LOS COMEDORES DE MUERTE EN SU CASA no pudieron arruinar su desfile en la mañana de Navidad.
Según la tradición, Celestia empezó la mañana al borde del amanecer y estuvo saltando en la cama de Draco. Había cerrado la puerta con llave, pero un elfo de la casa la desbloqueó fácilmente para ella y él se despertó con maldiciones saliendo de su boca.
Después de despertar al resto de sus amigos, bajaron las escaleras a trompicones y corrieron hacia la sala de estar. La habitación está exactamente igual que la noche anterior, pero eso no quita la felicidad navideña que les llena las venas.
Draco y Celestia se habían enterado de la tradición muggle de Papá Noel cuando eran más jóvenes, pero ninguna cantidad de ruegos convencería a sus padres de hacer "una tradición tan estúpida". Aun así, la visión del salón adornado con adornos navideños fue suficiente para que el corazón de Celestia se hinchara.
Habían decorado la habitación sóla la semana a mano. Ningún elfo de la casa había ayudado, ni ninguno de sus padres ni los malhumorados mortífagos que pasaban de vez en cuando y se burlaban en voz baja.
El árbol de Navidad estaba decorado con adornos estratégicamente colocados, con luces de hadas rojas, azules, amarillas y verdes que lo rodeaban. Los regalos rebosaban por la parte inferior del árbol, todos con papel de regalo desparejado cuando se les había acabado el rollo. Algunos de los regalos estaban envueltos de forma horrible, por cortesía de Draco, que se negaba a dejar que nadie más envolviera sus regalos.
Sin embargo, el árbol de Navidad no era la única decoración de la habitación. A lo largo de la chimenea había hojalata, cinco medias caseras rellenas de regalos más pequeños de cada uno y de los elfos de la casa. Las medias tenían un aspecto atroz. Habían hecho medias para cada uno, lo cual era obvio por la diferente caligrafía que mostraba sus nombres en cada media.
Cansada, Celestia se desliza por el suelo y empieza a sacar los regalos. Los pasa según la etiqueta con sus nombres, colocándolos en montones. Narcissa y Lucius se habían vuelto más escasos durante la Navidad, y no era de extrañar que ninguno de los dos estuviera despierto. Aun así, les habían comprado regalos.
Los elfos de la casa les llevaron chocolate caliente y ponche de huevo, como todos los años. Envueltos en mantas, acurrucados junto al fuego, con los feos jerséis navideños puestos, el grupo comienza a desenvolver sus regalos.
Ni una sola vez se les quita la sonrisa de la cara. Tenían dinero, podían comprar lo que quisieran; pero estos regalos eran más sentimentales. Algunos eran caros, tan caros que incluso Draco se quedó boquiabierto. Otros estaban hechos a mano, o algunas cosas tan baratas que Lucius se cagaría en los pantalones si lo supiera.
De Pansy, recibió muchas velas, algunas hechas a mano que olían absolutamente horrible pero lo que contaba era la intención. Pansy también le había conseguido más utensilios para anotar sus libros, algo que Celestia llevaba meses hablando de hacer.
Draco le había comprado un álbum de fotos y una costosa cámara; para que pudiera empezar a documentar sus vidas. También le había regalado algunas de sus ropas que ya no le quedaban bien a él, pero que a ella le quedaban grandes. Una de las cosas buenas de tener un hermano -o una figura parecida a la de un hermano- es poder robarles la ropa.
Blaise le había regalado un montón de cuadernos y álbumes de recortes, alegando que Draco había intentado robarle la idea. También le había comprado un medallón, y dentro había una foto de los cinco en el Mundial de Quidditch del año pasado. La foto era conmovedora, y se podía ver la pura felicidad en sus rostros. La forma en que Celestia está acurrucada al lado de Theo y tiene un brazo rodeando a Pansy, y cómo Pansy estaba insultando a Draco y cómo sus ojos se arrugaban mientras reía, la forma en que Draco le daba un codazo a Blaise mientras éste intentaba poner dos dedos detrás de su cabeza.
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Betrayal of the Black
FantasíaEl niño que vivió, el elegido, Harry James Potter. Cuando Harry descubrió que Sirius Black era su tutor legal, su vida dio un vuelco. Por fin tenía una figura paterna y Sirius estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por él. Celestia Faith...