01 | Un corazón débil

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Durante esa época del año oscurecía pronto

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Durante esa época del año oscurecía pronto. A las seis de la tarde una candidez grisácea ya teñía el cielo y la luna relucía en lo más alto, sus contornos definidos contra aquel azul que iba cargándose de negro hasta dejarse devorar por las tinieblas. Eran unos meses fríos, y, como es costumbre de esta temporada de vientos helados sin nieve ni lluvia, tenían un exceso de trabajo que los estudiantes trataban de soportar festejando todas las tardes.

Sasuke siempre había agradecido las horas más calmadas de la noche para trabajar en los ensayos que exigían, semana sí y otra también, en la universidad de Derecho. Sus buenos hábitos de estudio en el instituto lo estaban ayudando a sobrellevar mejor que la gran mayoría de sus compañeros el nivel esperado en la universidad, pero no dejaba de ser una carrera que requería inversiones notables de tiempo y esfuerzo, y Sasuke tenía la suficiente madurez para no desperdiciar esas horas en fiestas y alcohol.

Por supuesto, Naruto no la tenía. Con los exámenes finales pisándoles los talones y dos materias del semestre anterior suspendidas, Sasuke había logrado que se sentara a leer leyes dos horas y pocos minutos atrás, pero estaba convencido, por sus movimientos constantes en el sillón beis del departamento, que su capacidad de estudio había llegado al límite alrededor de la primera media hora. Su mejor amigo no era un completo idiota —después de años junto a él tenía que reconocérselo—, pero se volvía incapaz de memorizar en cuanto empezaba a aburrirse. Cansado del golpeteo rítmico que estaba dando ahora con los pies, Sasuke suspiró y soltó el libro sobre su regazo.

—¿Puedes parar? Si quieres salir de casa, no seré yo quien te detenga. Me faltan tres capítulos por estudiar.

Estaban sentados de frente, cada uno en su butaca, con la mesilla de cristal del comedor entre los dos. Naruto, recostado sobre aquellos cojines excesivamente blandos que a alguien se le había ocurrido colocar como soporte para la espalda, levantó los ojos del dosier que aún fingía estar leyendo y le hizo pucheros.

—No necesitas leértelos todos para mantener tus notazas, los profesores te amarán igual aunque no les digas que una posible interpretación de la ley diecisiete se contradice con la trescientos dos. ¿Cuánto rato llevamos ya? —gimoteó, bostezando, y buscó con los ojos el reloj que tenían sobre las estanterías—. Encima tú tienes la semana entera para repasarlo. ¿Qué hago yo con este monstruo pasado mañana? No puedo aprobarlo.

—Y esto es sólo culpa tuya. Pero para la media te irá mejor un cuatro que un tres, así que haz el esfuerzo y trabaja durante más de cinco minutos por una vez en tu vida. —Sin ganas de concederle la oportunidad de continuar la conversación, abrió de nuevo el libro que había estado tratando de terminar y deslizó rápidamente los ojos entre líneas hasta encontrar el punto donde se había quedado. Naruto tenía razón, sus contenidos no eran estrictamente necesarios para la prueba, pero le gustaba entender en profundidad el contexto para tener una base sólida sobre la que hablar cuando tratase la evolución política y los mayores cambios en la Constitución.

Alcohol de celos [Naruto: Naruto × Sasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora