18 junio - x492 || Pt: 2

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Los rumores eran ciertos, su padre tenía la intención de atacar el reino y en ese momento ella entendía por qué: todo era la suma de las ofensas que el reino le había hecho a su familia. Rukia entendió la situación que su padre planteaba lo mejor que pudo, sabía que el rey no iba a soltar a Maranni tan fácilmente y la rebelión era un hecho inminente para lograr la libertad.

Rukia seguía pensando en lo diferente que habría sido todo si su padre hubiera confiado en ella, tal vez hubiera apoyado más activamente el plan o tal vez hubiera aprendido muchas cosas en el castillo que podrían servir a su padre; quizás se habría vuelto la amante de Kaien si era necesario con tal de obtener información, y tal vez no se hubiera enamorado de Ichigo. 

Ese último pensamiento la hizo sentir miserable porque no podía imaginar su vida sin él y solo de imaginar que Kaien siquiera la tocara le producía una sensación desagradable.

Rukia soltó un suspiro y miró hacia el bosque desde su ventana, la oscuridad se extendía gradualmente sobre las montañas y la noche sería inminente en cualquier momento. Ella sabía que no debía lamentarse por las cosas que se habían hecho y era mejor esperar por la respuesta de su padre antes de decidir hacer algo. 

El rey iba a atacar a Maranni si ella no estaba en Adelaar y sabía que Ichigo se vería obligado a llevar al ejército a la victoria, estuviera o no encerrado. Ella lo había visto entrenar a los soldados para ser letales y precisos, esos soldados se iban a abrir paso entre todo lo que tuvieran enfrente y sería una masacre. Huir no era una opción viable, no podía dejar a su familia, y traicionarlos tampoco era una opción porque sentía que ella no podía sacrificar sus vidas por su propia felicidad aunque eso la hiciera sufrir. 

Todo debía ser por un bien mayor pero la rabia que sentía era igualada por el miedo que la recorría cada vez que pensaba en el futuro tan aterrador que podía suceder.

Dejó de pensar en todo eso cuando alguien llamó a la puerta, en ese momento Rukia se dio cuenta de que su habitación estaba casi a oscuras, así se levantó y encendió un par de velas mientras alguien volvía a llamar a la puerta. Cuando se sintió lista para enfrentar el mundo, abrió la puerta.

— Rukia, debemos hablar. — Su padre estaba parado frente a ella y Rukia se hizo a un lado para dejarlo pasar.

— ¿Hay algo más que deba saber, padre? — Preguntó en tono neutro, casi resignada. Rukia ya no sabía qué más esperar de su padre. Ya no sabía qué más esperar de toda esa situación.

— Necesito que me digas qué significan las palabras del comandante. ¿Qué es esa locura de que eres una princesa? — Rukia cerró los ojos al escuchar a su padre decir aquello.

— No es ninguna locura, padre. Ichigo y yo nos casamos en el templo de Orlen cuando estábamos delante de la caravana, por lo tanto, ante las Deidades y los hombres soy una princesa. 

— ¿Te obligó, no es así? Te obligó para que te casaras con él en secreto, ¿no es así? — Su padre estaba furioso. Rukia lo estaba mirando y las reacciones de su padre dolieron. Él en verdad la había prometido con Koga, como si fuera un objeto más dentro de sus planes, y aquello solo le generaba tristeza y decepción.

— Él no me obligó, él me lo propuso y yo acepté. Se supone que debíamos casarnos porque los acuerdos así lo estipulan, ¿lo recuerdas? — Su voz se quebró un poco pero no iba a llorar a pesar de que en ese momento se sentía pequeña e indefensa. 

— Te divorciarás e irás a Jetaiya. Todo está listo, saldrás por la mañana con tu madre y el príncipe Koga. — Ordenó su padre. Rukia dio un paso atrás al darse cuenta de que nunca tendría la opción de elegir porque su vida no era suya.

El Ruiseñor || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora