Mi Vida A Tus Pies ~ allxPeterParker

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Todos fueron a desayunar después de que Chris fuera a por huevos al corral de gallinas. Y él mismo hizo un revuelto de huevos, que ni esa noche. 

Todos comiendo en silencio, algunos con cara de no haber dormido en su vida. Pero hay otros que solo están si más. Todo un silencio muy incómodo que duró unos minutos muy intenso.

- Bueno... ¿hay algo que hacer?

Habló Steve después de ver las caras largas de todo el mundo.

Chris se sorprendió un poco, estaba en su mundo cuando le había preguntado. 

- A ver... son cosas de granja. No creo que os guste mucho manipular animales y limpiar cuadras.

- Hombre, ya que nos acoges, que menos que ayudarte con las tareas. A mi me encantan los animales, cuando era pequeño mi padre me llevaba con sus caballos. Era genial.

Habló Bucky, un poco nostálgico. Recordaba algunos momentos de su infancia con su padre y con sus amigos Steve y Tony cuando eran pequeños.

- Es verdad. ¿Os acordáis cuando a Tony le pasó por encima Saltamontes?

Steve se burló junto a las risas de Bucky. Tony los miró con desprecio, pero soltó una pequeña sonrisita. 

- ¿Quién es Saltamontes?

Preguntó Peter en su inocencia.

- Fue mi caballo. El padre de Bucky tenía un club y Steve hacía hípica en él. Después fui yo también. Cada uno teníamos nuestros caballos y el mío se llamaba Saltamontes.

Respondió Tony mientras seguía comiendo.

- ¿Por qué Saltamontes?

- Porque le gustaba saltar mucho. Se la pasaba brincando por el pasto siempre que lo soltaba. Cuando le daba cuerda igual.

- ¿Por qué te pasó por encima?

- Pues porque también era muy asustadizo. Y el imbécil de Steve no tuvo mejor idea que abrió la llave del agua para lavar a su Capitán Americón mientras iba con Saltamontes por al lado. Pues solo, boom, me atropelló cuando el agua le dio un poquito.

Peter se río junto a Tony y los demás.

Finalmente cuando terminaron de comer,  se organizaron las tareas. Y aunque no todos estuvieran de acuerdo con hacer tareas de granja, pues se tuvieron que joder. La verdad, el único que se quejó fue Tony. Pues por quejica, tuvo que ir con Peter a ir haciendo una ronda a darle de comer más o menos a todos los animales. Obviamente, Tony estaba ahora mismo a cargo de Peter, ya que era uno de las dos únicas personas que conocían como alimentar a cada animal y que los conocía a la perfección.

Peter, no contento, inicio su ruta comenzando con los más difíciles. Los cerdos. Y para colmo, hizo que Tony fuera el que entrara en el corral a vaciar el cubo.

- ¿Sabes que los cerdos son capaces de comerse todo? Así que ten cuidado y no te caigas, a ver si te van devorar.

Peter desde el exterior del corral le hablaba a Tony.

- Que bien, así sé donde esconder tu cadáver cuando te asesine.

- Que tierno eres Tony.

Tony dejó de hablar indignado y simplemente le echó toda la comida a los cerdos.

El lodo le llegaba hasta casi la rodilla, sobrepasando las botas de agua que llevaba puestas. Hacía un calor de tres pares de cojones y encima era una ambiente húmedo. Tony estaba sudando como un pollo desde primera hora de la mañana, sigue sin acostumbrarse a vivir sin aire acondicionado. Y para colmo un cerdo lo embistió haciendo que casi se caiga.

- ¿Estás bien?

Pregunto Peter un poco entre risas abriendole la puerta del corral a Tony para que pudiera salir.

- No mucho...

- ¿Estás traumatizado?

- Un poco.

- Venga, lo demás es más fácil.

Antes de continuar con la gran aventura de dar de comer a los animales, Tony se cambió de calcetines.

En verdad Tony todavía tuvo que enfrentarse a un gallo que me persiguió por casi todo el gallinero, a una cabra loca que se le subía encima y a que un perro le intentara montar la pierna.

Pero se relajó cuando vi que le tenía que dar un biberón a una cabrita bebé. En ese momento Peter pudo ver que Tony había dejado de fruncir el ceño, por una vez en su vida. Decidió darle algo de tranquilidad y fueron a darle de comer a los conejos. A Tony por alguna razón le fascinó, aunque no lo extrapolaba al exterior. Solo saltaba de alegría por dentro.

- Puedo preguntarte, Tu, Un chico, con una vida resuelta... ¿cómo ha acabado con un granjero?

Le preguntó Tony mientras le metía unas lechugas en la jaula del comedero de los conejos. Peter mientras barría el suelo.

- Bueno... no lo sé muy bien la verdad. Aunque el destino es muy caprichoso a veces. A mi madre le encantan los mercadillos y me obligó a acompañarla. Por otra parte, Chris era la única vez que tenía un puesto de hortalizas. Fue su primera vez en el mercadillo y la única... pues dio la casualidad de que fue el día que yo fui también por primera vez. Simultáneamente nos gustamos al instante...

Peter recordó esos momentos mientras le daba una zanahoria a un conejo. Lo recordaba como una sonrisa y como desearía estar en esa situación de nuevo. Le encantaba encontrarse con él a escondidas. Mentir a sus padres de que iba a estudiar cuando en verdad Thor lo recogía de la universidad para llevárselo a la granja. Cuando el Alfa le regalaba coronas de flores hechas por él y se las ponía en la cabeza como so fuera un rey.  Cuando lo marcó y tuvo que decírselo a sus padres y Chris estuvo ahí y no huyó para dejarle el marrón solo a él.

Realmente Peter se sentía sumamente afortunado de tener a un Alfa como él. Adora a su Alfa vikingo.

El Omega miró a Tony y tuvieron una primera interacción no violenta. Eso era un gran paso.

- ¿Te gustan los roedores?

Preguntó Peter cuando vi como Tony cogía en brazos a un conejo para acariciarlo.

- Si, me gustan mucho.

- Te aconsejo no encariñarte mucho con ellos...

- ¿Por qué?

La ingenua pregunta de Tony fue respondida a la hora de la cena. Comieron conejo...

- ¿No tienes hambre Tony?

Preguntó Bucky en la mesa a la hora de la cena. Este se preocupó cuando vio a un Tony traumatizado viendo su plato de comida.

- No... no tengo hambre...

Peter miró a Tony y en verdad sintió algo de pena por él.

- Yo... yo te lo advertí...