Capítulo II

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Aquella noche a Camila le costo conciliar el sueño, por su mente viajan fuertes imágenes del asesinato de su amigo Iñaki, el chico había sido catalogado como un gilipollas de primera, le gustaban las fiestas, las mujeres y las drogas, cuando de un pleito de trataba el siempre estaba metido como autor intelectual, abusaba de los mas débiles y se burlaba de las desgracias ajenas, cualquiera que no conociera su verdadera historia diría que su final fue bien merecido, pero la realidad era otra, Iñaki como muchos de esos chicos que esa noche disfrutaban de la fiesta, eran hijos de grandes e importantes hombres y mujeres, con cuentas llenas de dinero y un corazón en soledad, el padre de Iñaki era un banquero importante de Europa que pasaba la mayor parte de su vida viajando, no le interesaba en lo absoluto la vida de su hijo, creía que con depositarle grandes cantidades de euros en su cuenta bancaria resolvería todos los problemas, la madre de este por igual era una mujer vanidosa que solo vivía para satisfacer sus mas profundos placeres, ropa, viajes, fiestas con personas importantes y todo menos sus dos hijos, Iñaki era el mayor, su hermanito menor, Fausto, era un niño con problemas, autismo para ser mas especifica, Iñaki a pesar de no haber sentido nunca ese amor y protección de sus padres, desde que su hermano nació prácticamente se hizo cargo de el, dándole el amor y apoyo que sus padres nunca le dieron a el y que por ende tampoco le darían al pequeño. 

Camila creció junto a Iñaki, desde muy pequeños estudiaron siempre en las mismas escuelas y sus padres tenían una estrecha relación, a pesar de que Iñaki y Camila no eran tan unidos, cada uno se apoyaba a su manera, el la miraba como parte de su familia y siempre coincidían en fiestas y lugares que sus amigos en común recurrían, se saludaban con miradas y sonrisas y continuaban cada uno su camino, pero siempre se tenían presente, Iñaki mas de una vez la defendió de algún baboso que intentaba propasarse y ella se hacia pasar por su novia celosa cuando una chica no quería dejarlo en paz. 

El corazón de la Cabello se lleno de tristeza en ese momento, pensaba en el pequeño Fausto, que seria de el ahora que Iñaki no estaba, algunas veces la vida era tan injusta que dolía pensarlo. Esos pensamientos la ayudaron a poco a poco conciliar el sueño, esa noche un extraño sueño la arropo, muchas sirenas y luces de policías, parecía que alguien había cometido un crimen y venían a por el, de un momento a otro apareció en medio de muchas luces y la apuntaban con armas, no entendía que estaba pasando y porque hacían eso, pero de repente alguien salió de entre las brillantes luces y la apunto con un arma directo al corazón, la vio claramente era la inspectora Jauregui, quien al dibujar una sonrisa de medio lado apretó el gatillo y le disparo, haciendo que se despertara de golpe, con la respiración agitada y llena de sudor. 

-Vaya, hasta que por fin te dignas a levantarte - le dijo alguien, de pie frente a la cama. 

Camila la miro colocando sus ojos en blanco y dejándose caer nuevamente en su cama. 

-¿Que quieres mamá? - le pregunto con fastidio. 

-¿Que me pasa? - le pregunto de vuelta con ironía-. Que tu padre y yo estábamos en un hermoso viaje por Benidorm, cuando nos llaman que nuestra hija modelo, estaba metida en un lio donde un chico al cual vimos crecer de toda la vida resulto muerto, ahora dime tu, ¿Qué se supone que debe pasarme?

Sinu era una mujer de carácter fuerte, se caso con Alejandro Cabello cuando solo tenia quince años, ella junto a su familia habían emigrado a España desde Cuba, el padre de Sinu trabajaba en la empresa del padre de Alejandro, recogiendo escombros y una que otra labor, cuando Alejandro conoció a Sinu, tenia veintiséis años, enamorándose totalmente de la joven al instante, tanto que uso las influencias de su padre para que engatusara al señor Estrabao y le entregara a su hija en matrimonio, el pobre hombre al verse envuelto en pobreza, falta de oportunidades para lograr estabilizarse en ese país, ya que por la parte de los papeles para estar legal era una misión imposible, hablo su esposa y su hija y les propuso aceptar el trato, la joven e inexperta Sinu sintió que estaba siendo entregada como un cerdo al matadero, pero miraba la desesperación en los ojos de su padre, el dolor que cada vez consumía mas a su madre y sin medir más se hizo parte de la familia Cabello, agradeciéndole luego a Dios que Alejandro resultara ser un hombre amable y delicado, que se preocupaba por su bienestar y lo que la chica sentía, tanto que el hombre acepto esperarla el tiempo que fuera necesario para consumar el matrimonio, aquello hizo que poco a poco Sinu lo fuera mirando con otros ojos, al punto de enamorarse también de el, dando esto como fruto su primera hija a los escasos dieciocho años. 

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora