Félix era un estudiante que llevaba su vida normal. Universidad, comer, tarea, dormir y repetir. Un día, llegó un maestro sustituto, Hyunjin, el cual tenía sólo tres años más que él y el cual llamó la atención de todas las chicas de la escuela... y...
La alarma sonó más fuerte de lo normal esta vez, pero a Félix no le importo. Ahora tenía una razón solida para ir a clases, y esa razón tenía nombre y apellido: Hwang Hyunjin. Habían pasado varios días desde que el mencionado llegó, y el rubio no le quitaba la vista de encima, llegando incluso a perderse en él, sin prestarle atención en lo absoluto a la clase.
Se vistió rápido y ni siquiera desayunó, él quería llegar puntual a la clase.
Y así fue, Félix fue el primero en la clase, sentandose hasta adelante.
— Vaya, temprano. Muy bien, señor Lee — habló Hyunjin cuando llego y vio al rubio sentado, siendo el único ahí.
— Dígame Félix.
— Bueno. Sólo porque me caes bien, dime Hyunjin.
— Gracias — el menor se sonrojo y bajo la mirada, ganándose una sonrisa del mayor.
— ¿Y eso que llegas temprano? ¿te caíste de la cama?
— Ja, ja — río sarcásticamente —. Sólo.... no sé, quería llegar temprano.
— ¿No será excusa para verme? — El pelinegro sonrió.
— Yo-... no, no, ¿por qué...? no, para nada — río, nervioso —. Tiene razón, me caí de la cama.
— Lo sabía — río ligeramente —. Bueno, me alegro que hayas llegado temprano. De hecho, son las seis y media, debería estar aquí hasta las siete cuarenta y cinco.
— ¿Demasiado temprano?
— Quizá. Pero no importa, vamos a desayunar en lo que llegan los demás. Yo invito. Por aquí hay un cafe abierto las veinticuatro horas que, Dios, es muy bueno.
— Oh... está-... está perfecto. Sólo voy a agarrar mi suéter. Es agosto y esta helado afuera.
— Tengo una pregunta, Félix — el mencionado asintió —. ¿Eres de Corea?
— No. Soy de Sidney, Australia. Nací allí.
— Entonces hablas inglés británico — dijo más como pregunta.
— Sí, lo hago, ¿por qué?
— Oh, por nada. Hum, bueno, ¿vamos?
— Claro.
⚘⚘⚘
La jornada la paso muy bien, compartiendo miradas de vez en cuando con Hyunjin, sonrojándose al instante. Félix no era un experto en esto, pero él sentía que algo más que una amistad estaba surgiendo entre ellos.
Al momento del descanso, fue corriendo al edificio de ingeniería para contarle a su mejor amigo de su almuerzo en el cafe con su maestro.
— No te creo — dijo este.
— Sabía que dirías eso. Por eso, tomé una foto
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[la foto]
— ¿Cómo sé que no la sacaste de su instagram o algo? — Jisung seguía indeciso.
— Cree lo que quieras. Hoy salí con él y nadie me va a quitar esa emoción.
— Dios, te quieres ligar a un maestro.
— ¡Cierra la boca, Jisung!
— ¡Eso haces! ¿o no?
— Ya ni yo sé qué hago — hizo un ligero berrinche y siguió caminando con su amigo.
— Yo apoyo completamente eso. Mira que anoche me inventé su nombre de pareja. Hyunlix, suena bien, ¿no?
— Sí, lo hace. Pero aún así, no pasará nada entre-... — el castaño le puso un dedo en los labios.
— Te invitó a almorzar. Yo creo que ya pasa algo, Yongbok.
— Quizá si... pero bueno, mejor no hablemos de mí, ¿cómo vas con Minho?
— Me invitó a salir — Jisung mostró la sonrisa más amplia que pudo.
— ¡Dios! ¿por qué no me lo habías dicho?
— ¡Porque me lo acaba de proponer! Después de salir, fue muy cliché. Estaba guardando las cosas, y cuando todos se habían ido (sólo quedaba yo), Minho llego y me abrazó por la espalda. Me dijo que, aunque sólo llevamos una semana de conocernos, yo le gusto mucho, y que quería invitarme a salir. Una parte de mi alma se quedo en el aula de química. ¡Ahora que lo pienso, fue en el aula de química! Tan romántico.
— Lo último que dijiste fue medio incoherente, pero lo demás fue muy lindo. ¡Me alegro por ti! A ver cuando me presentas a mi cuñado.
— Ya lo conoces.
— Sólo de vista.
— Está bien. Mi cita es hoy a las siete, y tú me vas a ayudar a verme lindo. Claro, ya lo hago, pero ya sabes, más lindo.
— Si eso es posible — le guiñó un ojo.
— Por eso te amo, Félix. Bueno, vamos a comer, en la salida vamos directo a mi casa, ¿okay?
— Salimos a las cinco.
— Exacto, tenemos sólo dos horas.
— Está bien.
El rubio sonrió. Recordó cuando ambos salieron del closet a la misma vez por accidente. Como ya sabían, decidieron iniciar una relación, según ellos, como eran mejores amigos, funcionaría, pero no fue así. No se veían como más que amigos, y eso lo entendieron al mes de estar juntos. Aún así, la amistad siguió más fuerte que nunca. Ahora lo único que se acerca a ser de "parejas" es que se besan de vez en cuando, pero sólo para reforzar la amistad y ya, sin dobles intenciones.
