Historias cortas de Luckity

Cindequack

Erase una vez, en una tierra muy pero muy lejana, un pobre chico llamo Cindequack.

El vivía con su padrastro y sus dos hermanastros muy malvados y el pobre chico era forzado a limpiar la casa y lavar la ropa día y noche.

— uff, uff, ¡Al fin termine de limpiar el piso! ¡Ahora tengo que lavar la ropa!

Cindequack estaba haciendo las tareas que le ordenaban como siempre, cuando.....

— ¿Que? ¿Todavía no terminas de lavar la ropa?

Su hermanastro mayor Alexby, había llegado y con sus ojos llenos de maldad le dijo.

— Tan mierda como siempre, Cindequack. No puedo creer que eres mi hermanastro, solo de pensarlo me dan ganas de vomitar.

— Todavía no has hecho la cena ¿eh?, ¿Estas tratando de matarnos de hambre?

Ese fue su hermanastro un poco más mayor que el anterior, Lolito.

Dijo el chico con una mirada de desaprobación haci el pobre Cindequack.

 — ¡ Lo siento, hermanos! ¡La haré ahora mismo!

Dijo Cindequack y se dirigió con mucha prisa a la cocina, pero fue derribado por un gran cuerpo cuando llego a la puerta de la cocina.

— ¡Waaaaaa! *c cae*

—¡ oh, no! ¡ Mi traje nuevo se ensució!. En verdad eres solo un niño tonto y sucio, Cindequack

Su padrastro Vegeta dijo mientras se balanceaba su gran cuerpo atrás y adelante.

— ¡Perdón padre!, ¡ Haré la comida ahora mismo!

— Como sea, ¿puedes preparar el carruaje?

— ¿Van a salir?

— Hay un baile en el castillo esta noche ¿Quieres saber porque?

— Padre, no me digas que por......

— ¿El príncipe Luzu regreso de su viaje?

 — ¿El príncipe Luzu?, ¿ El del castillo de Rubius?

— ¡Correcto! ¡ El príncipe Luzu regreso!, Parece que el príncipe Luzu esta buscando a alguien para casarse a través de un encuentro el el castillo de Rubius.

— ¿¡si!? ¡Quiero ir! ¡Quiero ir!

— No de ninguna manera escoria, idiota.

— Escoria?......

— Si te llegas a casar con el príncipe, ¡Podrías tener las riquezas, poder y fama que quieras!

— Eso no suena mal

— Ey, Lolito, seria bueno que al príncipe le gusten los hombres mayores, ¿Cierto?

— ¿Cómo dices?

— La verdad, no eres competencia para la juventud, pienso yo. Mira que joven es mi piel.

— ¡Niño inmaduro!, Te enseñare cual es el atractivo de un adulto.

— ¡Eres demasiado viejo para casarte!

— Paren los dos, los dos son muy hermosos, ya que se parecen a mi.

— ¿Nos parecemos.... a ti?

— Claro que no, debemos agradecerle a nuestro difunto padre de nuestra belleza

— ¿¡Que están tratando de decir!?

Cuando llego la noche, el padrastro y los hermanastro malvados se fueron al castillo, pero no se llevaron al pobre Cindequack con ellos.