Cercanos

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Jimin besó fuertemente a Jungkook mientras le mordía el labio, escuchaba atento todas sus respiraciones. Eran las tres de la mañana, pero él simplemente no podía dormir pensando en el día siguiente.

Habían pasado tres semanas desde que Jin se fue. Jimin lo había convencido para que le diera su apartamento de soltero para vivir, y Jin se lo rentó con gusto; Jungkook terminó el taller de su padre, y en la graduación había confesado su sexualidad.

No le quiso dar detalles a Jimin sobre esa cena, ni sobre la reacción de sus padres; simplemente dejó en claro que las aguas estaban tranquilas y que su madre estaba muriendo por conocerlo. Es así como viajaron al otro lado de la ciudad para visitarlos en un fin de semana, con las palmas sudorosas de los nervios.

Al final todo había resultado bien, y ya llevaban tres días enteros durmiendo en la vieja habitación de Jungkook. A Jimin le fascinaba, porque llegaba a entender más sobre la historia de Jungkook, sobre sus aficiones e infancias: descubrió que el gusto por IU llevaba desde que él solo tenía quince años, que amaba las películas de acción, que había participado en coros desde joven, y que era muy bueno para la mayoría de las cosas. También se enteró de lo distanciado que había estado de su familia desde la universidad.

Tanta fue la sorpresa de verse que su madre lloró de felicidad al ver que su hijo ya no usaba máscara para salir, ni se cohibía con las personas, ni dudaba al decir sus opiniones y le agradeció a Jimin mil veces porque aunque seguía siendo tímido y él mismo, Jungkook había alcanzado algo que ni ella ni su padre habían sido capaces de darle jamás: seguridad. Sabía que su hijo se sentía amado, y estaba feliz por ello.

El padre de Jungkook fue un poco más estricto, preguntando asuntos profesionales y sobre si a Jimin le molestara no poderse jamás casar con Jungkook de manera legal en el país. Jimin argumentó que no era necesario, y que sus planes de vida eran serios. 

Le dijo sus planes de vivienda, el futuro que quería y la disposición de dejar a Jungkook hacerse cargo de la firma y de sus sueños simultaneo a su relación sentimental. El señor Jeon terminó sirviéndole soju al final de la noche, y aunque Jimin no entendió al principio, Jungkook más tarde le dijo que su padre lo había amado.

Jungkook...todo ese tiempo cerca de él hizo a Jimin sentir especial de una manera única: no podía creer que tuviera tanto impacto en su chico del autobús, y dudaba mucho al recordar los inicio entre ellos dos. A veces deseaba que hubiera sido diferente, que se hubieran conocido de forma normal y que no fuera él quien le causara dolor al tener sexo la primera vez que fueron realmente cercanos. Le hubiera gustado llevarlo a más citas, y tener relaciones de una manera menos estereotípica; pero no podía cambiar el pasado, y aunque pudiera, cada que mencionaba esos deseos a Jungkook él lo callaba con un beso diciéndole que no valía la pena.

Jimin apenas podía creer que lo habían escogido a el sobre Taehyung. Se habían vuelto amigos cercanos los tres en incluso un día Taehyung llegó preguntando para que Jimin le presentara a alguien de su grupo de bailarines. Las cosas entre todos eran más como una familia que como personas que alguna vez tuvieron una historia.

Hoseok hablaba cada que podía, y las fotos de la boda lo denotaban como algo que envidiar ente sus amigos. Él estaba ansioso por regresar con todos, y por deshacerse de la vida matrimonial de Jin, que descubrió, eran arranques de discusiones y melosidad interminables. Suga no volvió a llamar a nadie, ni siquiera se le veía ya en el campus más allá de algunos mensajes de felicitación a Jungkook o para compartir alguna noticia importante sobre crímenes en la ciudad para que tuviera cuidado. Jungkook lo extrañaba.

Los ojos de su novio se abrieron lentamente entre una sonrisa. Estaban los dos en la vieja cama de Jungkook, la última noche en casa de sus padres antes de regresar al departamento. Jimin sostuvo su cara cerca.

— Jimin, duerme.

— No puedo contigo a mi lado.

— ¿Quieres que vaya a la sala?

— Mas bien... — Jimin hundió su cara en el cuello de Jungkook — quisiera poder tener sexo contigo ahora.

— Mis padres...

— Lo sé, no es momento.

Jungkook rio grave y acercó a Jimin para un beso húmedo, tranquilo y necesitado. Al final lo soltó y se perdió en la manera en la que su cabello caía en su frente.

— Cuando volvamos a casa.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.

Jimin se dejó caer en el pecho de su novio, quien empezó a jugar con su cabello incapaz de poder dormir después de que su imaginación se volviera salvaje y sus sentidos pidieran a gritos ya estar en casa para poder cumplir su promesa.

— Mañana es un día importante.

— El ensayo final —. Jungkook aclaró.

— ¿Crees que estoy listo?

— Claro que sí: eres Jimin —. El mencionado sonrió.

— No creo que eso sea suficiente.

— Para mí lo es —. Jimin se giró para ver a Jungkook a los ojos.

— ¿Y qué pasa si no lo logro? ¿si papá tiene razón?

— Calla —, respondió Jungkook muy calmado — no debes sobre pensar.

— Pero no puedo evitarlo...todo lo que he pasado culmina en esto. Ahora no solo soy yo, sino también nosotros los que estamos en juego: si fallo tendré que irme a cumplir lo que mi padre quiere, es así de simple.

— A mí nunca me podrás fallar ni alejar no importa qué.

Jimin tomó una mano de su novio y la besó. La oscuridad de repente ya no era tan pesada.

— Te amo, Jungkook-ah.

Jungkook abrió los ojos, se quedó un momento en silencio pensando en el pasado y en lo mucho que siempre quiso escuchar esas palabras; en lo afortunado que había sido en encontrar a alguien que valiera la pena para decirlas; y lo mejor de todo, en que compartiría para siempre la vida con esa persona. Sonrió.

— Yo también te amo.

Cercanos - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora