19.1 En apuros

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El rumor había corrido con gran velocidad por todo el lugar.

Anthony caminaba por los pasillos, sintiendo las miradas de los soldados de Hydra en su espalda. No sabía que noticia exactamente se había esparcido, sin embargo SIM sentía el notable miedo en los hombres.

—He llegado. —anunció Tony entrando a una sala de juntas tan grande como un auditorio.

La mayoría de líderes de los grupos más importantes de los villanos, estaban presentes y alojados en las instalaciones principales de Hydra. Obteniendo protección y siendo partícipes en las reuniones que diariamente hacían para discutir sobre los futuros movimientos en las batallas.

—Siéntate. —dijo Hydra sin mirarlo, mientras leía unos papeles con atención—. ¿Qué significan estos manuscritos? ¿Quieren que estemos en la primera línea de defensa? Debe ser una puta broma.

Tony alzó una ceja y pidió con una mano, los documentos que tenía el soldado en manos.

Unos murmullos se escucharon en el lugar, al ver que Hydra actuaba sin dudar ante el pedido de SIM. Al parecer, el rumor de que eran una pareja había llegado hasta ellos.

—Veamos, piden extraoficialmente la presencia de SIM y Hydra en el campo de batalla. —leyó el genio con un poco de incredulidad y diversión—. ¿Saben quiénes mandan aquí, no?

Los presentes se removieron incómodos, no era un pedido directo de ellos sino de sus hombres que estaban jugando sus vidas en la contienda.

—Mis subordinados desean ver que los verdaderos líderes estén en la lucha y no, detrás de una mesa. —murmuró uno por lo bajo.

El ruido sordo de la mesa al retumbar por un golpe del puño de Hydra, acalló todas las voces.

—No voy a permitir otra palabra más. —advirtió.

SIM se cruzó de brazos y meditó con más calma sobre la demanda.

«No puedo dejar a mi hijo y tampoco puedo llevarlo a la línea de fuego. Es ridículamente peligroso» pensó, buscando soluciones.

Sería una buena motivación para los subordinados el pelear junto a sus líderes y de paso, hacerles saber quiénes eran las personas que tenían el poder. A veces, recibir las órdenes desde un comunicado no era lo más factible para tener a un batallón unido.

De paso, también quería golpear a los héroes. Estaba muy ansioso por ello.

—Si hubiera traído a May sería más fácil. —refunfuñó Tony con un suspiro.

Hydra volteó a verlo, leyendo su expresión.

—¿Deseas ir? —preguntó.

Anthony se encogió los hombros. ¿Quién no deseaba ir a patear los traseros de las personas que destruyeron su Torre? Era obvio que tenía ganas de salir y darles su merecido.

—Pero, tenemos un inconveniente. —recalcó SIM dándole una mirada intencional.

El soldado asintió, pensativo.

—La reunión se va reanudar en una hora. —se levantó Hydra llevándose al genio de la cintura—. Vamos a discutir su maldito comunicado.

Los presentes se quedaron un poco atónitos ante la escena y no tuvieron que preguntar más para confirmar sus sospechas.

Hydra y SIM estaban juntos.





—No podemos ir, aunque quisiéramos. —dijo Tony caminando por los pasadizos hasta su habitación—. ¿En qué estabas pensando, Hydra?

El mencionado negó con la cabeza y alzó la mano con un leve movimiento.

—Sal de una vez y preséntate. —ordenó Hydra hacia su atrás.

Un hombre de vestimenta negra y cabellera azabache, pareció con lentitud desde la sombra más cercana. Estaba armado de pies a cabeza y su mirada no parecía ser la más amistosa.

—Soldado del Invierno, bajo órdenes de Hydra. —saludó sin ánimo.

Tony lo observó y volteó a mirar a Hydra con descontento.

—¿Es así como entrenas a tu gente? —bufó el genio siguiendo su caminata, dejando atrás al par de hombres—. No lo quiero cerca, Steve.

Hydra sintió sus orejas arder y volteó a mirar al soldado que parecía no estar interesado en la conversación.

—Vuélvete a presentar de una puta vez. —ordenó Steve conteniendo su rabia—. Tu vida depende de que SIM te apruebe. ¿Entendiste?

El soldado lo miró sin entender, pero asintió y fue detrás del genio.

—Perdone por ser descortés, señor. —pronunció el hombre en la entrada de la habitación—. Soy James Buchanan Barnes, conocido como el Soldado del Invierno e integrante élite de la Organización, a sus enteros servicios. Vuelvo a disculparme.

Tony no dijo palabra alguna y le dio una señal para que entrará.

—Supongo que Hydra quiere estés de guardián en nuestra ausencia. —dedujo Tony con inteligencia—. Por eso, te ha llamado.

Buck asintió mudo.

El genio suspiró y fue hacia la recámara para coger un pequeño bulto entre las sábanas. Un niño recién nacido permanecía dormido entre los brazos de SIM.

—Es nuestro hijo. —anunció agarrándolo con recelo—. Serás el guardián de él.

El soldado lo observó con asombro y se sintió un completo idiota al haberse presentado con tal descuido ante la persona que era pareja y progenitor del primer hijo de su Líder.

—Quiero volver a disculparme. —dijo Bucky con insistencia.

Tony sonrió de lado, le estaba gustando más aquella personalidad del hombre.

—Suficiente, solo cuidarás al niño por unas horas. —intervino Hydra entrando a la habitación con molestia—. No sabía que podías sonreír a otras personas, SIM.

El mencionado lo enfrentó con una mirada brillante.

—Eres un celópata, Hydra.

—Solo cuido lo que es mío. —gruñó en respuesta—. Tú me perteneces.

—Y tú a mí. —sonrió Tony con diversión.

Ambos se miraron fijamente sin importar que había otra persona más en el lugar que observaba la escena con incomodidad.


[...]

¡Proyecto de Amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora