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Una nueva semana había comenzado. Eran exactamente las 8 am e iba rumbo al supermercado. Mi familia tiene un pequeño restaurante de comida tradicional que con mucho sacrificio pudieron obtener gracias a los ahorros de toda la vida de mi padre, por suerte el negocio estaba dando buenos frutos.
Cada día, por las mañanas, iba de compras ya que era una de las tareas que me habían asignado desde que abrieron el restaurante. No pasaba de comprar vegetales, salsas, fideos y algún antojo que pudiera tener en el área de las frutas como por ejemplo las mandarinas.
Al llegar tomé un carrito y me dirigí a las áreas de siempre con lista en mano, aunque pareciera que todos los días compraba lo mismo siempre había algo nuevo que añadían para la compra. Caminaba muy desinteresado por los pasillos hasta que siento que golpeé algo con el carrito, curioso miré abajo y vi a una chica que estaba ordenando los dulces que se encontraban en los estantes inferiores.
-D-disculpe, no la había visto- dije de lo más avergonzado esperando alguna reacción negativa hacía mi.
-No se preocupe, es algo que le puede pasar a cualquiera- sonrió mientras se levantaba. Ahora que la miraba del todo me di cuenta de que es muy linda, de pelo oscuro con ojos color avellana.
Solo asentí y seguí con mi camino mientras trataba de procesar la vergüenza por la que acababa de pasar.
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Después de ese primer encuentro la observaba de reojo cada vez que iba hacer las compras, siempre se encontraba en el mismo pasillo de los dulces haciendo sus deberes tan amenamente mientras escuchaba música a un volumen bajo, era música alternativa y creo que le da el toque a la personalidad que tiene.
Inhale profundamente y está vez decidí cruzar por ese pasillo como la primera vez para verla mejor, por una extraña razón no podía quitar mi mirada de ella, era tan atrayente así como un imán. Pasé lentamente al lado de ella, tal vez correría con algo de suerte y me hablara por segunda vez pero nada pasó. No dijo nada al igual que yo y maldecía a mi timidez porque siempre salía ganando aunque no quisiera.
Pasaron los días luego semanas pero un día, no volvió al supermercado. Me pareció tan extraño pero tenía miedo de preguntar para no levantar sospechas así que decidí esperar al día siguiente a ver si la veía, de seguro estaba enferma o tenía algo urgente que tratar como le puede pasar a todo el mundo.
Pero, llegó el siguiente día y con este una semana y la chica no estaba en el lugar de siempre, decidido pregunté a la señora de la sección de carnes por ella, una vez las vi platicando juntas así que tal vez pueda sacarle información teniendo una plática casual.
-Oh, escuché que ella renunció ya que tuvo conflicto de ideas con el gerente, típico de los jóvenes de ahora que buscan cualquier excusa para no trabajar- dijo tranquilamente mientras atendía a una señora. Me dio coraje escuchar como despotricaba su opinión en contra de la chica como que estuviera dando por sentado la razón de su renuncia.
-Ya veo- respondí entre dientes, di media vuelta y me fui de ahí caminando nuevamente por el pasillo en donde la conocí para llegar a la caja. Esperaba que pronto, tal vez algún día pudiera volverla a ver.
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Con esto pasaron los meses y una tarde de verano fui a sentarme en el parque que queda cerca del restaurante de mi familia, el sol estaba a punto de ocultarse y había una brisa fresca que alborotaba levemente mis cabellos. Busqué una banca que quedaba lejos del bullicio de la gente para poder terminar una paleta de helado que se estaba derritiendo en mi mano, estaba en eso cuando vi a una chica con un vestido rojo caminar al frente de mi, sin darle tanta importancia levanté mi vista y muy sorprendido vi que era ella. Era la chica del supermercado y la tenía frente a mi otra vez como si fuera obra del destino.
Ella se sentó en otra banca, casi cerca mío, mientras que yo estaba nervioso de verla otra vez de manera tan repentina. Supongo que las mejores cosas no avisan cuando van a llegar a tu vida.
Decidido fui a hablarle ya que esta podría ser mi última oportunidad de tenerla frente a mí y no la iba a desaprovechar.
-Ho-la- dije balbuceando.
Ella levantó la vista y me sonrió.
-Hola, yo te he visto en alguna parte- dijo más como preguntándose a sí misma, llevando su mano a su barbilla tratando de ubicar mi rostro en algún recuerdo.
-Yo voy a comprar al supermercado donde antes trabajabas, una vez te golpeé con el carrito de las compras- qué vergüenza, pensé .
Ella recordó rápidamente y se echó a reír. Su risa era tan contagiosa que yo me reí junto con ella.
-Ahora lo recuerdo. Soy Paula- extendió su mano dándome el permiso de estrecharla lo cual hice inmediatamente.
-Mi nombre es Yoongi, sé que esto es muy repentino pero, ¿Te gustaría acompañarme a comer?- pregunté esperando no haber sonado tan desesperado o en el peor de los casos ser rechazado por ella.
-¿Esto cuenta como una cita?- sonrió mientras se levantaba de la banca y comenzó a caminar justo a mi lado.
-Si quieres. Puede ser lo que tú quieres que sea-.
🍬FIN🍬
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La Chica del Supermercado 🛒
FanfictionEs un ✨One Shot✨ Historia narrada desde el punto de vista del protagonista. En donde el querido Suga tiene una vida completamente normal alejado de la farándula.