Reencuentros

♠️01♠️

-EMMA-
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Estaba profundamente dormida en mi cama, en mi habitación, disfrutando mi quinto sueño. Sin embargo, la alarma en la mesa por un lado de la cama volvió a sonar por quinta vez.

Harta de aquél sonido tan desagradable y repugnante como la escuela, decidí levantarme de una vez. Me senté en la cama lentamente mientras tallaba mis ojos. Luego me volví hacia mi celular, apagué la alarma y me fijé en la hora. Llevaba 15 minutos tarde. Normalmente llego 30 minutos antes a la universidad, pero ahora no me dieron ganas.

Me levanté y fui a buscar ropa. Al no estar lo suficientemente despierta para ponerme a pensar, agarré lo primero que vi de mi armario. No duré más de 10 minutos cambiándome.

Bajé, me despedí de mi mamá y salí, no sin antes agarrar mi patineta e irme en ella.

. . .

Llegué a la universidad y entré. Me dirigí a dirección para dejar mi patineta, como normalmente lo hacía, y después salí, dirigiéndome a mi salón para dejar mi mochila. Solo a eso, porque ahorita tocaba clase de artes y eso lo hacemos en unas mesas que están cerca de la cancha.

Una vez que dejé mis cosas en mi lugar, me encaminé a las mesas de artes, aunque sinceramente iba de lo más tranquila. La clase apenas comenzaría. Sebastián al verme entrar, rápidamente se acercó. Él era uno de mis mejores amigos.

⎯¡Emma! ¡Hola!

Sonreí y nos dimos los cinco. Era nuestro típico saludo, junto a nuestro grupo de amigos, que pude observar que estaban sentados sobre una mesa en una esquina, platicando y riendo.

⎯Hola, Sebas.

⎯¿Dónde estabas? Pensamos que no vendrías.

⎯Creo que deberían acostumbrarse a que si quiero llegar tarde, simplemente llego tarde.

Ambos reímos, luego Sebastián dijo que iría al salón a buscar su libreta de dibujo, a lo que yo asentí. Observé cómo el chico subía las escaleras hacia nuestro salón y después me dirigí a la mesa donde estaban mis demás amigos.

⎯Hola, gente inútil.

Era nuestra manera de hablarnos los unos a los otros. Ya estamos tan acostumbrados que ahora en lugar de ofendernos, nos halagamos.

⎯¡Llegó la profesional! ⎯Dijo Oscar alegremente cuando volteó a verme. En nuestro grupito en total éramos 5. 2 chicas (ya incluyéndome) y 3 chicos⎯. Tenemos nueva misión.

Terminé de chocarle los cinco a los chicos y tomé mi lugar en la mesa, que era en una esquina, a un lado de Sebastián, el cual seguía sin regresar.

Copiando la acción de los chicos, me senté sobre la mesa⎯. ¿Cuál misión? Parecían bastantes entretenidos ahorita.

⎯Hablábamos justamente de eso. ⎯Sofía, que estaba enfrente de mí, sonrió con malicia⎯. Tenemos nueva profesora de Artes.

⎯¿Otra maestra de Artes? Seguro no nos aguantará y se irá a la semana. Como todas.

⎯Exacto, linda. ⎯Iker, sonriendo de la misma manera que Sofía, me guiñó un ojo. Normalmente nos tratábamos así⎯. No ha llegado. Pero sabemos que no durará mucho.

⎯¿Soy el único en este grupo de mierda que sí hace los trabajos de la clase? Tuve que ir al salón por mi libreta de dibujo y ustedes ni siquiera tienen la cartuchera. ⎯Sebastián que estaba llegando se sentó en su banco y nos miró con una sonrisa burlona.

⎯Probablemente ⎯Contesté mientras me bajaba de la mesa y me sentaba en mi banco.

Todos los demás copiaron mi acción mientras reían por lo que había dicho Sebastián. Todos en la sala se quedaron callados justo en el momento que la directora y otra señora, que se veía al menos diez años mayor que nosotros, entraron a la sala. Quedándose enfrente de todos y capturando toda nuestra atención.