Capitulo 118: Desayuno para todos

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     Pov Susana:

     Bueno, después de preparar todo para pasar la noche en casa de Nat, nos pusimos a ver las películas. Con la de terror lo pasé bastante mal, aunque me gustaba ese género la película escogida por los chicos era bastante fuerte, por suerte tenia a mi lado a Dean que me abrazaba cuando veía que estaba asustada. Con la romántica no pillé mucho, no dejábamos de besarnos y ni los comentarios de "buscaros un hotel" ni "joder que empalagosos" nos molestaron en absoluto. Aunque no fuimos los únicos, tanto Carlos con Alexa como Kendall con Bea hacían exactamente lo mismo a nosotros. Pero el resto no paraban de molestar. Como nos dejaron uno de los colchones, en cuanto di de comer a Gabi y la dormí, nos echamos a dormir nosotros también, aún no había dormido "oficialmente" con Dean, salvo la vez que nos dormimos tras hacer el amor en su casa frente a la chimenea. Desde que me había ido a vivir a su casa, no habíamos vuelto a hacer nada más... Yo no sabia si es que había perdido ya el interés por mi y ya no le gustaba tanto como antes decía. Esos pensamientos me agotaron y me dormí enseguida, pese a escuchar a los chicos aún hablando sin parar. A la mañana siguiente, fui la primera en despertar. Sin hacer nada de ruido me fui a la cocina, quería prepararles algo de desayuno a todos para cuando se levantaran. Saqué una sartén y me puse a freír beicon, luego hice huevos revueltos, tostadas y puse una cafetera.

     ? - Hum que rico huele... - me giré hacia la puerta y Carlos estaba allí.

     - Buenos días Carlos, quise prepararos algo para desayunar ya que desperté temprano.

     Carlos - Pues seguro que está buenísimo porque huele de maravilla ¿Puedo ayudarte en algo?

     - Claro ¿puedes sacar los platos y vasos para ponerlo todo?

     Carlos - Eso está hecho - Pusimos toda la comida en sus platos correspondientes y Carlos hizo zumo de naranja. Sólo faltaba despertar a todos los bellos durmientes que seguían en el salón en su séptimo sueño jajaj - Déjame despertarlos a mi - cogió dos tapaderas y salió tocándolas como si fueran platillos. Todos despertaron voceando a Carlitos, incluso le tiraron varias almohadas a la cabeza... Pero ese ruido también despertó a mi hija, así que fui corriendo a tranquilizarla.

     Nat - Ya veo que invadisteis mi cocina al igual que el salón.

     Carlos - Su nos preparó el desayuno a todos, así que ¿a qué esperamos? - dijo ya sentándose en una de las sillas frente a su plato.

     Alexa - ¡No empieces a comer todavía! Espera que estemos todos sentados... Chicos perdonarle, pero en cuanto a comida se refiere, Carlos se comporta como un hombre de las cavernas.

     Carlos - Ja y ja, que graciosa que es mi novia - dijo irónicamente mientras soltaba su tenedor en el plato.

     - Comed tranquilos, yo voy un segundo a cambiar a Gabi.

     Dean - Espera que te acompaño.

     - Pero tu desayuno se enfriará Dean...

     Dean - No me importa ¿vamos? - dijo ofreciéndome su mano y llevándome de nuevo a la habitación de Nat. Tras cambiar y vestir a la niña, echarle su colonia y peinarla iba a salir de allí pero su brazo me detuvo.

     - ¿Qué ocurre Dean?

     Dean - Llevo días viéndote rara, me preocupa haber hecho algo que no debía...

     - No me pasa nada, han sido unos días raros y con la mudanza a tu casa y demás...

     Dean - ¿Te arrepientes de haberte venido conmigo?

     - Nunca podría arrepentirme de estar con el chico que quiero y aunque no convivamos como pareja soy feliz de estar contigo.

     Dean - Creí que si te pedía que durmieras conmigo te sentirías agobiada.

     - Y yo que habías perdido totalmente el interés por mi.

     Dean - Eso nunca, eres la chica más bonita que he conocido. Y sabes que estoy loco por ti.

     - Te quiero - agarré su cara con ambas manos y le besé como si mi vida dependiera de ello, porque estábamos en la habitación de nuestra amiga, sino la cosa no hubiera terminado sólo con el beso. Bajamos con el resto a desayunar. Tenían que irse a la universidad, así que yo cogí un taxi y me fui para casa.

Cuando la nieve y el frio eran nuestros mejores amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora