Protagonista: Harbinger.
Shippeo: Harbinger x Oc.
Spoiler: Pre-Canon, corto.
Ando considerando re-conear el canon de mis niñas, ya que entre más escribo voy puliendo mejor detalles de ellas y sus relaciones. También considero que hay cosas que pudiera mejorar para desarrollar mejor sus relaciones.
La vida había sido miserable con él desde temprana edad, no obstante... El no podía ser miserable con la vida, menos a su corta edad de 11 años.
— Déjame. — Le dijo a su compañera, por sus actos de "vandalismo juvenil" le habían castigado en el maldito orfanato donde estaba.
Una de las "monjas" (Harbinger no se creía eso de "persona santa y libre de pecado") lo había reprendido, y por primera vez en la vida de la mujer, golpeado, sorprendiendo a los otros niños siendo la primera vez que hacía eso contra un niño, que hasta las mayores le habían regañado, al alargar la herida en su ojo, manchando el suelo con sangre.
— Perdone, pero este niño tiene al diablo dentro. — No era para menos pensar así, había dejado heridos a esos hombres, casi los mato. No le arrestaron por ser un simple niño, incapaces de creer lo que había pasado frente a sus ojos.
Harbinger no les quiso prestar atención. Solo había querido buscar alimentarse por su propia cuenta. No tenía algún recuerdo de sus padres, a duras penas del tacto cariñoso de ellos cuando era un bebé, solo presente en sus sueños.
Estaba seguro que nadie lo adoptaría, y poco le importaba ya. Era difícil que un adolescente lo adopten, y peor uno con fama de busca pleitos. Sabía que apenas tuviera cierta edad, debía largarse y buscar valerse solo.
Teniendo que asistir a múltiples oraciones de las monjas que asistían al orfanato con ellos, solo pudo pensar en lo que vivió, una extraña fuerza sobrehumana, siendo similar a una completa furia ciega donde su cuerpo no sintió ni dolor, no pesadez, solo se movió en defensa propia.
— Me preocupas, recuerda que no eres el único solo. — Rose, lo más cercano que tenía a una amiga, o por lo menos una persona de su confianza en ese maldito lugar en su actitud de ermitaño, le dijo.
Al levantar la mirada ella no estaba, quedando solo nuevamente en su castigo.
Había escuchado que la iban a adoptar. Que envidia era eso para muchos allí, pero quiso no prestarle importancia, queriendo concentrarse en su extraño poder, buscando despertarlo una vez más.
Cuando se dio cuenta, habían pasado 2 horas, permitiéndole salir de su castigo. No quiso ir a jugar, y tampoco sentía tanta hambre. Solo se fue a buscar un lugar callado, no podría salir de ese orfanato por unos meses debido a lo que causó.
— Hola. — Harbinger levanto la mirada a la chica castaña, devolviendo el saludo.
— Rose... Pensé que estarías jugando...
— Lo estaba, pero varios habíamos querido verte.
— ¿Habíamos? ¿En plural? Pensé que ahora me tenían miedo.
— No es así. — Le extendió su mano. — Has estado mucho tiempo encerrado, ¿Estás triste no? Ven con nosotros, ¿No recuerdas lo que me dijiste hace unos días? Quiero animarte de igual forma.
— " Sabes? Te ves linda cuando lloras, porque me van ganas de abrazarte hasta que dejes de llorar" — Con las mejillas sonrojadas rápidamente se arrepintió de haber dicho eso, cuando solo quería hacerla sentir mejor tras defenderla.
Sin querer mirarla por la vergüenza de ese recuerdo, sujeto su mano, yendo a buscar al resto de los niños. Llevándose una cálida sorpresa cuando, desafiando sus pensamientos, se preocuparon por él, revisando la herida de su ojo.
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Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)
FanfictionSegundo libro de la campaña #TauroNeedLove creada por mi.