[...]
─ Hazel.
─ Qué bonito nombre, Hazel ─ Myri hizo un breve reverencia ─. Bueno, seguidme, os guiaré hacia el ala de desayunos.
Wow, tenían incluso una sala solo para desayunar.
Una vez que llegamos al sitio, Myri abandonó la sala y me quedé sola con Aaron.
Nos sentamos y mientras tanto estábamos mirándonos fijamente, sin saber qué hacer. Ahora con más luz y más intimidad, pude admirarlo con más detalle. Tenía la mandíbula marcada, su piel era tibia y su cabello era negro azabache y revuelto. Era precioso su pelo. Sus ojos verdes con un tono amarronado y chispas marrones eran de las cosas que más le favorecían.
Y preferí no pensar nada sobre sus brazos porque si no descubrirían mi parte horno con piernas.
Una vez ya sentados en la mesa, sin saber qué decir, me preparé un café.
─ ¿Te ayudo? Puede que queme ─ extendió su mano. Esa amabilidad repentina me molestó un poco ─. Está recién hecho.
─ No, muchas gracias ─ le sonreí como pude.
Levantó sus brazos, asintió y volvió a su posición original.
─ Así que, Hazel ─ la manera. La manera en la que pronunciaba mi nombre con suavidad y su voz y cómo arrastraba las letras era flipante ─. Bueno, creo que ya sabes cómo me llamo.
─ Lo sabe todo Canadá ─ dije irónica.
─ Ajá ─ levantó levemente la cabeza ─. Y, cuéntame, ¿has tenido novios? ─ Se notaba que estaba incómodo.
─ Sí, he tenido dos parejas a lo largo de mi vida. Justo acababa de romper con uno ─ recordé la causa de la ruptura con mi expareja y un pequeño nudo se formó en mi garganta ─. Pero nada más.
─ ¿Todo bien?
─ Sí, nada más el recuerdo de por qué rompimos.
─ ¿Y por qué lo dejasteis?
─ Él dijo que yo no era suficiente.
─ Eso no es cierto. El que no era suficiente era él. Tú, al menos, tienes pinta de serlo. Me pareces buena chica ─ tenía unos subtítulos en la cara que decían «MENTIRA».
Mis mejillas tomaron un color carmesí, había una gran diferencia ─ salvo por la mentira ─ entre «eres suficiente para mí» y «me pareces buena chica».
─ Vaya, muchas gracias.
─ No sé si lo he hecho bien, me prometí a mí mismo el día de la inauguración que sería amable con la persona que me casaría. Por desgracia. No por ti, sino por la situación ─ trató de arreglar.
Hice un amago de coger un cuchillo y cortar un pedazo de fruta, pero sin querer golpeé un vaso y tambaleó haciendo caer a este. Puse la mano para que no cayera pero supongo que, por inercia, él también puso la mano de manera que nuestras manos se tocaron. Puse el vaso en la mesa y tragué grueso.
Bien, Hazel, empezábamos bien.
─ Siento mucho eso.
─ No importa.
─ Oye, quería...decirte algo ─ respiré hondo, disimuladamente ─. Quería saber si me podrías ayudar. Como escuchaste ayer, mis estándares económicos no están muy estables. Hasta hace unas horas, yo vivía en una situación complicada junto a mi madre y mi hermano pequeño. Solo quiero que me ayudes. Haré lo que sea.
─ No hacía falta el discurso ─ se acomodó en su silla ─. Siempre se da un dinero quincenal a las familias.
Genial, y yo al borde de la muerte por los nervios.
─ Muchísimas gracias ─ agradecí plenamente.
─ No hay de qué ─ sonrió y se lamió los labios sutilmente.
─ ¿Y tú? ¿Has tenido novias?
─ Sólo una ─ contestó con simpleza.
─ Bueno ─ me levanté ─. Yo me retiro, gracias ─ no lo hice por otra cosa que no fuera porque la situación empezaba a ser un poco bastante incómoda.
─ Adiós, hasta luego.
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¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©
Fiksi RemajaCanadá, un bonito país, una buena realeza y un futuro rey de veinte años condenadamente guapo. Aaron debe buscar una esposa para convertirla en reina con él, allí es donde conoce a Hazel. Una campesina de apenas diecinueve años que es obligada por s...