El Caso de Ran Haitani

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Ran sabía lo enamorado que estaba desde hacía ya tiempo, pero aún se sorprendía a sí mismo cuando la belleza del menor lo hipnotizaba como lo estaba haciendo aquella noche.

Era consciente de lo importante que era esa reunión para Tora, sabía que aunque se había mostrado reticente a ir, estaba emocionado por ser tenido en cuenta por la familia y a pesar del miedo que le daba encontrarse con su padre, también quería verlo,saber que existía y sobre todo que su padre supiera que él también era parte de esa familia. Por ello estaba comportándose lo mejor que podía, mantenía la distancia y los toques al mínimo, trataba de disimular su sonrisa y no mirarlo todo el rato.

— Ran, puedes acompañarme, hay algo que debo hacer. — dijo Kazutora tras haber terminado de hablar con el señor Shuji, por la expresión que traía el menor, Haitani supo que algo había sucedido así que no dudó en levantarse e ir tras él.

Mientras caminaban a Hanemiya no le importó tomar de la mano a su novio y aunque Ran amaba esos pequeños detalles, se sentía algo conflictuado pues no quería darle ningún problema al pequeño.

— ¿Te molesta si nos quedamos aquí un rato? — Acababan de atravesar las puertas del baño y Kazutora ya se encontraba sentándose en la barra donde estaban los lavamanos.

— ¿Sucedió algo?

— Sucedió lo inevitable: llegó mi papá — Kazutora suspiró y miró su reflejo en el espejo — Creo que nunca me había puesto a pensar en cómo sería su familia, pero tal parece que tiene un hijo.

— ¿Ah sí? — Ran se acercó al chico y le acarició la mejilla.

— El señor Shuji me lo confirmó, al parecer todos lo saben y la verdad hubiera agradecido si Hanma me lo hubiera dicho antes de venir, pero supongo que debí haberlo sabido. Se parece mucho a él, creo que yo también lo hubiera preferido. — Ran prefirió no contestar a las palabras del menor, se limitó a abrazarlo y acariciar su cabeza con ternura, asegurándose de tener un ojo puesto en la entrada para poder reaccionar en caso de ser necesario. — Te amo, Ran — la voz de Kazuto era suave y correspondió el abrazo del mayor casi atrapándolo para que no pudiera moverse.

— También te amo, pequeño Tora ¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor?

— Me siento bien solo con tenerte cerca — Hanemiya sonrió y se incorporó un poco — pero si puedo pedir algo más, solo quisiera todo de ti. — mientras pronunciaba estas palabras rodeaba la cintura del mayor son sus brazos y usaba su piernas para mantenerlo muy cerca a él.

— No creo que sea buena idea que me provoques en este lugar.

— ¿Qué es lo peor que podría pasar? — sin dejarlo responder y con una sonrisa pícara en sus labios, el joven comenzó a besar apasionadamente a Haitani, dándole apenas espacio para respirar. La temperatura de sus cuerpos subía rápidamente y pronto Kazutora se pegó lo suficiente a su novio como para hacerle saber que su entrepierna había reaccionado al contacto de sus labios.

— Eres un perverso niño adicto al sexo — dijo Ran con la respiración entrecortada, mientras se alejaba un poco para tener espacio e invadir con su mano el pantalón de Kazutora.

— ¿Y de quién es la culpa? — Susurró Kazutora para después pasar la lengua por su oído.

Si hubiera sido decisión de Hanemiya habría cogido con su novio justo ahí, en ese baño, pero cuando se encontraba a punto de estimular a su pareja para terminar de convencerlo, se escuchó una voz que detuvo la pasión en seco.

— No se me ocurre un peor lugar para hacer eso en una cena familiar — Haruchiyo Akashi habló desde la puerta del baño a la que acababa de poner seguro — como mínimo deberían asegurarse de que nadie más va a entrar. — Sin decir mucho más entró a uno de los cubículos para salir unos pocos minutos después, dando tiempo a la pareja para al menos organizar sus trajes y lavar sus manos. — ¿Es tu novio, Hanemiya?

— Sí, así es ¿Por qué preguntas, Sanzu-nii?

— Yo... — Haruchiyo quedó un poco sorprendido al escuchar que Kazutora aún lo llamaba así y tardó un poco en reconstruir en su cabeza la frase que planeaba decir — no importa, pero si no pueden aguantar las ganas vayan a una habitación, no quiero imaginar el problema que habría si alguien los encuentra aquí — su voz era fría, y concentraba su mirada en el joven con trenzas, evitando mirar a su primo. — Si quieres pídela a nombre de mi padre, no harán preguntas y yo me encargaré de lidiar con él, pero no te metas en problemas innecesariamente, Hanemiya.

— Gracias.

Tanto Hanemiya como Haitani trataban de adivinar las intenciones y el ánimo del contrario, quien ofrecía su ayuda mientras les miraba con desprecio. Tras lavar sus manos Haruchiyo salió del baño sin decir nada más.

— Eso estuvo bastante cerca, Pequeño Tora — Ran se alejó un poco del menor y siguió mirando la puerta. — Tu primo es un poco raro.

— ¿Un poco? Sanzu es todo un enigma, nunca sé lo que está pensando, pero agradezco que haya sido él quien entró.

— ¿Se llevan bien?

— No, creo que me odia con todo su corazón y no sé porqué, pero para mí siempre será mi primer amigo.

— Eso suena sumamente dulce. — dijo recostándose en las piernas del menor.

— Yo soy sumamente dulce, mi amor — tras esas palabras el par de chicos rieron, por el tono forzosamente coqueto que había usado Kazutora.

Allí llegó otra visita inesperada que estuvo a punto de vomitar los zapatos de Ran. 

Cruce de Caminos: La Cena FamiliarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora