Cruces.

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Narrador.

Madison se levante apenas un rayo de sol que entro por su ventana mientras que el vizconde siguió "disfrutando" de su  sueño hasta el olor a desayuno recién hecho llego a su nariz, abrió lentamente y se sorprendió al verse sin la botella e incluso tapado, estaba casi seguro que él no haría eso, por su lado Madison terminaba de colocar la mesa tal cual a la de cualquier casa de alta sociedad, cuando se sintió conformo con lo que realizo, subió a avisarle a Anthony que un día nuevo había comenzado pero se olvidaba del mero detalle de que aun andaba en sus ropas privadas. Madison golpeo dos veces la puerta antes de entrar en el despacho, Anthony que aún no lograba despertarse del todo, no recordaba que tenía visitas asique cuando sonó la puerta creyó que era todo parte de su imaginación pero ver la imagen de madison en telas tan finas, lo hizo levantarse de inmediato.

Narra Anthony

La imagen que tenía frente mío era de un mismísimo ángel, como una muchacha podía verse tan bien en esas simples telas, intentaba no bajar mi mirada más allá de su cuello. Cuando dio un paso hacia a mí fue cuando la tentación me gano y escanee todo su cuerpo, donde más me detuve fue en sus senos y caderas, pero enseguida cerré mis ojos recordándome que esa no era manera de pensar sobre una dulce señorita, que no era cualquiera sino la amiga de mis dos hermanas menores, por cual aun tenia que controlarme mas.

-Buenos días-saludo-

-Buenos días-salude sin mirarla-

-El desayuno está listo abajo-susurra-

-Ya bajo, tú si quieres puedes adelantarte- le respondo- pero tal vez te gustaría pasar por tu habitación -le susurro-

-Claro-sonrie confundida y salió de mi despacho-

Me tomo unos segundos para pensar en la situación en la que me encontraba apenas terminara el desayuno armaría y enviaría la carta a sus padres, no quería que nadie pensar que me estaba aprovechando de la muchacha o que estábamos teniendo un amorío secreto y menos que menos no poder controlar los pensamientos fuera de lugar que estaba teniendo desde que se acerco. Acomode mi ropa y cabello para luego bajar, me sorprendí al encontrarme con una mesa tal y como la que solían a ver en mi casa.

-Woow sí que has cocinado un poco-sonrió-

-No sabía con qué te gustaba desayunar asique prepare de todo un poco-señala la mesa y se vuelve a sentar-

-No debiste hacer tantas cosas-digo sentándome en el otro cabezal de la mesa, era raro ser dos en la mesa y estar tan lejos pero no dije nada.

Desayunamos sumidos en un gran silencio, lo que me mantuvo tenso ya que sabia que en cualquier momento que subiera mi vista la tentación de ver mas allá iba a ganarme, era una constante lucha entre mi moral y mi maldita mente .Me sirvió varias veces café o jugo cuando veía que se vaciaba mi copa o taza, también me hizo probar de todo un poco, no entendí porque pero no quería negarme por todo el esfuerzo que había hecho por cocinar.

-Ya estoy lleno, iré a trabajar al despacho, eres libre de hacer lo que quieras y si me necesitas ya sabes dónde estoy-digo levantándome rápidamente de la mesa-

-¿Seguro que no quieres algo más?-pregunto sonriente- muchas gracias-

-Muy seguro, nos vemos luego-sonrió y me retiro a mi despacho.

Si huí como un cobarde de esa situación pero que mas podía hacer, ella no parecía percatarse de su falta de ropa y yo no sabia como hacérselo notar sin quedar como un maldito pervertido.  

In love with the little friendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora