Prólogo

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Ya han pasado milenios desde la última vez que nos sentamos en la mesa de los menesteres, hace milenios que no veo a mis hermanos. Nos separamos, no hemos tenido contacto alguno desde la última vez que nos encontramos, todo empezó gracias a Umbra, el y su estúpida mentalidad de tener todo el control y los poderes de los seis. Celestian tenia aquel extraño presentimiento sobre Umbra, sabíamos que era un rencoroso y tenia envidia de nuestros "dones". Pero nunca pensamos que llegaría tan lejos por algo que nunca tendrá. Los "dones" que poseemos no los encontramos por suerte, según nuestro padre y cito: «Ustedes hijos míos, nacieron con poderes especiales, cualidades que destacan de entre otras criaturas celestiales del universo, estos poderes, aunque correctamente llamados dones del Olimpio o dones de los sabios se encuentran dentro de ustedes. Tendrán que emprender una larga búsqueda a lo largo de su vida, tendrán que saber utilizar sus dones, ya que se convertirán en algo importante de ustedes, los aprenderán a controlar de formas distintas, tendrán un "entrenamiento" de acorde con su don y la situación donde lo podrán utilizar y poner en práctica. Les deseo lo mejor en su búsqueda, hijos míos. »

Al apenas ser unos niños de trescientos años de edad la idea de emprender aquella imponente búsqueda por nuestros dones nos llenaba realmente de felicidad y en nuestros pequeños ojos se ve la gran ilusión que teníamos, conforme el paso de los años, esa ilusión, deseo e impaciencia por nuestros dones se volvió simplemente en una vaga idea que se presentaba como un recuerdo.

El primero en obtener su don fue Bellum, el tercer hermano de los seis se hizo poseedor del don de la guerra. Según nos relató, estaba jugando con Thalos al ajedrez, se le hizo muy fácil la victoria, Bellum ganaba partida tras partida, en determinado momento sintió un fuego en su interior, lo cual lo hizo sentir vigoroso y lleno de vida. A las pocas semanas nuestro padre estaba realmente devastado, las sombras se apoderaban cada vez más de nuestras tierras y los campesinos exigían ayuda. Bellum en un intento de ayudar, ideó un plan de batalla el cual nos llevó a la gloria, el tiempo en el cual el ejército estuvo comandado por Bellum nos hizo ganar y tener una pérdida muy baja de soldados. Desde ese día, Bellum el tercer hermano se hizo poseedor del don de la guerra.

Luego fue el turno de Altarian, este obtuvo su don trecientos cuarenta y cinco años después que Bellum. Según su relato, él y Celestian, se encontraban en una especie de laberinto, un lugar muy horripilante según sus descripciones,el lugar tenía una gran infinidad y diversidad de trampas, como una especie de parapentes. Los tres vagaron por el lugar, hasta que Celestian activo accidentalmente un viejo mecanismo el cual activo todo lo que quedaba de ese viejo y decrepito lugar, todos lograron escapar sin heridas mayores pero, en la última vuelta desde el techo cayó una roca de inmenso tamaño que le bloqueo la salida a Altarian. El recorrio por todo el lugar, hasta que encontró una salida. Esta se encontraba en el centro del todo, por encima de su cabeza. En el techo. Al ver las parapentes y trampas altas Altarian decidió escalarla para así poder llegar a su nueva salida. Con cada metro que avanzaba, la tarea de escalar se le facilitaba más y al poco tiempo logro salir de aquel, ya destrozado laberinto. Desde ese entonces, Altarian, el sexto hermano fue poseedor del don de la destreza.

Al cabo de ciento cincuenta y seis años fue el turno de Celestian, su relato no es tan grandioso como el de los demás. Simplemente la tarea de meditar se le daba de maravilla, ella es quien nos ayuda al tener problemas, a su tiempo de estar en serenidad con nuestro ser. Nuestro padre al ser un tirano se le dificultaba la tarea de ser sereno y Celestian lo ayudaba mucho a encontrar su tranquilidad y paz interior. Desde aquel entonces, Celestian, la cuarta hermana fue concedida por el don de la serenidad.

Mil quinientos ochenta y cuatro años después, Thalos empezó a actuar de manera muy extraña, más extraña que de costumbre. Se mantenía temeroso, distante y muy alejado de todos nosotros, cuando el era alguien con quien siempre podías contar y siempre se entrometía en todo. Luego de un tiempo empezó a hacer predicciones que a su brevedad se cumplían, como yo era el más apegado a el desde su nacimiento, le pregunte que es lo que sucedía y sin dudarlo el me lo mostró. Podía usar el tiempo, verlo y manipularlo a su antojo, me sorprendí en su momento y lo felicite porque encontró su don, pero el no mostraba la misma alegría y entusiasmo que yo esperaba. Me confesó que le tenia temor a su don, le dije que no tenia porque temerle, es cierto que es un gran poder y este le llevará una gran responsabilidad. Me pregunto si le podía ofrecer mi ayuda y que no le mencionara a nadie sobre su doy hasta que se sintiera preparado, claramente accedí. Desde aquel día, Thalos, el segundo hermano de los siete fue poseedor del don del tiempo.

En un aproximado de doscientos dieciséis mi don se me hizo claro y presente, al principio me extraño haber sido el último en poseer un don. Luego comprendí el porqué, no fui el ultimo en poseerlo, en realidad fuí el primero, pero no me percate de ello. Me puse a analizar mi relación con mis hermanos un tiempo y fue ahí donde comprendí mi gran sabiduría. Siempre los ayudaba y aconsejaba cuando me lo pedían. Fue entonces cuando yo Templarius, el primer hermano de los seis, me hice poseedor del don de la sabiduría.

Se que no lo he mencionado en lo absoluto, pero el es un osado sinvergüenza. He aquí la razón por la cual Umbra nos envidia. El no posee ningún don. Así es, nuestro padre dijo que lamentablemente el nunca poseerá un don ya que su egocentrismo es tan inmenso que sus celos no le permitirían ver bien lo que hace. Umbra nunca se percató de ello hasta el día del accidente.

Nuestro padre nos felicito a todos por ya poseer nuestros dones, nos encargo una última tarea antes de que el partiera. Crear y cuidar de un mundo. En el tenían que habitar las criaturas que creyéramos que fueran capaces de convivir en armonía. Claramente nos dividimos ese tarea. Creamos tres especies de seres, que según pensamos vivirían en clanes o razas, pero de igual manera se llevarían bien.

Thalos y Bellum se encargarían de los Kreptianos, seres hechos para la guerra con un ámbito oscuro, pero solo el suficiente como para no alterar ni crear mayor conflicto sin razón alguna. Los denominamos así por la región donde los posicionariamos y en las condiciones en las cuales los harían vivir. El distrito Krepta fue creado. Así que Thalos y Bellum se convirtieron en sus líderes.

Celestian y yo nos encargariamos de los seres de luz y magia pura, estábamos en riña por como nombrarlos, así que dejamos eso para el final.

Finalmente Altarian se encargaría de los Solemtitas, los seres que serían la función de los Kreptianos y los seres de luz. Los creó con aptitudes de ambas especies, así tendríamos un equilibrio por si llegarán a aparearse, así no sufrirían con el problema de escoger distrito a la hora de madurar. El distrito Solem fue creado y con ello Altarian se convirtió en su lider.

Como ya no había nada más que hacer, o a quienes crear Umbra se molesto, nos habíamos repartido las tareas y no le dimos el derecho a escoger o crear a alguna especie. Lo que hicimos fue un error y lo pagamos muy caro.

Una noche todos nos despertamos con un dolor inmenso y gran migraña, nos asomamos a la vez al gran mapa de nuestro pequeño mundo llamado Marthelia. Al ver esa escena de horror nos quedamos paralizados. Umbra se había unido a las sombras y destrozo todo lo que habíamos creado.... Fue algo muy devastador. Decidimos separar a las especies. Darles un mundo y empezar de cero. Bellum y Thalos se encargarían de Umbra, lo exiliaron en Krepta. Todos trabajamos duro para crear un sello y poder contenerlo a el y a sus sombras. Altarian creó Solem. Celestian y yo pues, seguíamos discutiendo sobre el nombre de nuestro mundo.

Desde ese trágico día, no he vuelto a saber nada de nadie. Solo me he dedicado a ver a nuestra creación con Celestian. Desde aquel día Marthelia solo es un recuerdo, era el mundo perfecto, lo era todo para nosotros, ahora cada quien cuida de su mundo. Tenemos que mantener el equilibrio entre ellos...

Viaje entre mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora