Capítulo 19: Despertar

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Los siguientes días fueron algo incómodos para Vlad y Dakota después de esa noche. Dakota estaba muy molesta con él y no le dirigió la palabra en casi dos semanas, cosa que no evitó que fuera a la mansión a cumplir su promesa de cuidar a Vicente. Ella quería mucho a ese pequeño y no dejaría de verlo solo porque estaba molesta con el millonario. Ella llegaba por la tarde y pasaba todo el tiempo que no estaba en la estación jugando con el pequeño. Vlad intentó acercarse muchas veces pero esta lo ignoraba deliberadamente. Muchas veces quiso justificarse o hacerla reír para calmar la tensión entre ambos pero todos sus intentos fueron un rotundo fracaso. Ya no sabía que más hacer para que lo perdonara. Finalmente se resignó y dejó de molestarla, observando desde su despacho como ella reía y jugaba con su hijo mientras firmaba unos documentos. En cuanto a la inspectora, por un lado, ella entendía que todavía era muy pronto para que el alcalde pensara en rehacer su vida y hasta cierto punto entendía su reacción aquella noche, pero por otro lado, su orgullo de mujer estaba herido. Se suponía que ella era la destinada del mayor, no entendía porque debía dejar su lugar al lado del hombre que nació para ella por un fantasma de su pasado. Cuando pensamientos como este rondaba su mente trataba de calmarse y recordarse que ella no era así, que solo estaba celosa de lo mucho que este amaba y aún ama a ese Omega que ella no conoce. Ni nunca podrá.

La inspectora Brown se encontraba esa mañana en la oficina de policía llenando un interminable papeleo sobre el último caso, cuando una carpeta que tenía un gran cartel atravesado que decía CERRADO aterrizó frente a ella sobre el escritorio. Alzó la vista y vió a su compañero Alfa de treinta y cuatro años con el rostro serio y un aura imponente. Su nombre era Hector White y es Teniente de la fuerza.

_ ¿Señor?

_ ¿Quién autorizó que se cerrara el caso de Fenton? _ dijo con la mandíbula apretada. La mujer no pudo evitar suspirar sabiendo a dónde quería llegar. _ Inspectora... _ advirtió, a lo que esta dijo que el general lo había ordenado, que se había encontrado el cuerpo carbonizado de la víctima y el adn correspondía. _ Sabes perfectamente que los casos de tráfico deben revisarse con cuidado.

_ Señor, ya le dije que el general lo ordenó. Ni siquiera usted puede contradecir sus órdenes. _ replicó molesta. _ Se que este caso lo toca muy de cerca por lo de Max, pero...

_ No te atrevas a decir su nombre. _ amenazó, dejando salir un fuerte olor que no pudo sino hacer que la inspectora bajara la cabeza. <<Malditas feromonas alfa>>, pensó hastiada. Desde que su novio Maximiliano Baker, el profesor universitario de física, fue secuestrado por los traficantes de Omegas él había cambiado completamente su forma de ser. Su personalidad alegre, optimista y amable se perdió y en su lugar se volvió severo, desconfiado y no a vuelto sonreír desde entonces. Sin mencionar que desde que ella había fallado en rescatarlo hace años, él le tenía un rencor ciego hacia ella. _ Quiero que me des toda la información que tengas de Fenton. No me importa lo que tengas que hacer, pero la quiero en mi escritorio ¿entendido? _ dijo con firmeza antes de dar media vuelta y alejarse, deteniéndose solo un momento para mirarla. _ Ah, e inspectora... ES PARA AYER.

Dijo sobresaltandola y haciendo que corriera a la sala de archivos y buscará lo que le pidió. Ella no estaba autorizada, pero cobró un par de favores a sus compañeros para que le facilitaran la información. Una vez con los documentos caminó hasta la oficina de su superior y se los dejó en el escritorio.

_ No entiendo porqué te sigues haciendo esto. Debes parar, estás demasiado involucrado. Yo puedo...

_ Nada. Tú no sabes hacer nada. _ dijo con ira en cada palabra. _ Si no fuera por ti Max estaría a mi lado y no muerto en alguna maldita zanja. _ dijo sin mirarla haciendo que una punzada en su pecho la dejara sin aliento y las lágrimas surcaran sus ojos. Ella sabía que había perdido la oportunidad de salvarlo, pero no fue su culpa. Ella solo siguió el protocolo y avisó a su superior para hacer una redada. ¿Cómo iba a saber que al hacerlo los traficantes descubririan sus intenciones y lo cambiarían de lugar? No fue su intención hacerle tanto daño a sus amigos. Ella los quería mucho a los dos y siempre los apoyó. Fue testigo de su historia de amor desde que eran sólo unos niños, ¿cómo puede culparla de esa forma?. Héctor alzó la vista y al ver el dolor en los ojos de su amiga suspiró. _ Perdóname. _ dijo para luego rodear el escritorio y abrazarla. _ No fue tu culpa. Lo sé pero aún así te sigo culpando. _ ella se aferró más a él tratando de contener inútilmente las lágrimas. _ Sé que también lo extrañas tanto como yo. ¿Y sabes qué?, a él no le gustaría verte así. _ se separó de ella y secó sus lágrimas con sus dedos. _ Ven, siéntate. Quiero mostrarte algo.

Defectuoso (Vlad x Danny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora