—Creo que comienzo a odiar el verano—bramó la pelirroja, mirando el cielo soleado y alegre. Habíamos decidido tomarnos un descanso en el patio común del campus. Sin embargo, el calor era, a duras penas, soportable.
—Mack, ¿Acaso hay algo que no odies?—inquirí con una ceja arqueada
—Ew, no me digas que amas el calor también—preguntó con un gesto de asco
—No le hagas caso, Val—intervino Blair colocándose sus lentes de sol—. Si dependiera de ella, ya habría eliminado el verano para siempre, o el calor.
—Solo odio el sudor, es tan asqueroso. Como los mocos y las lagañas.
—Que asco, Elizabeth. —espetamos la rubia y yo al mismo tiempo
—Solo digo que prefiero morir con el culo congelado, que sudad...
—¡Mack!—mascullamos asqueadas, haciendo que alzara las manos en señal de rendición.
Habían pasado un par de semanas luego del partido de lacrosse. Desde entonces he estado evitando eventos sociales que impliquen estudiantes de la universidad de Hershifore. Quizás no podré evitarlo para siempre, y probablemente tenga que enfrentarlo cara a cara, pero justo ahora no es el mejor momento.
Había escuchado parloteos de parte de las gemelas, algunos en el campus. Parecía que divagar en los entrenamientos de lacrosse. Las personas seguían diciendo muchas cosas de él, pero había un rumor en específico que se repetía una y otra vez.
Jake estaba viendo fantasmas y había enloquecido.
—Señoritas—saludó Dylan posándose en nuestro campo de visión, sacándome de mi ensoñación.
Yo tapé mi rostro con mis lentes de sol, con algo de disimulo. Era claro que no quería sumarle probabilidades a mi encuentro con Jake, aunque no me preocupé demasiado, pues, a duras penas Dylan me saludaba.
—¿Qué hay, Peterson?—preguntó Kenzie en un tono desinteresado.
Blair y yo reprimimos una sonrisa, esto sería interesante.
—¿Tienes la parte que me toca del trabajo?—preguntó con una sonrisa algo avergonzada
—Pero si te la pasé ayer, igual que el día anterior a ese, y el anterior al anterior a ese—soltó confundida y algo comenzaba a incomodarle.
—Apuesto a que dirá que perdió la copia del archivo—susurró Lee en mi oído
—Perdí la copia del archivo, de nuevo
—¿Sabes qué? Ve a mi casa a eso de las 7, estudiarás conmigo. —bramó con irritación—. No puedo permitirme reprobar ese trabajo por tu incompetencia, es imposible que tú seas el mejor promedio de la carrera.
—¿Qué puedo decirte? Lo tengo todo—comentó con una sonrisa pícara. Haciendo a la pelirroja enojar aún más.
—No quiero seguir oyéndote, Roberth. —acusó—. Y esta noche, guarda tu mala educación para otro lado, porque mis padres estarán en casa.
—Cariño, si tu idea era invitarme a conocer a tus padres, te hubieses esforzado un poco más—le dijo con tranquilidad—. Debo saber que me pondré esta noche para impresionar a mis suegros—habló, con orgullo—. ¿Sugerencias, cuñada?
—¿Qué? —inquirió la pelirroja con nerviosismo—. No seas idiota, Dylan. Los mujeriegos no son mi tipo, y mi hermana no es tu cuñada.
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Baby, why?
Ficção AdolescenteValerie Gamble siempre soñó con un amor de película. De esos de los que te hacen suspirar en su primera cita, de los que te hacen creer que el amor si te da la felicidad, ella quiere tener la típica cita cliché en donde el chico la lleva al cine y f...