unique

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El fin de semana llegó a hacer estadía y como era costumbre Jongseong salía para hacer las compras debidas y, por sobre todo, satisfacer los pedidos de su pequeño novio, los cuales eran un montón de fresas. El castañito Yang adoraba estas frutas, tal como si se tratasen de su vida. En la nevera no podían faltar de esas rojizas y pequeñas frutas, porque según Jungwon no podía vivir sin ellas, pero aún cuando no podían comprarlas, se conformaba con unas golosinas de fresa. Muy probablemente eran su adicción.

El rubio se había despertado temprano para ir al supermercado, dejando que su novio siguiera sumergido entre sus sueños, pero este parecía detectar cada mínimo movimiento del mayor, porque cuando estuvo por cruzar la puerta, había corrido hacia él aún con su aspecto que delataba el hecho de que acababa de despertar, como por ejemplo su melena mañanera que asemejaba al minino rey de la selva.

Sus brazos no pretendían desenlazarse de la cintura del mayor, lo que causó algo de ternura en este.

──¿Qué pasó, Wonie? ──interrogó con dulzura mientras revolvía su enmarañada cabellera.

──¿Por qué no te despides de mí antes de irte? ──reclamó.

──No quería despertarte, además sólo voy a comprar en la tienda de la esquina. ──sonrió.

──Está bien, pero antes quiero un beso. ──alejó su rostro, esperando al menos un breve contacto entre sus labios, y así fue.

──Ahora puedes soltarme, debo ir antes de que la gente se amontone ──el castaño obedeció y alejó completamente su cuerpo del ajeno──. Nos vemos, lindo.

Finalmente abandonó la residencia, dejando en soledad a Jungwon, quien decidió ir a darse un ducha y así poder despertarse del todo, porque el sueño seguía apropiándose de él. Cuando acabó y salió del cuarto de baño secando su cabello, escuchó la puerta ser abierta, anunciando la llegada de Park.

Jungwon observó que Jongseong atravesó la puerta con unas cuantas bolsas, suponiendo que cargaba todo lo necesario para la supervivencia de ambos, a lo que obviamente no debían faltar sus atesoradas fresas.

Se acercó a la mesa donde había dejado las compras y rebuscó entre las mismas esperando encontrar tales frutas, y así lo logró, sacándolas inmediatamente y llevando una a su boca.

──Esto parece ser el paraíso. ──comentó con satisfacción.

──Come con la boca cerrada y no hables mientras lo haces. ──regañó el rubio a su menor, aunque no en un tono duro y frío, al contrario.

──Ni siquiera mi difunta abuelita me regañaba de esta forma. ──sonó fingidamente ofendido.

──Como ella ya no está, yo me encargo de hacer su trabajo, que es regañarte cuando haces algo mal.

──Eres tan duro ──lloriqueó falsamente──. Mi abuela era más suave.

Park rió.

──A ella le encantaría verte haciendo este espectáculo ahora mismo, ¿no la extrañas? ──preguntó.

──Eso es obvio, pero sé que ella está bien donde quiera que esté ──sonrió un tanto nostálgico, recordando los buenos momentos que le regaló aquella buena mujer──. Pero bueno... ¿quieres una fresa? ──extendió la mencionada hacia el más alto, en espera de que la aceptara.

──Tengo una mejor idea que simplemente comerla. ──agarró la fresa y colocó parte de esta entre sus labios, dejando sobresalir la otra. Señaló la fruta, evidenciando lo que quería que Yang hiciera, él no tuvo problemas en obedecer.

Acercó su rostro hasta el de su novio, atrapando una porción de la fresa en su boca y partiéndola con ayuda de sus dientes, la adentro en su boca y Jongseong hizo lo mismo, un pequeño momento después sus labios se encontraron y encajaron en los impropios, fueron segundos de un ácido pero agradable contacto, después se apartaron del opuesto, buscando comerse la fresa dividida a la mitad.

──Mmm, ¿sabes algo? ──dijo el de mayor estatura una vez acabó de comer su mitad de la fruta, Jungwon murmuró un "¿sí?" en tanto adentraba una fresa más a su boca para degustarla. Jongseong se acercó de nuevo al menor── Amo ──besó su mejilla derecha── besarte ──ahora la izquierda── después ──estampó su boca suavemente contra su nariz── de que ──fue el turno de su mentón de recibir el choque de sus labios── comes ──en este momento fue su frente── fresas. ──y por último, atrapó sus labios entre los suyos, buscando algo más que un simple contacto estático, Jungwonie ya había tragado la frutilla y entonces pudo corresponder al beso.

Sus labios bailando en un vaivén específico, ambos regocijándose en el placer de un simple y sencillo contacto entre esponjosos belfos. En medio de los labios de Jongseong deslizándose furiosamente el ácido sabor de las fresas consumidas previamente por el castaño. Él realmente amaba besar a su novio después de que saboreaba frutillas, porque el ácido colándose hasta llegar a sus papilas gustativas y más aún combinado con sus suaves y melodiosos labios. Una mezcla digna de ser su adicción.

──Ya lo sabía ──manifestó cuando el beso llegó a su fin──. Me gusta eso.

──Mientras que tu adicción son las fresas, la mía son tus labios con ese ácido que desprenden esas frutas. ──confesó mientras las esquinas de sus labios formaban una curva hacia arriba, parando en una meliflua sonrisa que derrochaba amor por Yang.

──Pues ven ──Jungwon golpeteó su labio inferior, dándole una invitación a besarlo otra vez──, sigue degustando tu adicción, tenemos todo el tiempo del mundo, total, por mí no hay problema alguno, esa boca es mi segunda cosa favorita de igual manera.

──Algún día estaré en el puesto número uno. ──bromeó entre risas antes de acercar a su pequeño novio por su cintura y devorar sus labios.

❝ Si supieras que ya estás en el dichoso puesto uno ❞ su dentadura salió a flote por unos pocos segundos antes de seguir con el placentero beso.

addiction ✧ jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora