Teacher || Hyunlix¡

⦿QUATRE⦿

POV Tercera persona

— Necesito dormir — habló el castaño apenas pisó su casa.

— ¿Y la cita con Minho?

— Lo sé, lo sé. Sólo decía.

— ¿Qué te quieres poner?

— Félix — habló serio.

— ¿Qué pasa?

— Probablemente Minho me pida ser más que amigos.

— ¿Okay?

— Así que hay que aprovechar estas dos horas para besarnos a lo desgraciado, porque después no podré.

— No jodas, Jisung. No nos vamos a besar a lo loco sólo porque ya vas a tener novio. Aparte, tú muerdes.

— ¡Pero bien que me besas!

— Primero lo primordial, arreglarte. Ya después hacemos lo que quieras.

— Después de esta noche no podremos besarnos, sería infidelidad, Félix.

— Lo sé, tampoco es que esté necesitado de tus besos.

— Dale. Bueno, respondiendo a tu pregunta, no sé qué ponerme. No había pensado bien en esto. ¡Voy a tener una cita con un chico!

— Dios mío, Jisung. A veces me preguntó por qué soy tu amigo.

— Porque me amas. Y porque beso bien.

— Las dos cosas son ciertas. Bueno, basta. Ponte... ah, no sé, no es como que yo salga con muchos chicos, ¿sabes?

— Voy a llorar — el castaño se aventó dramáticamente a su cama.

— No llores, ven — el rubio se acostó al lado de Jisung y comenzó a hacerle caricias en el pelo.

— Félix, no sé qué haría sin ti, te amo — le robó un piquito en los labios que hizo que el mayor se sonrojara.

— Yo también me amo. Pero tiempo es lo que nos falta, así que deja de llorar y levántate, que nos queda poco más de una hora.

— Lo que usted diga, jefe.

Al cabo de veinte minutos ya tenían el atuendo del castaño. Se trataba de unos pantalones de mezclilla holgados azul claro con una blusa blanca también holgada que decía "blueberry's flavor" en letras azules. Se terminó de poner sus converse blancos y abrazó a Félix.

— Eres el mejor amigo del mundo. Gracias.

— ¿Cuál gracias? Son 500 wones.

— Te los puedo dar en besos... si quieres.

— Prefiero el dinero, pero acepto tu propuesta.

El castaño río y tomó a Félix de las mejillas, acercándose a él y depositando un suave beso en sus labios.

Tocaron la puerta y al momento se separaron.

— Soy yo, Hannie — La hermana de Jisung, May, entró y abrió el cajón de su hermano sin preguntar —. Sólo venía por una brocha de maquillaje. Síganse besando, ya me voy.

— Idiota — le dijo el menor a su hermana.

— ¡Gay! — Respondió ésta.

— Sus insultos son muy tontos, al igual que ella.

— Bueno, pero por lo menos no le ha dicho a tus padres que tú y yo nos agarramos a besos cada que vengo.

— Es por eso que no puedo reclamarle nada, me tiene amenazado.

El rubio río y le dio un pequeño beso a Jisung antes de tomar su celular y ver la hora.

— Ya son las seis cincuenta y ocho. Ya debe de estar por aquí Minho.

— Estoy nervioso, Félix.

— No lo estés, todo va a salir bien. Ahora vamos a bajar.

— Oh, no, no le di mi dirección. ¿Te imaginas que mis padres vean a un hombre venir por mí? Dios, no. Sería mi final.

— ¿Entonces qué dirección le...? Ay, no jodas, Jisung, ¿le diste la mía?

— Dijiste que mi casa es tu casa, así que...

— No, no, tampoco es para que... ay, olvídalo. Vamos a mi casa, al cabo esta a dos cuadras de la tuya.

— ¡Gracias, Yongbok! Te lo recompensaré, ven aquí — se besaron por lo que fueron cinco minutos hasta que el celular del castaño sonó.

— ¿Quién es?

— Te ves gracioso. Estás todo rojo e hinchado de la boca — el más bajo río.

— Pues tú no estás mejor que yo.

El castaño contestó, era Minho.

— Voy a salir en cinco, date una vuelta a la cuadra o algo. Sí, ya voy — Colgó.

— Lávate la cara, estás rojo de los labios. Se me olvidó que tengo bálsamo puesto.

— Hijo de puta. Me la lavo rápido, tú espérame en la puerta.

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