10. No es justo

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El timbre del teléfono sonó desagradablemente, despertándote en tu profundo sueño. No hay nada inusual al respecto, tu mañana diaria comienza de esta manera. Solo que hoy tienes una sensación desconocida en la boca del estómago. Lo más probable es que tenga algo que ver con los brazos que te rodean, lo que dificulta tus movimiento. ¿Scarlett vino? No estabas segura.

El flashback de la noche anterior inundó tu memoria, tu cuerpo se congeló, tanto que aunque los brazos que te sujetan se suelten, no podrás moverte. La alarma continúa sonando y resonando en las paredes de tu habitación, haciendo que Lizzie finalmente se despierte y, sin embargo, estabas atrapada en el lugar.

"Apaga esa alarma" Ella resopla, dándote la espalda. Obviamente, parece que ella no tiene la misma reacción que tú. La alarma dejó de sonar pero puedes escuchar el latido de tu corazón en tus oídos.

"Lizzie." Pudiste decir después de un minuto de silencio. "Oye." La empujas, no tan suavemente.

"Por favor, no me digas que eres una persona mañanera"

"Tienes que levantarte" Sacudiste su cuerpo. Sin dejar de darte la espalda, dijo casualmente: "No creo que pueda físicamente" Por primera vez desde que despertaste, te sonrojaste mucho y la culpa se olvidó por un minuto.

"Yo podría decir lo mismo" Tu susurras.

La sonrisa casi llega a tus labios hasta que la culpa te alcanza de nuevo. Suspiras un poco demasiado fuerte, esto hizo que Lizzie te mirara. Se incorporó para poder nivelarte contigo.

Mira, la cuestión es que ambos sabían lo mal que estaba, pero verse hace que sea muy difícil pensar con claridad. Sin pensar, puso la palma de su mano en tu mejilla antes de decir "Lo siento, me iré"

Es lo correcto, ella se tienen que ir. Todo esto es un error, pero mirarla mientras busca su ropa en tu habitación es fascinante. Parece que no puedes apartar los ojos de su hermosa forma.

"Tu ropa está en la cocina." murmuras.

Queriendo evitar que ella salga corriendo antes de que puedas hablar, te pusiste de pie también pero con la manta cubriendo tu cuerpo. No tienes tanta confianza como ella.

Caminas hacia ella para evitar que salga de la habitación.

"Yo también lo siento, estaba confundida. Esto no es del todo culpa tuya, así que no sientas que lo es. Ambas la cagamos" respiró hondo, sus ojos se esfuerzan tanto por no caer en tu pecho desnudo. "Vamos a llevar esto a la tumba y " antes de que pudieras terminar lo que estabas diciendo un par de labios sellaron tus labios.

Ella mordisquea tu labio inferior con tanta facilidad haciéndote gemir, y como si el diablo se apoderara de tu cuerpo, cualquier cosa es correcta. Empujas a Lizzie agresivamente sobre la cama, la manta ya no abraza tu cuerpo y te pones encima de ella.

Uniste tus labios en su cuello y besaste hasta llegar a su pecho. Chupas su pezón derecho lo suficiente para no dejar marca mientras tu mano juega con la otra. Ella arquea la espalda, acercando su pecho a ti, la miras y ves que tenía los ojos cerrados y el labio inferior entre los dientes.

"T/N" Ella gime tu nombre. Su pecho se movía hacia arriba y hacia abajo, mientras su mano agarraba la almohada con fuerza.

Besas su camino hasta la parte donde ella más te necesita, besas la parte interior de sus muslos sensualmente. "Estás tan mojada" Te burlas de su clítoris mientras sigue siendo un desastre gimiendo.

Se te hace la boca agua mientras observas cómo la humedad se acumula en su interior. "Muy desordenada." Susurras peligrosamente cerca; Lizzie puede sentir que todo se toca como si estuviera ardiendo.

Champagne problems - Elizabeth OlsenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora