EGIPTO A.C.
- ¡Abuela, hemos llegado! – un olor a sangre emanaba en la casa de Nekhbet, la gente seguía gritando horrorizada.
Horus desenvainó su espada y el Kopesh, Maat se encontraba atónita, no sabía que hacer en ese momento, cada vez que Horus se acercaba a los cuartos de la casa de Nekhbet, la tensión iba creciendo.
- Abuela ¿Dónde estás? – volvió a insistir Maat con los ojos cubiertos de lágrimas.
- ¡Señora Nekhbet! Responda – gritó Horus, mientras Maat yacía en el marco de la puerta de la casa de su abuela.
- ¡No te muevas de aquí! ¡Iré a buscarla! – le dijo Horus a Maat, con un tono valiente.
Maat se encontraba paralizada del miedo, solo veía las paredes arañadas y Horus tratando de entrar a los cuartos con mucha dificultad, evadiendo las vigas de madera quemadas; Horus, ya dentro de las habitaciones, un grito de Maat desconcertó a Horus y cae bruscamente al suelo; en cada rincón de las habitaciones.
- ¡Señora Nekhbet!
La gente corría detrás de Maat, Horus logró ver una extraña silueta obscura y de enormes ojos brillantes de color rojo carmesí y no dejaban de ver los pasos de Horus, en ese momento el viento resopló y se dirigió a Horus.
Horus logra descifrar lo que el viento le quería decir, le decía el viento a Horus "Maat corre peligro" y "huyan, váyanse de aquí". Horus quedando sorprendido, pues la voz era parecida a la de su abuelo.
- ¿Eres tú? ¿Gebsu? – a lo que el viento le respondió a Horus: "¡váyanse! ¡No pierdan tiempo!
- ¿Qué te pasa Horus? – le pregunta Maat a Horus
Al voltearla a ver visualizó dos sombras atrás de Maat, los ojos de Horus se dilataron de terror, pues, una de estas sombras la toma por el cuello y la comienza a asfixiar, Horus se abalanza sobre esa sombra y es arremetido por la segunda sombra, eran tan oscuras como la noche, y de la mano de la sombra que tenía acorralada a Maat sale una pequeña espada, era tan filosa que la hoja de la misma brillaba con los rayos del sol, Horus no podía moverse, pues, la segunda sombra lo tenía sumamente agarrado con una fuerza que ni él podía igualar.
- ¡Horus! ¡Auxilio! – gritó con dificultad Maat.
Horus intentaba con mucha fuerza soltarse de la segunda sombra, pero era imposible soltarse, pareciese como si lo tuvieran agarrados por enormes cadenas y anclas para no moverse. Horus con toda su fuerza intentaba una y otra vez soltarse, pero sus movimientos eran en vano.
La sombra que sostenía a Maat, acerca la espada a la yugular de la nieta de Nekhbet y con una sonrisa diabólica, se la pasa haciéndole un corte mortal a Maat. Lo único que quedaba en sus recuerdos fue el último grito de Maat y como comenzaba a ahogarse con su propia sangre mientras ésta salía desbordadamente de la herida del cuello y la boca de Maat.
- ¡Maat! ¡No! – grito Horus con lágrimas en los ojos.
La segunda sombra que sostenía a Horus obligaba al nieto de Gebsu ver como desangraba Maat, Horus solo resoplaba de la frustrante escena percibida, y así como veía como sangraba Maat, una espada mas larga penetraba su pecho, provocándole la muerte a Horus igual.
- ¡Maat! – solo se oía el último grito de Horus
Pronto una mano descendía del Sol, y tocando a Horus, éste se despierta.
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Horus Jepri Chronicles
AventuraSumergiéndonos en un emocionante viaje a través de los reinos divinos y terrenales, «Horus Jepri Chronicles» nos presenta una épica antología compuesta por once episodios que tejen una narrativa envolvente y llena de misterio. La historia se inicia...