No sé cuanto tiempo estuve inconsciente. El golpe había sido muy fuerte, pero la pesadilla me había asustado mucho, y me había alterado lo demasiado como para recordar que duermo en lo alto de una litera y debo levantarme con cuidado para no tocar el techo. Esa voz, parecía de una mujer, mas bien de una anciana, me recorrió un escalofrío en todo el cuerpo con solo recordar lo que me dijo. "Juguemos a la busca del tesoro". No tenia mucho sentido, era una anciana con capucha negra que me invitaba a jugar un juego. Que tontería. Había una cosa que me inquietó de ella; llevaba un colgante de cordon dorado, del que colgaba una pequeña bola de árbol Navidad roja el mismo colgante que tiene mi madre.
Me levanté de el suelo, miré si no tenia heridas o moratones. Que extraño, tenia la marca de cinco dedos en un brazo, como si alguien me hubiese cojido extremidad de una forma muy bruzca.
Fui por el pasillo, entonces oí saltar el contestador, era mi madre, decía que llegaría un poco tarde del trabajo por que pasaría a comprar pasta, salsa de tomate y carne para la comida de hoy, pero cuando llegué a la cocina, vi que eran casi las seis de la tarde, y que había una bolsa de la compra encima de la mesa, con pasta, salsa de tomate, y carne podridos...Llevarian por lo menos unas semanas ahí, aunque era difícil saberlo, ya que el olor a podrido inundaba toda la casa.
En un ataque de nervios, fui fuera a buscar el coche, y efectivamente, estaba ahí. Entré y vi el móvil de mamá. Intente llamar a papá. Saltaba el contestador, entonces supe que hasta que no encontrara a mis padres, ellos no volverian. Volví a subir a mi habitación, pensé que era todo un sueño, así que metí en la cama, y me dormí. Volví a soñar lo mismo. Cuando me desperté hice exactamente lo mismo, pero cuando me di cuenta de que mi sueño se repetía entré en pánico y salí corriendo de casa.
Lo siguiente que recuerdo es el gélido viento de diciembre golpeandome la cara, y yo corriendo descalza contra él, llorando y tropezando con la nieve, hasta que caí.
Es curioso lo acojedora que puede ser la nieve en una situación como esta, pero es aún más curioso encontrar el colgante de tu madre enterrado en ella.
Lo cogí en mis manos, y volí a dentro de casa sin saber muy bien que hacer ya que empezaba a no sentir los dedos de mis pies a causa del frío.
Al entrar a casa (puerta de la cual seguía abierta gracias al viento), por acto reflejo me giré hacia él perchero y....es extraño...pero tirado detrás de este había un trapo negro...cuando lo cojí, me di cuenta de lo que era...la capa de mi padre. ¿ Cómo no me di cuenta antes? Era la capa que llevaba la anciana del sueño... Ahora lo entendía... Lo siguiente que debía encontrar, eran mis padres.
Fui a su habitación y, para mi desgracia, pisé algo que me erizó la piel....algo que a día de hoy, desearía no haber pisado nunca...al encender la luz...vi algo que haría perder la cordura a cualquiera, el tacto de lo cual aún tengo grabado en mi mente... Vi mi pie desnudo urgando en el pecho de un cadáver, el cual aunque ya estaba medio descompuesto supe perfectamente quien fue cuando tuvo vida: era mi padre.
Y no estaba solo...al lado descansaba el cuerpo de mi madre. Y lo que es peor, cuando me puse de rodillas vencida por el dolor de ver a mis padres sin vida, también pude ver, como desde debajo de la cama, estaba la anciana de mi sueño esperándome, sonriendo y con un cuchillo ensangrentado en la mano. Pero ya no tenia el aspecto de una viejecilla débil, sino más bien el de un demonio, un demonio que había asesinado a mis padres, y que ahora venía a por mí. Entonces desperté. Bañada en sudor. Ahora ya sé qué es lo siguiente que debo buscar en nuestro "juego" de "la búsqueda del tesoro"....Mi propia cordura.