Esto es un sueño

VOl. 4.8.

Conforme la luz se fue haciendo más tenue, Taerim comenzó a sentir como su cuerpo se volvía muy pasado y un dolor punzante que atravesaba todo su cuerpo. Sus párpados estaban tan pesados que le fue imposible abrirlos, pero en su interior. Se dio cuenta de que él ya estaba de "regreso".

Un ligero pitido rítmico se filtró en sus oídos [Bip, bip, bip]. Definitivamente, estaba de regreso y tranquilamente se dejó llevar por una pesada sensación de somnolencia.

"Volviste".

Con unas suaves y delicadas caricias, Seo Bae-Joon acarició el cabello de Taerim.

Habían pasado muchas cosas mientras Taerim estaba en coma.

El Grupo Seo había sido llevado a la bancarrota, después de que todos los secretos del expresidente Seo Baejan fueran mostrados al comité de accionistas. Y aunque Han Youn-Soo había tratado de persuadirlos para que no retiraran sus acciones. La imagen de un ausente Seo Bae-Joon provocó que hubiera dudas sobre su capacidad para dirigir una compañía tan grande.

[Nunca dejes los huevos de oro en una sola canasta].

Ese fue el proverbio occidental que escuchó mientras estudiaba administración en el extranjero. A diferencia del modelo de negocios local, los extranjeros acostumbraban a tener varias inversiones independientes.

Intentando aprender ese modelo de administración de capital, comenzó a jugar como un chaebol y compró acciones de compañías emergentes con potencial para el futuro. Sin darse cuenta, se convirtió en accionista mayoritario de muchas empresas extranjeras alrededor del mundo.

Pensando de esa manera, para él, no le fue difícil sacrificar el corporativo familiar con tal de salvar a su hermano. Sin embargo. Había pasado por alto un pequeño, pero importante detalle.

Cientos de empleados perderían sus trabajos.

Seo Bae-Joon pensó en ese momento en la vida que vivió Taerim de niño y no deseo que alguna otra persona tuviera que pasar por algo así. Ordenó a Han Youn-Soo la disolución del grupo Seo y la creación de otra empresa. Vendieron las torres de la antigua empresa y compraron nuevas instalaciones, manteniendo todo el cuerpo de trabajadores y la administró como presidente interino.

Jamás lo hubiera imaginado antes, pero ahora, con sus sentimientos tan claros como el agua cristalina, no le importaba. Taerim fue nombrado por Seo Bae-Joon como presidente honorífico de la compañía Kan. Y mientras estuvo en coma. Tanto él como el Profesor Kan, administraron el conglomerado estratégicamente.

Por supuesto, tomaría algunos años que la empresa fuera como la de antes, pero Seo Bae-Joon estaba satisfecho y con el apoyo del profesor Kan, la carga de trabajo le permitió estar el mayor tiempo posible al lado de Taerim.

Conforme los días pasaron, el rostro pálido comenzó a recuperar un poco de color. Y los resultados se fueron estabilizando gradualmente. Taerim ya había salido del coma y solo estaba durmiendo. Sin embargo, Seo Bae-Joon estaba ansioso.

Tuvo sueños muy extraños mientras se quedaba dormido en la habitación de Taerim y eran tan reales que en una ocasión despertó con lágrimas en sus ojos. Sentado al lado de la cama y sujetando suavemente la mano de su Omega. Seo Bae-Joon levantó cuidadosamente su mano y besó el dorso.

"Por favor... Despierta. ¿Cuánto tiempo vas a tenerme así?"

Dejando la mano de Taerim de regreso en la cama, sujetó una pequeña fotografía que estaba en la mesa auxiliar y la colocó bajo la mano de Taerim.

"Ellos están luchando, al igual que tú. Fuiste muy valiente, ¿no quieres conocerlos? Lograron crecer un poco mientras estuviste dormido... Por favor... déjame ver tus hermosos ojos una vez más. ¿Si?"