Sentí mi corazón resquebrajarse dolorosamente. El brillo que antes estaba allí ahora estaba ausente. El sentimiento que pensé estaba olvidado desde hace mucho tiempo, me golpeó con brutalidad.
¿Cuándo fue la última vez que había llorado? No lo sabía, pero no pude evitar mirar mis manos llenas de sangre seca. En el momento que miré su cuerpo, todo a mi alrededor se volvió oscuro. Mis brazos temblaron y mi corazón comenzó a latir muy fuerte. No pude entender qué estaba pasando.
"Taerim".
Lo llamé por su nombre, pero él no respondió, cuando lo abracé, su cuerpo estaba frío, tan frío como el hielo. En el momento que acerqué mi dedo a su nariz no pude sentir su cálido aliento.
Me aferré a él. Debía despertarlo a toda costa. Nada era más importante que eso. Era mi Omega, y mi bebé que estaba creciendo en su vientre. Pero la poca ilusión que sintió mi corazón fue arrebatada de un momento a otro.
La luz que iluminaba nuestros cuerpos me permitió localizarlo, mis ojos alcanzaron a ver sus pies blancos cubiertos de heridas y con espinas enterradas en su suave piel. Cuando moví su cuerpo, la sangre ya se había acumulado en su ingle.
Respiré, pero en ese momento, sentí que todo el aire del mundo se había consumido y mis pulmones se contrajeron dolorosamente. Abracé fuertemente su cuerpo y me aferré a él llamando su nombre.
En el momento que mi mente estaba desesperada por encontrarlo, algo extraño pasó. Era inexplicable, pero algo similar a una visión apareció ante mis ojos. El instinto de un Alfa es agudo, mi padre me había hablado de eso hace mucho tiempo.
Cuando se marca a un Omega, se debe de asentar en su cuerpo la feromona del Alfa. Una vez hecho esto, incluso en situaciones donde el Omega llegase a escapar de su guardián, éste podría encontrarlo por esa conexión.
Por supuesto que en ese momento me pareció absurdo. Teniendo tantos Omegas asquerosos frotando su cuerpo contra el mío. ¿Por qué escaparían de un Alfa? Comprendí que mi mente era muy ingenua. Y estaba cegado por mi propia arrogancia.
¿Este era mi castigo? ¿Perderlo todo enmendaría mis errores? No solo arruiné a mi madre, también a mi padre y ahora a mi hermano... Mi Omega y el padre de mi hijo.
No importaba cuanto lo pensara. ¿Hay algún pecado tan grande que merezca semejante penitencia? El dolor que partía mi pecho se agudizaba a cada segundo y mi mente no podía percibir lo que había en el exterior.
Sentía que algo estaba roto y no sabía como actuar ante este sentimiento de pérdida que me advierte un destino inminente. Si tan solo tuviera otra oportunidad.
Todo sería diferente. Si hubiera comprendido sus verdaderas intenciones, jamás hubiera actuado como un bastardo. Nunca lo hubiera golpeado o herido. Pero es muy tarde para lamentarse.
"Lo he perdido".
Fueron palabras que mi mente no entendía, pero mi corazón estaba hecho añicos.
"Presidente".
Mis labios no se movieron, mi mente estaba divagando en lo que pasó ese día. En ese momento, quise recordar cuáles habían sido las últimas palabras que escuché de él, pero todo era confuso.
"Presidente, ya es hora. El funeral debe comenzar".
Ante esas palabras, mi corazón se llenó de ira. Existían personas que merecían algo peor que la muerte. Incluso una vida no sería suficiente para expiar sus pecados. Mis piernas se movieron. Me incorporé y caminé por el pasillo solitario hasta el escenario adornado de inmensas flores blancas y coronas gigantes.
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Esto es un sueño
RomanceEsta novela contiene material para mayores de 18 años, todos los personajes son ficticios y son mayores de edad. Despertó en un lugar frío, la temperatura de su cuerpo descendía gradualmente y no podía enfocar bien su mirada. La oscuridad era abrum...