El pasear por los pasillos no era nada agradable, no después de ver al castaño con un humor terrible, aunque el único que parecía soportar ese estado de ánimo era el amigo y guardia principal de este Sakunosuke Oda.
Había pasado aproximadamente un mes desde que aquella revelación paso, un mes desde que ellos dos no se hablaban, un mes donde Dazai parecía no querer ver al peli naranja ni en los pasillos, un mes donde Chuya no había dado rastro de su existencia y eso también enojaba Dazai.
Oda solo veía todo eso con algo de preocupación, decidió no estar en medio de las discusiones de ambos, pero desde el castaño le dio la orden de cuidar de vez en cuando al peli naranja, se ha enterado de grandes cosas aun así prefiere callarse por el bien de todos.
—Odasaku...
— ¿Si?
— ¿Has visto a ese chico?
— ¿Chuya Nakahara?, Según tengo entendido a estado paseándose por los techos y en el harem.
— ¿No ha salido del palacio?
—No, de alguna manera se ha mantenido tranquilo
Dazai hizo una mueca de disgusto y siguió caminando por los enormes pasillos, hasta que su vista se fijó en uno de los jardines, el joven de ojos azules estaba ahí, pero no estaba solo.
—Dijiste que estaba tranquilo.
—Lo estaba, aunque nunca pensé en que estaría con él.
—Di la orden de que ellos no podían estar cerca.
—Yo nunca escuche esa orden.
Dazai aún no desviaba su mirada de aquellas personas, Chuya se encontraba riendo y sonriendo al pelinegro, Fyodor, quien se encargaba de colocar algunas flores en el cabello del contrato, quien parecía muy feliz con ello. A vista de cualquiera era muy hermoso ver una pareja así.
Dazai arrugo un poco su entrecejo y se fue de ahí molesto, oda por su parte solo miro a la pareja para después seguir al castaño.
Su vista no fue dejada de lado por un pelinegro que solo soltó una leve risa, Chuya lo había notado.
— ¿Sucede algo?
—Solo he visto algo, creo que una tormenta de arena no tardará en llegar
Chuya alzo una ceja y miro al cielo este se encontraba limpio y despejado así que no había entendido nada de lo que había dicho, sacudió su cabeza y miro nuevamente a su acompañante
—Aja, ¿Por qué me trajo aquí? No creo que haya sido para volverme un florero —apunto su cabello.
—Debo de admitir que serias un muy hermoso florero.
—Agá cállate.
—Te traje aquí para una cita.
— ¿Cita?
ESTÁS LEYENDO
Noches en Arabia
FanfictionDéjenme contarles una historia, pero no una cualquiera,si no una que se sitúa en las más calorosas y peligrosas arenas del desierto, donde en un descuido, puedes perderte, entre todo aquel lugar un reino había, donde el sultán era muy bien respetado...