Capítulo 4: ¿Puedes sonreír?

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Capítulo 4: ¿Puedes sonreír?

La niebla cubre mi mañana,
el sol apenas rasga la espesura de una bruma infinita
El paisaje se torna misterioso...
al ruido sordo de mis pasos por las hojas secas.
Todo está en silencio, como si la muerte anduviera cerca,
solo mi aliento lento y pausado, se escucha tras mi caminata 
sigilosa y lenta...

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Otra año más donde Isabella debe bailar al menos tres bailes con tres caballeros solteros, esa es la regla de etiqueta en Cambridge y en toda Inglaterra.  Para su desgracia, piensa Isabella.

Este verano se ha vuelto insoportable para Isabella, su madre parece que tiene una sonrisa en el rostro todo el tiempo y esa sonrisa es la causa por la que la Srta. Swan no ha peleado con su madre.

—Oh cariño cuanto te divertirás. La Sra. Swan junta sus manos y sonríe para infundirle alegría también a su hija de 16 años.

—Claro madre, estoy ansiosa por mi décimo sexto cumpleaños. Su madre no logra entender un poco de la ironía y sarcasmo que Isabella usa en su voz.

—Mi hermosa Bella, comprendo tu entusiasmo. Renne hablaba mientras piensa que su hija comparte ese mismo sentimiento.—Cariño yo cuando tenía tu edad, ¡Dios yo amaba bailar con apuestos caballeros!, tú abuela que nuestro señor la tenga en su gracia, ella siempre me decía; Renne solo tres bailes querida.

—Me imagino que tú te revelabas ¿cierto?. Eso sí era un tema interesante del que hablar, piensa Isabella.

—Tks, tks no Bella. Chasquea su lengua Renne y niega lentamente.

—Y con… ¿Con mi padre?. Hace la pregunta con un leve sonrojo en sus mejillas color manzana, ya que la pregunta es algo íntima e Isabella lo sabe.

—Oh querida, tu padre bailo dos bailes de tres y tu abuelo ya pensaba cuando seria la boda. Confiesa una Renne muy sonrojada, llevando su mano a sus labios como si de ellos hubiera salido una imprudencia.

Isabella sonríe ante esa declaración, si bien se sabe por todo Cambridge que sus padres son los seres más amorosos y su matrimonio aun es comentado por las señoras de sociedad, ya que un matrimonio realizado por amor y no por intereses monetarios era algo digno aun de cotillear después de muchos años.

Su madre da un gran suspiro al recordar como su Charly la había cortejado en sus años mozos.

 Para Isabella el matrimonio era algo que no estaba en sus planes, incluso sabiendo que hace un año ya había tenido una propuesta de matrimonio con un caballero que al parecer era agrado de su madre.

—¿En qué piensas Bella?. El sobre nombre de le había quedado después de todo y pese a que su madre no le agravada mucho, también hacía sentir que pequeña hija siempre seria su Bella, su pequeña y su bebé.

—En nada trascendental. Contesta negando y una sonrisa traviesa de le escapa de los labios.

—Siempre tan soñadora mi niña. Se levanta y sale de la alcoba de su hija, para seguir dando órdenes de cómo quiere que quede el salón principal para el cumpleaños de su hija.

Observa frente a su balcón como todos parecen hormiguitas trabajando por algo que para ella le resulta realmente irrelevante... “su cumpleaños”.

Realmente no era nada trascendental lo que Isabella había recordado, pero sí muy gracioso.

De solo volver a recordar cómo había sido la primera vez que un caballero había llegado a pedirla en matrimonio hace que ella vuelva a reír ahora con más fuerza.

Isabella, entre la seda y la espada (Fan-Fic de Crepúsculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora