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Tiempo atrás...

Era una tarde bastante tranquila, Yujin se encontraba en la biblioteca del colegio leyendo un libro que recién había comprado mientras esperaba a su novia, Wonyoung. Decidió esperarla allí, ya que no había llegado el profesor de la clase que le correspondía en la última hora del horario de clases.

Pov. Wonyoung.

Al fin había terminado mi última clase, era realmente una tortura no poder ver el rostro de mi linda novia en dos horas, ya que no compartíamos Química juntas.

Me levanté rápidamente de mi asiento y me despedí del profesor y de Liz para dirigirme rápido hacia la biblioteca, la cual quedaba en el primer piso. Últimamente Yujin me había estado citando allí cuando tenía hora libre y demás, si ya tenía el magnífico hábito de leer ahora lo había reforzado, me parecía extraño, ya que si leía lo hacía en su casa por las noches.. quizá le encantó el libro que ahora está leyendo, aunque aún no sé cuál es.

Una vez estaba en la puerta de la biblioteca, me tranquilicé antes de entrar, saqué mi teléfono para verme con la cámara frontal y arreglarme un poco para mi novia. Suspiré y entré, sí, aunque ya llevamos dos años siendo novias aún me ponía nerviosa aproximarme a ella ó mirarla a los ojos, cada momento con ella se siente como la primera vez de todo.

Caminé adentrándome a la biblioteca observando con tranquilidad en dónde podría encontrarse Yujin y bingo, se encontraba en una de las mesas del fondo leyendo.

La vi tan concentrada y enfocada en lo que leía que traté de ser lo más sigilosa posible para que no se diera cuenta de que me estaba acercando a ella, aunque antes de dar la vuelta para poder llegarle por detrás, quise acercarme un poco de frente sin ser obvia para ver qué estaba leyendo. Forcé mi vista, ya que no podía acercarme más para distinguir las letras. "Sumisión Total: BDSM" ¿Qué es eso?  Me cuestioné cuando logré ver la portada.

Reaccioné, me di la vuelta para acercarme a Yujin y sorprenderla abrazándola por detrás enrollando mis brazos en su cuello. Inmediatamente cerró el libro como si estuviera leyendo algo malo, aún no sabía el significado de "BDSM".

— ¡Wonnie! — Susurró aguantando el querer gritar por lo asustada que se encontraba, inmediatamente al mirarme me dedicó una sonrisa la cual correspondí. — Te ves hermosa. — Dijo aún susurrando, tomó una de mis manos que estaban aún aferradas abrazando su cuello y la besó, esto provocó un tenue sonrojo de mi parte.

— Me haces sonrojar aún después de 2 años.. — Susurré. — ¿Qué estás leyendo? — Cuestioné.

— Tan linda. — Su encantadora sonrisa no desaparecía de su rostro. — Nada importante, salgamos de aquí porque no soporto susurrar. — Decidí ignorar el tema del libro y asentí.

Yujin sólo guardó ese dichoso libro en su mochila, asegurándose de que no viera ninguna ilustración de ninguna de las portadas, cerró su mochila y se levantó de la silla.

Tomó mi mano y ambas salimos de la biblioteca.

— ¿Quieres ir por un helado? Hace mucho no vamos por uno. — Me preguntó mientras caminábamos a la salida del colegio.

— Pero amor, apenas el martes fuimos por un helado. — Respondí riendo levemente.

— Sabes que el helado es indispensable en mi vida, para mí ha pasado como un milenio. — Yujin siempre me invitaba a salir, a comer ó a hacer cosas divertidas cuando podíamos, no existía manera alguna de aburrirme con ella. — Aparte me dijiste que querías ir a la nueva heladería que queda por tu casa. — Me miró sonriente.

Siempre es tan detallista y se acuerda de cada cosa que digo, me encanta. — ¿Aún recuerdas que te dije eso? — Asintió sin borrar su sonrisa. — Está bien, vamos. —

...

— Estuvo delicioso el helado, amor. — Dejé un beso en la mejilla de Yujin. — Deberíamos regresar a esa heladería pronto. —

— Cuando gustes, bebé. — Dejó un beso en mis labios mientras sostenía mi mejilla con una de sus manos. — Te amo, Wony. — Me abrazó con fuerza y dejó un beso en mi frente, ella era aún más alta que yo.

— Te amo aún más. — Correspondí el abrazo mientras cerraba mis ojos y apreciaba la fragancia de mi mayor. — Ven a mi casa y quédate un ratito, ¿si? — La miré mientras aún le abrazaba.

—Bien. — Depositó un beso en la punta de mi nariz.

...

— Ven, quiero mostrarte algo. — Tomé la mano de Yujin para que se levantara y subiera conmigo las escaleras para ir a mi cuarto.

— Espera, deja le pongo pausa... — Tomó rápido el control y pausó la serie que veíamos juntas. — Listo, vamos. — Ambas subimos las escaleras y entramos a mi cuarto.

— Siéntate. — Yujin miró la cama para ver que no aplastara algo y poder sentarse.

Saqué varios sobres envueltos en una cajita que estaban en uno de los cajones pertenecientes a mi escritorio y me acerqué a Yujin, la cual me miraba con confusión. Agaché mi cabeza y extendí mis brazos dándole la caja algo tímida. — Es para ti. — Yujin tomó esta y la abrió, sus ojos irradiaron un brillo y sonrió dulcemente al ver varios sobres dentro de él.

— ¿Qué es esto, Wonnie? — Preguntó emocionada.

— Son cartas que escribía para ti antes de ser novias, tenía y aún tengo un crush grande en ti.. pensé en si dártelas o no porque son extremadamente cursis, pero son todas tuyas, si quieres puedes leerlas en tu casa porque se me caería la cara de vergüenza si lo haces ahora. — Hice un pequeño puchero.

— Aww, eres tan linda. Me gustas, me gustas muchísimo. — Cerró la caja y la colocó en el costado de la cama. — Ven, quiero mimarte. — Dió palmadas en sus piernas indicando que me sentara en ellas, realmente me encantaba que hiciera eso, lograba que me sintiera pequeñísima.

Me senté en sus piernas enredando las mías en sus caderas, Yujin colocó sus manos en los costados de mi cintura y comenzó a besarme tranquilamente, no sé porqué pero se me dió por subir la intensidad del beso, había extrañado tanto el día de hoy a Yujin que quería sentirla lo más cerca posible. Enredé mis brazos en su cuello y con una de mis manos empujé su nuca hacia mi para profundizar el beso, ella siguió perfectamente el ritmo. En la habitación sólo lograban escucharse nuestros suspiros y como nuestros labios tronaban, quería que me tocara así que lo pedí sin vergüenza alguna. — Quiero que me toques. — Dije entre el beso para incorporarme en este de nuevo, Yujin sonrió en medio del beso y apretujó mi trasero, solté un pequeño gemido.

— Espera. — Se separó. — Creo que ya llegaron tus padres. — Dijo agitada, se veía tan linda de esa manera.

— ¿Hmm? — Me estiré un poco y si, habían llegado en su auto. — Tienes razón. —

 —

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