Después de desaparecer misteriosamente junto a su hermano mayor en la mansión "embrujada" de Agdeog, y olvidar por completo su pasado, Jungkook, quién ahora trabaja como reportero en la ciudad de Seúl, comienza a investigar "La leyenda de Agdeog." U...
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—¿De qué hablas?
—¿Alguna vez leíste la leyenda de Agdeog?
—¡No!
—Pues deberías hacerlo.
—Eso es absurdo, nunca he estado en Fairytale, nací y crecí en Seúl, no soy de Agdeog.
—Entonces, ¿dónde viste ese cuadro?
—No lo sé, tal vez lo vi en algún artículo, soy reportero. ¿Quién es ese hombre?
—El hombre del retrato... es el dueño de Fairytale. Es imposible que no hayas estado allí. Dijiste que has tenido fantasías con ese hombre desde que eras un niño y, ¿no sabes el motivo?
—Así es, pero nunca estuve en ese lugar.
—Si tú lo dices, es lo único que puedo decirte.
—Dal Hya noona...
—Dalia... —dijo con un leve tono de molestia —.
—Perdón, Dalia noona, esto solo te lo he contado a ti. Eres la única persona que conoce mis más íntimos secretos y pecados. Me siento desesperado porque es la primera vez que un sueño se siente tan real y eso me inquieta. ¿Qué debería hacer?
—Aléjate de todo lo que involucre a ese hombre, no busques tu desgracia.
—Algunos me dijeron que había muerto.
—¿Crees en los espíritus? Ellos están entre nosotros. No dejes que la ambición y la lujuria te dominen, niño, o lo lamentarás toda la vida.
—Yo no creo en esas cosas.
—¿No crees y viniste desesperado a pedirme ayuda porque estás teniendo sueños con un hombre al que nunca has visto? Escucha la voz de una bruja, no busques tu propia muerte, Seo Jungkook.
Jungkook miró extrañado a Dalia y dio un suspiro de desánimo antes de salir de la casa de ella. Estaba muy confundido debido a las palabras de la mayor. «Debería desobedecer la advertencia de Dalia o simplemente debía seguir en busca de respuestas.» Pensó.
Dalia encendió un cigarro y tomó las cartas del Tarot para mirar un poco de la vida de Jungkook después de que este se fue, algo dentro de ella la tenía atormentada, ver el pasado de ese joven reportero removió malos sentimientos en su interior.
—¡Bienvenido, Belsazar!
Un cuervo negro se posó sobre la mesa e hizo un fuerte sonido después de alzar sus alas. Dalia esparció las cartas sobre la mesa y las fue mirando una por una. Al levantar una de ella, era uno de los arcanos mayores, "La muerte". Siguió levantando más dos cartas y al llegar a la tercera, se encontró con "La carta del juicio."
