27. Nuevas comidas

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Habían pasado unos meses, llenos de tranquilidad y reposo en la Torre Stark.

La calma en la ciudad parecía tan inverosímil, luego de que los villanos hayan vencido a los héroes. Sin embargo, Tony sabía que era cuestión de días para que el verdadero plan de la Organización inicie de una vez.

Se habían preparado lo suficiente para derrocar estados y naciones enteras alrededor de todo el mundo, sabiendo que ningún héroe sería capaz de enfrentarlos.

Una nueva era estaba por comenzar.

—SIM, convocan una reunión en la base. —avisó Hydra acomodándose el traje y el escudo en la espalda—. Voy a ir en representación de los dos, nos vemos luego. Cuida al niño.

—¡Steve Rogers! —amenazó el genio, saliendo de sus pensamientos y levantándose de la cama—. No te escapes, hoy es tu turno.

Eran las primeras horas de la mañana y Tony sabía perfectamente que el soldado estaba dando excusas para irse.

Hydra odiaba las reuniones y la política en los villanos.

—Ayer cuidé a Peter y hoy te toca. —prosiguió Tony saliendo de las sábanas y acercándose al rubio para enfrentarlo—. No discutamos tan temprano y cámbiate el traje.

Hydra apretó la mandíbula, conteniendo los insultos y sandeces que querían salir de su boca.

«Yo iré a la maldita reunión» pensó Tony volteando hacia el ropero y sacando un costoso traje a medida. A comparación de Hydra, el indicado para el trabajo de conexiones sociales era SIM con su talento innato en manipular a las personas con una sonrisa bonita.

Las charlas con los villanos se volvían más fluidas y las disputas más fáciles de manejar.

—Estaba a punto de irme.

—¿Quieres recordar la última vez que golpeaste a un representante europeo porque cuestionó tus ideas? —preguntó Tony cambiándose y dirigiendo una mirada acusadora al soldado—. Fue un problema que tuvimos que lidiar por semanas.

Hydra bufó e hizo una mueca.

—Nosotros somos los líderes, deben hacernos caso. —murmuró reacio.

—Estamos al mando, pero hasta que no tengamos un poder establecido en las ciudades. No podemos estar "golpeando" a nuestros aliados. —respondió Tony viéndose al espejo completamente cambiado—. Sé inteligente, ellos son como nuestros perros de caza. —explicó el genio con una sonrisa de lado—. Tenemos que adiestrar sus mentes para que cumplan nuestras órdenes y luego darles un premio consuelo para que sigan fieles y meneando la cola a nuestro atrás. ¿Entendiste, amor mío?

Hydra se rindió ante sus últimas palabras y asintió, bajando el escudo.

—Eras menos aterrador cuando estabas embarazado. —dijo el soldado acercándose y besando su mejilla—. Vuelve rápido, antes que ocurra una desgracia.

SIM se rio por el comentario y busco los labios del soldado para besarlo con más profundidad juntando sus frentes.

—¿Es tan difícil cuidar a Peter por unas horas? —preguntó cuando se separaron.

—Sí.

El moreno se encogió los hombros, divertido. Alejándose para activar su traje, dispuesto a irse.

En la base principal de la Organización Hydra, era el lugar de encuentro para las asambleas y también un ambiente muy peligroso.

—Volveré lo más rápido que pueda. —se despidió SIM poniéndose el casco—. ¡Ah y no te olvides de alimentar a Peter! ¡Sigue la dieta al pie de la letra! Estás advertido, Hydra.

El mencionado puso una cara de resignación.

—Preferiría ser torturado, en serio.





Desde el comienzo, nunca había imaginado tener un hijo. No estaba en sus planes de dominar el mundo y derrotar a los héroes. Sin embargo, cuando conoció a SIM sus ideales fueron sustituidos por la necesidad de tener un hijo del genio y suyo.

Su sentido de territorialidad y posesividad eran enormes cada vez que veía el abultado abdomen de su pareja.

Su hijo era el resultado del amor que tenían.

—Pasamos por muchas situaciones para tenerte, así que tienes que ser agradecido. —dijo en voz alta Hydra con una cuchara infantil en la mano—. No es tan difícil comer un poco, Peter.

El pequeño lo observó con sus grandes ojos y largas pestañas sin entender.

—Abre la boca. ¿Okey? —pidió el soldado con toda la amabilidad que pudo sacar de su ser. No obstante, el niño solo reía y mostraba sus encías en una pequeña sonrisa—. Eres adorable, lo digo en serio. Pero, tienes que comer.

Después de unos minutos dónde siguió intentando darle la papilla que había encontrado en la alacena, Hydra apretó los nudillos.

El niño no había probado ni una cuchara.

—SIM hará un bonito adorno con mi cabeza. —murmuró Hydra perdiendo la paciencia.

Era demasiado tarde y el infante no se había alimentado, ni siquiera con la leche materna que había dejado el genio en un biberón. ¿Qué estaba haciendo mal? No tenía lógica que el niño no tuviera hambre después de tantas horas de haber despertado.

¿Estaba insistiendo demasiado? ¿Su rostro era demasiado amenazante para el bebé? ¿Debía obligarlo a comer?

—Lo último, suena tentador. —dijo con una sonrisa divertida—. A mí me enseñaron a la vieja escuela, quizás funcione.

Peter estuvo alzando sus pequeñas manos en su dirección, pidiendo que lo cargue por varios minutos. No obstante, Hydra había estado perdido en sus pensamientos, buscando una solución para su alimentación.

Los labios del infante se arrugaron en forma de un puchero y sus ojos comenzaron a humedecerse.

—Debería buscar otro sabor de papilla. —murmuró Hydra ajeno a todo.

Un agudo sonido se escuchó por el lugar y el soldado se alertó al ver el rostro rojo de su hijo.

—Oh, no. Peter. —palideció Hydra tratando de cargarlo—. Vamos, no lo hagas.

Sin embargo, sus súplicas no fueron escuchadas y el llanto del niño fue ensordecedor para los oídos del soldado.

—Mierda.



[...]

No había llegado completamente a la Torre y SIM podía escuchar el lloriqueo de su hijo junto a las maldiciones de Hydra.

¿Debía sorprenderse? La misma escena lo recibía cada vez que salía de la Torre.

«Quiero ir a ayudarlo, pero a este paso Hydra se va acostumbrar a qué le salve el culo y nunca podrá cuidar debidamente a nuestro hijo» pensó Tony sobrevolando fuera de la Torre sin entrar.

Podía observar perfectamente al soldado desde los ventanales, cargando al niño tratando de calmar los sollozos sin éxito alguno. Obviamente, la manera en la que lo sujetaba era cuidadosa y daba un punto a su favor el controlar su fuerza. Sin embargo, su actitud era cabreada y cansada.

«No va a calmar a nadie, sino se calma primero» pensó SIM cruzándose de brazos.

—Jarvis, dale estás indicaciones al Capitán sin decirle quién es el remitente. —pidió a su IA, viendo cómo Hydra parecía a punto de explotar—. Estúpido, haré un adorno con tu cabeza si lastimas a nuestro hijo.

[...]



Le dolían los oídos.

Por primera vez en su vida, odiaba tener una audición mejorada. Los agudos sonidos que hacía Peter no cesaban en ningún momento y parecía querer dejarlo sordo.

—Maldita sea, qué te sucede? —maldijo el soldado caminando de un lado al otro con el niño.

"Señor Rogers" dijo la IA a través de la Torre.

—¿Qué pasa, Jarvis? Estoy ocupado. —contestó Hydra irritado—. Sino es porque estamos bajo ataque, no quiero saber nada.

"Es solamente una recomendación para tranquilizar al infante" respondió la IA.

Hydra detuvo sus movimientos y escuchó interesado lo que tendría que decir la inteligencia artificial.

"Los bebés son seres extremadamente sensibles que pueden ser afectados por las emociones que sienten a su alrededor" explicó la IA.

—¿Qué tratas de decir? —gruñó sin entender.

"Debería calmarse, señor Rogers"

El mencionado suspiró con una sonrisa incrédula. ¿En qué momento se había exaltado tanto? Los llantos lo tenían alterado y estresado.

—De acuerdo, respiremos. —murmuró cerrando los ojos.

Después de unos minutos, Hydra se sintió más relajado, abriendo los ojos para ver a su hijo con los ojos irritados y la nariz enrojecida.

—Mierda. Soy un pésimo padre.

"Ahora, debería calmar al niño. Las recomendaciones más buscadas son: mecer suavemente, arrullarlo, tararear melodías, aumentar el contacto físico, etc..." dijo la IA.

—Estoy haciendo lo que dijiste, Jarvis. —respondió Hydra rodando los ojos y cayendo en cuenta que lo único faltante era cantarle al niño—. Debe ser una puta broma, no lo haré.

Peter soltó un sollozo más lastimero.

—El temible Capitán Hydra no te va a cantar. —dijo el soldado mirando a su hijo—. No te hagas ilusiones.

«Además, nunca lo he hecho» pensó, mirando a todos lados para asegurar que estaba completamente solo.

Los grandes ojos de Peter seguían mirándolo y por un instante, parecían expectantes a lo que haría el soldado.

—Mierda y más mierda. —dijo entre dientes, sintiendo sus mejillas arder por la humillación que tendría que pasar—. Estrellita... —pausó para contener una arcada—... dónde estás? —tarareó.

«No puedo creer lo que estoy haciendo» pensó Hydra cerrando los ojos.

—Me... Pregunto... Quién serás. —cantó en voz baja y con la voz temblorosa—. En el cielo o en el mar... Un diamante de verdad.

Peter fue acallando sus gritos y comenzó a observar como el hombre que lo tenía cargado entre sus brazos, cantaba con un sonido desconocido para el infante.

—¿Estrellita... donde estás? —siguió cantando, sorprendido al no escuchar el llanto de Peter.

«¿Funcionó?» se dijo incrédulo.

—Tu voz es espantosa, Hydra. —dijo una voz ingresando a la Torre con un traje plateado—. Pero, debo admitir que estoy celoso que Peter haya tenido una serenata y yo no.

—SIM. —mencionó Hydra viendo al hombre acercarse—. No me digas que-...

—Hoy estuviste estupendo. —cortó el genio besando la mejilla del soldado y cogiendo al niño entre sus brazos—. Voy a alimentarlo y luego hablamos sobre tu recompensa por cuidar al niño. —dijo guiñando un ojo.

Hydra se quedó parado en su lugar, procesando la información y sintiendo que la vergüenza al saber que SIM lo había escuchado cantar, pasaba a segundo plano gracias a las últimas palabras del genio.

Estaba comenzando a imaginar las posibilidades de su recompensa y todas terminaban con Tony Stark desnudo entre sus sábanas.

—Oh, cariño. Si es así, voy a cuidar a Peter todas las veces que quieras. —sonrió Hydra lascivo.

¡Proyecto de Amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora