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Era la ultima vez que viviría eso, el timbre, la desesperación de los alumnos, el camino a casa acompañada por la música, las siestas innecesarias; la rutina de una persona que todavía no ha empezado a vivir de verdad.

Esa noche quedamos los cuatro, sentados en el tejado de mi casa, dando la bienvenida al verano. Wyle trajo tabaco y hablemos inocentemente dela vida, porque eso eramos, inocentes. Lulah era la única del grupo que había perdido la virginidad, estábamos a un verano de ir a la universidad y todavía no nos habíamos enamorado nunca.

-Esto es una mierda, me aburre mi vida.- dijo Waldo, como si estuviera recitando lo que tenia apuntando en mi cabeza. Waldo era el mas normal de nosotros, o al menos eso decía la sociedad. Él era de clase alta, su padre era conocido en la ciudad. Le gustaba dejar los cigarrillos a medias, asi se sentía menos rebelde, pero en el camino de vuelta se lo terminaba de fumar. Siempre me preguntaba a mi misma porque de entre todas las personas que hay en el mundo nos habia escogido a nosotros como amigos.

-Al menos no tenemos que volver a clase.- le recriminó Lulah. Eso era verdad, el verano habia empezado, pero Waldo tambien tenia razon, diria que hasta mas que ella.

Giré mi cabeza para vez a Wyle, estaba dormido. Él siempre hacia eso,estar ausente aún cuando estaba a tu lado. Vivía siempre dentro de su cabeza, y nunca decia lo que pensaba. Pero su presencia era necesaria; reía en los momentos idóneos, traía el tabaco y daba los mejores abrazos. Nunca se peinaba y su ropa nunca combinaba, eso es lo que me gustaba de él: su indiferencia a las opiniones ajenas.

-Este cabrón se ha quedado dormido.- informé a los demás. Ellos rieron, yo también.

-Tápale la nariz, se despertará.- me ordenó Lulah, lo hice y efectivamente se despertó. Wyle tenia cara cansada, parecia que nunca dormía, a las chicas le encantaba ese aspecto desaliñado y debilucho. Vivia solamente con su madre y su hermana pequeña, tenia una famillia super acojedora.

-Casi me matas.- dijo fingiendo molestia. Las carcajadas de Waldo y Lulah no cesaban. Yo no reía, estaba obsoleta pensando en la familia de Wyle.

-¿Sabes que es lo que me jode?- preguntó en voz alta Lulah, nadie le respondió; ella no quería que le respondieramos, siempre lo hacia,hacer una pregunta en voz alta solo para que le respondiera elsilencio y luego responderla ella misma.- Que esto es lo masdivertido que he hecho durante esta ultima semana, mi vida es una mierda.- menosprecia lo que tiene, Lulah es una de las chicas mas atractivas que he visto nunca; ella hizo cuestionarme mi sexualidad,ella me hacia sentir insegura, ella era la menos indicada para quejarse. Aún así todos asentimos.

Me levanté y baje cuidadosamente hasta la ventana de mi habitación,los demás se quedaron perplejos observándome recorrer todo el camino hasta llegar al jardín.

-¡Vamos, seguidme!- grité para que bajaran. Emprendí camino, no sabia donde iríamos, pero quería empezar a aprovechar ese verano al máximo.

-¿Dónde nos llevas?- preguntó Waldo con un paso acelerado.

-A la aventura.- contesté segura. Estaba inspirada, la noche me inspira, cuando la luna nos saludaba era capaz de hacer cualquier cosa. Todos me seguían, hablaban sobre a que piscina iríamos durante los días calurosos y discutían sobre que crema solar era mejor. Yo no hablaba, caminaba de manera automática, mirando hacia arriba aspirando la noche.

Pasaron mas de dos horas, estábamos entre callejones oscuros con ruidos amenazantes; gente gritando, aplausos eufóricos y el sonido de la gran masa. Y entonces me acordé del día en el que nos encontrábamos, la bienvenida del verano, el combate de boxeo que celebraba el final del curso académico y laboral. Me giré hacia las tres personas que estaban a mi espalda.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2022 ⏰

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