𝑻𝒖 𝒎𝒊 𝒄𝒉𝒂𝒎𝒑𝒊𝒐𝒏𝒔 // 𝑹𝒐𝒅𝒓𝒚𝒈𝒐 𝑮𝒐𝒆𝒔

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓

"𝑻𝒆𝒏𝒊𝒂 𝒎𝒖𝒚 𝒄𝒍𝒂𝒓𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒆𝒓𝒂𝒏 𝒎𝒊𝒔 𝒐𝒃𝒋𝒆𝒕𝒊𝒗𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊, 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒏𝒊 𝒔𝒊𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒐 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒓"

𝐀𝐍𝐎𝐍𝐈𝐌𝐎

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ᴄᴀᴍɪʟʟᴇ ᴘᴏᴠ'ꜱ

El amor, ese sentimiento tan natural, pero a la vez tan complicado. Qué fácil y difícil es al mismo tiempo. Los sentimientos de enamoramiento y amor a veces son difíciles de detectar. En ocasiones no sabemos si ese cariño que sentimos hacia una persona es simple aprecio o es algo más. ¿Me estaré enamorando de él? ¿Me está empezando a gustar Rodrygo? Son las preguntas que me hago desde ese primer beso. ¡Y qué beso! Ese mismo que todas las noches, en cada sueño, se reproduce en bucle. Se dice que "Cuando el río suena agua lleva", y en el momento que surgen estas preguntas es porque quizás haya algo más que un simple aprecio o amistad.

Cualquier persona que está empezando a sentir "algo" por otra lo único que desea es poder estar el máximo tiempo juntos disfrutando de la compañía del otro, queriendo saber hasta las cosas más tontas como; ¿cuál es su sabor favorito de helado? o si es ¿"Team Edward" o "Team Jacob"? en Crepúsculo.

Y yo... tengo miedo. Por naturaleza, tendemos a huir de aquello que nos asusta, y en el amor no es diferente. No estoy acostumbrada a ser amada. No al menos de una forma romántica de pareja. Desde pequeña he tenido muy claro que cuantas más personas dejes entrar a tu vida, más podrán irse. Quizás no sea más que una simple excusa para no admitir que estoy empezando a sentir cosas que nunca había experimentado y eso me aterra. En realidad, no es que no quiera sentirme amada, porque en el fondo es lo que más deseo, pero el deseo que siento es equivalente a mi temor a sufrir y salir lastimada de todo esto.

Cuando esto me pasa tiendo a alejarme de la gente. No es la mejor decisión, pero lo agradeceré en un futuro no muy lejano. Ojalá le hubiese conocido en otra circunstancia, en una que no tuviésemos el tiempo establecido. Porque, aunque me duela admitir nuestro "amor" no va a durar más de un año. Rodrygo vive en Madrid y es algo que no va a cambiar. Yo vivo en Portugal junto a mis cinco hermanos y mis padres, a los que tengo que ayudar porque una asquerosa enfermedad desgasta poco a poco la vida de mi progenitor. Lo nuestro es prácticamente un imposible.

-Cami, ¿Estás bien?- Pestañeo un par de veces antes de mirar a Daniela. Hoy es nuestro día libre y hemos quedado para comer por el centro de Madrid, precioso a mi parecer.

- Sí, ¿Por qué?- Interrogo antes de llevarme el vaso a los labios. Toso levemente sintiendo el paso del gas de la bebida por mi garganta.

- No sé- Encoje los hombros con una sonrisa.- Estás como "ida"- Hace comillas con los dedos. Niego.- No has comido nada- Señala el plato y tiene razón. El trozo de carne y la ensalada siguen en la misma posición que hace media hora cuando lo trajo el camarero.

- No me encuentro muy bien. Estoy rara como el tiempo- Las primeras lluvias ya asoman por la capital y lo agradezco porque el calor me agota completamente.

- Ya...-Enarco una ceja esperando que continúe con la frase. Se incorpora un poco en la silla manteniéndose en silencio mientras busca las palabras correctas.- ¿Te gusta el brasileño?

- ¿Cuál?- Me hago la tonta. Suelta una pequeña carcajada mirando a los ojos.- ¿Rodrygo?- Desvío la mirada a los adoquines grises de la Plaza Mayor.