, y también veía a la gente que lo cuida haciéndose pasar como civiles.
Si no era ahora no sería nunca.
Entonces susurro para sus acompañantes
- Karl, Quackity... -. Ellos sabían de la gente que los cuidaba, era obvio, los tres siendo hijos de personas importantes en Francia tenían que estar en observación. Voltearon a Sapnap disimulando.
No era la primera vez que Sapnap se quería escapar de los guardaespaldas
- ¿Si? -. Susurro Karl de vuelta
- Cuando haga la señal nos vamos -. Les dijo Sapnap preparandose para salir corriendo. Entonces, Sapnap silbó, como siempre lo hacía cada que se escaban.
Los tres se pararon del césped y comenzaron a correr lo más rapido que podían sin voltear atrás.
Salieron del parque corriendo mientras reían. Y subieron al auto, como siempre lo hacían, Karl de copiloto y Quackity como pasajero, y Sapnap manejando su hermoso auto
- ¡ACELERA, ACELERA! -. Grito Quackity
Sapnap arrancó el auto lo más rápido que pudo y aceleró. Karl seguía volteando hacía tras.
- Ugh, no nos sigue nadie, aún así, sigue acelerando -. Le dijo Karl
- No tienen idea de cuánto los odio, saben que odio correr -. Quackity se acostó en los asientos - Siento como si tu padre te fuera a regañar
- Lo hará, créeme -. Contestó Sapnap con la vista al frente. Había un mal presentimiento.
Quackity seguía con su mirada fija al techo del auto, pensando en todo.
Ya era tarde, demasiado tarde, comenzaba a sentir sentimientos por sus acompañantes ¿En que momento pasó todo? Hace unos días estaba normal, conviviendo con ellos como si no le importara nada más.
Karl seguía sin mencionar nada desde que subieron al auto.
Muchas cosas transcurrían por su mente.
La felicidad y paz que sentía cuando estaba con sus amigos. La sensación de que todo estaba bien, que no había problemas en su casa, que su papá no era una mierda con él y con su madre, que sus papás no eran unos homofóbicos, que estaba bien amar a sus amigos.
Todo estaba bien, hasta que Sapnap freno el auto frente a la Galeria Lafayette.
- Vamos a la terraza -. Sapnap les dijo antes de salir del auto
Karl y Quackity también salieron, apresurando el paso a que los guardaespaldas no los siguieran y que alguien no los reconociera.
Subieron a la terraza sintiendo la brisa del invierno chocar en sus rostros. Quackity sujeto su bufanda poniéndola un poco sobre su boca, si su madre se enterará que estaba en ese lugar lo mataría. Estar en una terraza en invierno enfermó de asma no es una muy buena combinación.
Se acercaron al borde, recargandose ahí, comenzando a observar la hermosa vista que París les obsequiaba.
- ¿Que piensan de ésto? -. Pregunto Sapnap
- No se a que te refieres -. Le contestó Karl
- Saben de lo que hablo
- Yo pienso que necesito mi inhalador -. Contestó Quackity tosiendo un poco. Sapnap se acercó a él y le entregó el inhalador que siempre cargaba en su mochila, porque sabía que Quackity se ponía delicado en esas fechas.
- Me siento mal por muchas cosas -. Sapnap habló. Haciéndose a Quackity y Karl preguntar si se sentía mal - No me refiero a eso, muchas cosas pasan por mi mente, no se que me sucede -. Suspiro - Si dijera lo que pienso probablemente mi padre me mataría -. Su rostro comenzaba a ponerse rojo - Ustedes me odiarian, todos aquí lo harían -. Susurro
- No se que tan malo sea lo que hiciste como para que sientas que nosotros te odiaremos -. Dijo Karl - Yo no creó poder odiarte, odiarlos. Jamás podría -. Quackity solo asintió de acuerdo con Karl
- Mira, Sapnap, nosotros siempre te vamos apoyar, porque eso hacen los amigos -. Quackity sonrió - Apoyarse mutuamente, ahora, se valiente y cuéntanos que hiciste -. Puso su mano en el hombro de Sapnap
- Me enamoré de un chico -. Dijo Sapnap sintiendo sus ojos llenarse de de lágrimas.
No era tristeza, era felicidad. Sentía felicidad de poder por fin decir lo que quería, de no vivir bajo la fachada de que es perfecto.
- Está bien, está bien -. Susurro Quackity acercándose a abrazarlo, Karl se unió al abrazó
Claro que ambos sintieron su corazón romperse.
- Sigo sin entender cuál es el problema -. Karl dió palmaditas en la espalda de Sapnap tratando de calmarlo - Amor es amor, Sapnap
- Estoy enamorado de dos chicos -. Dijo Sapnap sollozando.
No lo iba a decir, no arruinaría una amistad de años en un segundo. Sería una decepción.
Entonces sintió un tirón, los guardaespaldas habían llegado.
- Los amo -. Dijo Sapnap
Sonaba como una despedida.
Y ese día fue como si hubiera sido el último. Sapnap se fué siendo resguardado por los guardaespaldas que habían echo que toda la gente ahora se aglomarara al rededor de ellos, dejando a Karl y Quackity con lágrimas en los ojos, creyendo que ese era el final.